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En la mente de un terraplanista

Planeta Tierra

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Un día se te cae la venda de los ojos y de repente lo entiendes todo. Por ejemplo, ¿sabe usted por qué no hemos vuelto a la Luna? Yo se lo digo. Porque no podemos. ¿Y sabe por qué no podemos? Porque nunca hemos ido, por eso.

A mí la venda se me cayó un miércoles, aquí mismo, en la notaría. Estaba dando fe de la compraventa de un bien inmueble, un adosado en Medina de Pomar, cuando pensé: “Manuel, te están engañando”. No por el contrato, que estaba en regla, sino por todo lo demás. El mundo. La realidad.

Ya andaba mosca desde que empezaron con esto de la plandemia. No me tragué nada, por eso no me vacuné. Dije: “A mí no me metéis un chip, yo no soy un esclavo de Soros y de Gates como vosotros”. ¿Que no puedo coger un avión? Pues mira, oye, no lo cojo. La libertad tiene un precio y lo pago gustosamente.

El caso es que, en cuanto abres los ojos, los velos de mentiras se van cayendo uno detrás de otro. Cuando te das cuenta de que todo responde a un plan para subyugar a la humanidad orquestado desde hace décadas por un grupo de poderosos, dices: “Espérate un momento, ¿hasta dónde llega la conspiración?”. Y te das cuenta de que todo está conectado: la plandemia, el 11-S, Disney, la NASA, el aceite de palma, la OMS… ¿Sabe cuántos niños desaparecen al día en Europa? Diecisiete. ¡Diecisiete! ¿A usted eso le parece normal? No puedo contarle lo que pasa, porque hay un grupo de Facebook que está todavía recabando pruebas, pero le diré dos palabras: experimentos secretos.

Entiendo que me mire así. Yo mismo habría puesto esa cara hace solo un año, pero entonces tuve la revelación. Yo la llamo así aunque no es algo religioso, no se piense. Verá, estaba en un chiringuito de Benidorm, dándole vueltas a estas cosas, cuando miré al mar y pensé: “¿Por qué se ve plano?” Quiero decir, ¿no se supone que la Tierra es una pelota? Me quedé estupefacto, se lo juro. Luego me puse a buscar por internet y descubrí que había mucha gente, científicos independientes trabajando en ello. ¿Y sabe qué? No hay duda de que vivimos en un disco plano y redondo. Si lo piensa, es evidente. Entonces ¿por qué la gente no se da cuenta? Pues porque han sido programados desde niños. Vaya a Zara y dese una vuelta por la sección de ropa infantil. Mire los dibujos. Astronautas, naves espaciales, el planeta Tierra esférico… Pregúntese por qué.

Sí, sé lo que está pensando. Se pregunta qué podemos hacer nosotros contra una tiranía invisible y todopoderosa. Yo se lo diré. Tenemos que contrarrestar las falsedades con hechos. Educar a los niños en casa, enseñarles pensamiento crítico, explicarles que sus libros de texto no cuentan más que mentiras, desde la física hasta la biología pasando por la historia. Nosotros ya estamos perdidos, pero quién sabe si las próximas generaciones podrán por fin vivir en libertad. Merece la pena intentarlo. Pero bueno, no le aburro más con mis cosas, que ya sé que tiene prisa. Si me enseña ese contrato, le echamos un ojo. ¿Dónde dice que está la propiedad?

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