Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El Gobierno da por imposible pactar la acogida de menores migrantes con el PP
Borrell: “Israel es dependiente de EEUU y otros, sin ellos no podría hacer lo que hace”
Opinión - Salvar el Mediterráneo y a sus gentes. Por Neus Tomàs

Una nueva etapa

Albert Rivera y Mariano Rajoy, durante un encuentro en Moncloa.

Jesús Cintora

No hay que irse muy lejos para explicar por qué millones de españoles rechazan que haya que apoyar a Mariano Rajoy para que siga gobernando. Por mucho que sean 150, 200 ó 300 las “medidas” que prometa con Ciudadanos. Presten atención a lo que le decía el propio Albert Rivera a Rajoy hace poco más de un par de meses. Fue en el debate electoral, delante de toda España: “Al margen de las leyes que quiera poner en marcha, ¿usted cree que la gente va a confiar en un nuevo gobierno si existe la sospecha, un juicio abierto y han imputado a su partido? No puede haber un nuevo gobierno en el que su presidente no tenga autoridad moral para liderar la lucha contra la corrupción…”. Y Rivera, en ese 13 de junio, también le decía: “Usted miente y cobra sobres y dinero negro de las mordidas; usted recibió 343 mil euros de las cuentas de los papeles de Bárcenas, según información judicial; usted le enviaba al señor Bárcenas mensajes de ‘sé fuerte’ después de saber el dinero que tenía en Suiza y estar imputado. Le estaba diciendo que le iba a proteger. Si no hay autoridad moral, la gente no podrá confiar en un nuevo gobierno…”.

¿Por qué espera Albert Rivera que confiemos ahora? ¿Ha cambiado algo? Rajoy sigue siendo el mismo: el del partido imputado, el del apoyo al tesorero con dinero en Suiza, el que aparece en la contabilidad del dinero sucio, el que ha protegido a Rita Barberá y a tantos otros. En otros países, no sería presidente ya. Seguro que Rivera entenderá que hay gente que, por principios, lógica y moral, continúa pensando que a un político así no se le puede apoyar.

¿Saben cuál fue la respuesta de Mariano Rajoy cuando le echaron en cara todo esto? Quejarse de que le persiguen “como la Inquisición” y negar que su partido esté imputado. Ante toda España. Victimismo y ocultar la realidad. Algo parecido a lo que vivimos ahora, cuando lamenta que no le apoyan y cuando evita referirse, permanentemente, a las razones por las que le dicen que no le quieren apoyar.

Los 10 segundos que Rajoy dedicó a la corrupción al explicarle a la prensa su pacto con Albert Rivera este domingo, sus malos modos con los periodistas cuando le sacan el tema, su “ya tal” o su “no es cierto, salvo alguna cosa”, son tics de un político que es rehén de su pasado. Habrá casi 8 millones de votantes que quizás se lo perdonaron, pero otros 15 millones no. Y no son “Torquemadas”, ni tercos, ni radicales, ni antipatriotas. Es gente que entiende que la corrupción se castiga política y judicialmente y no se perdona. Porque aún hay quien defiende, como defendía Albert Rivera hace dos meses, que “para que la gente confíe en la política, es necesario abrir una nueva etapa y un presidente con autoridad moral”.

Etiquetas
stats