Los otros
Rescate e intervención son palabras prohibidas en el seno del gobierno. Duelen como duele la verdad más lacerante y ofusca como ciega la luz más pura, pero hemos de concluir que estamos gobernados por gente a la que no votamos y que nuestro destino está en manos de “los otros”. Nuestros políticos no solo han perdido la credibilidad, sino que han perdido la capacidad de gobernar en favor de los otros.
Las graves medidas fiscales que nos han impuesto desde afuera, y que el gobierno ha tenido que acatar e implementar, y a nosotros nos tocará sufrir, no son las últimas que vamos a tener que soportar. Por ello nuestro gobierno es incapaz de planificar y proyectar hacia donde vamos porque eso ya no depende de él, depende de los otros.more
Este fin de semana se está trabajando a destajo en las entidades financieras para entregar en pocos días los deberes, que de nuevo nos han puesto los otros, y que consisten en crear un Banco Malo que será asumido por el Estado, es decir por todos los españoles, porque forma parte de las condiciones para la salvación de la banca que nos imponen.
En las próximas semanas habrá que entregar otro paquete de medidas que afectará a las pensiones y a la edad de jubilación que agrandarán el cisma ciudadano con los políticos peligrosamente.
Que nadie dude que de esta crisis nos sacan, o no, los otros, por ello es lógico que ni la oposición ni los que gobiernan puedan exhibir programas ni alternativas. Nada de lo que digan y prometan vale para casi nada.
De hecho la gente se manifiesta ante las sedes de los partidos políticos de aquí cuando deberían acudir a protestar en la de los otros. Los de aquí ya no gobiernan.
Si queremos intuir cuales serán los próximos recortes que nos impondrán deberíamos leer la prensa europea, donde habla el presidente del Bundesbank, o consultar los editoriales de las principales cabeceras europeas y norteamericanas que hablan sobre nosotros. Aquí los medios españoles no pueden hacer otra cosa que reproducirlas con horas de diferencia.
No hay visos de que podamos llevar la iniciativa como país. No tenemos la más mínima capacidad de movimiento; estamos secuestrados por los otros y habremos de pagar un duro rescate si soñamos algún día con recuperar nuestra libertad.
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