Un español cuenta algo muy sorprendente
No sé cuándo empezó, pero habrás visto que de un tiempo a esta parte los periódicos digitales y las redes sociales recogen noticias sobre cosas curiosas que españoles han visto en otros países. Suelen ser noticias-anzuelo (el llamado clickbait, titulares que no revelan todo para que tengas que hacer clic) que copian la fórmula “un español que ha estado en tal país, cuenta algo muy sorprendente de allí”, y tienen que ver con las costumbres locales diferentes a las españolas, normalmente en cosas anecdóticas que hacen los de allí cuando comen, duermen, viajan, trabajan, compran o se asean. No suelen merecer la pena, lo sé porque siempre pico en ellas haciendo clic, no piques tú también.
Supongo que acabo picando porque espero encontrar otro tipo de noticias, protagonizadas por españoles en otros países que nos cuenten con la misma sorpresa lo que ganan allí los trabajadores, lo que valen los alquileres, cuánto pagan por la luz y el gas… Algo del estilo “una española en Alemania cuenta cómo los sueldos son casi el doble que en España mientras los alquileres cuestan lo mismo”, “un español en Francia cuenta lo que paga mensualmente por la luz”, “un español va al supermercado en Bélgica y comprueba lo que da de sí un sueldo belga”…
Lo pensaba después de leer esta misma semana los últimos datos publicados por Eurostat sobre costes laborales en Europa. Según la oficina europea de estadísticas, en España una hora de trabajo cuesta de media 24’6 euros. Descontando las cotizaciones sociales, queda un sueldo medio de 18’2 euros por hora, lo que supone 6 euros menos que la media europea, y casi la mitad de lo que gana por hora un trabajador alemán. Si nos comparamos con otros países del norte salimos aún peor parados.
Que los españoles ganamos menos que los europeos, y bastante menos que los trabajadores de las principales economías, no es ninguna sorpresa, no hay clickbait posible. Lo que sí resulta, no sé si sorprendente pero sí mosqueante, es comparar los sueldos con el coste de la vida en los mismos países: mientras en sueldos estamos siempre en la zona baja, escalamos a la parte alta de la clasificación cuando se trata del precio de la vivienda, sea compra o alquiler, y lo mismo pasa con la factura de la luz. Con sueldos españoles tenemos que pagar una vida a precio europeo.
En el caso de la vivienda, que es sin duda el principal problema social hoy en España, lleva años subiendo por encima que en otros países, y todavía hoy sigue subiendo cuando hace más de un año que empezó a bajar en Alemania o Francia. Aquí llevamos diez años seguidos con fuertes alzas de precios, y el esfuerzo de las familias cada vez es mayor. Si le añades el aumento de precios de productos básicos por la inflación, que se ha comido las subidas salariales de los últimos años, el resultado tampoco sorprende a ningún “español en otro país”: somos un poco más pobres.
Lo que sí “sorprende a un español”, no en otro país sino aquí, es que llevemos una temporada en que todo crece menos nuestro poder adquisitivo: crece la economía española, crece el PIB a ritmos muy superiores al resto de Europa, crece la ocupación, crece el número de afiliados, crece el trabajo estable, crecen por supuestos los márgenes y beneficios empresariales, y sube, sí, el salario mínimo… Pero los sueldos de la mayoría no crecen lo suficiente, no recuperamos lo perdido en los últimos años.
Podemos culpar al gobierno, y con razón, por el descontrol del mercado de vivienda y por la cesta de la compra. Pero en lo que se refiere a los sueldos, alguna responsabilidad tendremos también los trabajadores, que no estamos sabiendo defender mejores sueldos frente a las empresas. A ver si algún español sorprendido nos cuenta cómo lo hacen en otros países.
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