Se arremolina el vulgo
Muchos tenemos la fea manía de seguir a mogollón de políticos que sólo usan Tuiter para hacer demagogia y soltar frases populistas y completamente inverosímiles en forma de tuit cada X tiempo. Hay gente que los sigue porque quiere estar informada, otros por simple inercia y mucha gente, como yo, porque nos gusta perder el pelo y acumular tics generados por el estrés que produce el contacto visual, no ya con lo que escriben, sino a veces sólo con sus avatares.
Hace poco descubrí, casi por casualidad, cómo contrarrestar el daño cerebral que pueden causar nuestros dirigentes a través de Tuiter, y es leer lo que el resto de tuiteros, anónimos en su mayoría, les responde. No sé, reconforta ver cómo hay gente que está perdiendo el pelo como tú, pero se lo toma de otra manera, de otras muchas maneras.
El día que me aficioné a buscar y rescatar tuits-respuestas fue el día que @igonzalezPP (este hombre sonriente y sustituto a dedo de Esperanza Aguirre) colgó en su Tuiter una foto con los Reyes asistiendo a una exposición de Gauguin (rebautizado por el autor del tuit como Guaguin):
“Guaguin”. Ellos sonrientes. Ella como ida. Todo muy turbio. Pero leer después las respuestas me dieron ganas de seguir viviendo:
A raíz de aquello me aficioné a las búsquedas de respuestas a tuits de nuestra jauría política. La verdad es que encontré de todo, sobre todo insultos, muchos insultos. ¿Os acordáis cuando le gritábamos, solos en casa, “¡Sinvergüenza!” al televisor al ver al último político que nos la había metido floja? Pues eso se acabó, ahora nos desahogamos por Tuiter y nos quedamos más conformes porque ahora sabemos que los mensajes les llegan. O al menos les llegan a los becarios que llevan sus cuentas de Tuiter, que leerán todas estas barbaridades con una sonrisa de medio lado mientras juegan a la vez al FIFA.
Pero que nadie se alarme, que nuestros políticos, lejos de ser rencorosos, son capaces de capear el temporal de enfado perpetuo de todo tuiter y soltar cosas tan bonitas y profundas como ésta:
Aunque da igual cuánto se esfuerce nuestro presidente por animar a la población, siempre hay algún insensible que se mofa:
Mis favoritos, a pesar de todo, son los tuits lanzados al aire, sin responder a nada en concreto y sin esperar ninguna respuesta, sólo quejas desde el sofá de sus casas, por lo primero que le indigne:
Da como mucha ternura, pero yo no quiero estar cuando a este señor le digan que a Carmen Lomana le han dado el apartado de cultura en el programa “Gente”.
También ha sido bonito ver cómo en estas elecciones gallegas la gente hablaba ya de cualquier cosa con tal de evitar lo obvio: que el PP volvía a ganar con mayoría absoluta. Pero de cualquier cosa:
Mención especial para este ciudadano, que a los dos días de que el PP proclamara su victoria, suelta lo siguiente:
Fue una noche fantástica donde cada casa dio lo mejor de sí. Desde Génova, por ejemplo, se hicieron eco a través del tuiter del Partido Popular de las declaraciones de María Dolores de Cospedal. (No especifican si bajo los efectos del champán post-celebración porque un tuit no da para tanto):
Pero, eh, la gente no se tomó esta sobrada a mal, ¿eh?
De las elecciones vascas, la encargada de dar la nota -de color, digamos-, fue la nueva funcionaria de Turespaña, Esperanza Aguirre. Que ha dejado la política... pero sólo cuando la deja, cuando quiere la retoma y la retomará, porque la Esperanza es lo último que vamos a perder y porque así es ella, omnipresente, omnipotente y omnívora.
Ella nunca deja pasar una oportunidad de demostrar que es una demócrata convencida. Hubo incluso quienes la animaron a seguir por ese camino, ¡claro que sí! ¿por qué no, joder?
El ambiente en estas elecciones ha sido así, mucho reír por no llorar. Y mucho rezar para que los mayas no estén equivocados.
Para cerrar el círculo, acabamos el post con quien lo empezó, que es, desde ya, uno de mis favoritos del panorama político español: Ignacio González. Porque es un digno sucesor de Espe, en cuanto a meter la pata se refiere:
Y como en Tuiter siempre aprendemos, Ignacio aprendió de una forma gráfica, gracias a un tuitero altruista que pasaba por allí, que nunca pretendimos “Ocupa(r) el Congreso” sino “Rodea(r) el Congreso”.
No dejen ustedes nunca de conversar con sus políticos, no sirve absolutamente para nada, pero se pierde menos pelo.