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Twitter no nos representa

Me resulta muy curioso el enorme impacto que ha conseguido tener Twitter en los medios de comunicación generalistas. Los periodistas muy a menudo (quizás demasiado) acompañan sus crónicas políticas y de actualidad con algún comentario sobre la acogida que ha tenido el evento entre los usuarios de la red social. Términos como “trending topic” o “hashstag” ya forman parte de la jerga habitual usada en los medios de comunicación. Es cierto que en muchas ocasiones se recurre a Twitter de forma jocosa y anecdótica para hacer escarnio del último gazapo de algún cantante famoso o de algún político con incontinencia verbal. No obstante, lo más habitual es que los periodistas usen Twitter como un barómetro del clima de opinión de los españoles. Por ejemplo, se toma el ‘trending topic’ como un indicador de notoriedad en la agenda pública ciudadana. Twitter se ha convertido en un sustituto barato de las encuestas demoscópicas.

No hace falta ser sociólogo experto en opinión pública para intuir que los usuarios de Twitter no son, en absoluto, una muestra representativa de lo que piensa la sociedad española en general. Pero, ¿hasta qué punto se diferencia el ‘tuitero’ del español medio? Todos los amantes de Twitter tenemos alguna intuición del sesgo ideológico de sus usuarios. Pero, déjenme que lo analice como nos gusta en @Piedras_papel: con datos.

En la encuesta postelectoral del CIS de 2011, en la que tuve la oportunidad de participar, incluimos preguntas sobre el uso de redes sociales. Ello nos permite obtener un perfil ideológico bastante fiable de los usuarios de Twitter y de otras redes sociales como Facebook, Tuenti y LinkedIn. Vean el siguiente gráfico.

Los datos no dan lugar a dudas: los usuarios de Twitter (un 8% de la población mayor de edad) poco tienen que ver con el español medio. Los tuiteros son mucho más jóvenes, mayoritariamente hombres, con un mayor nivel educativo y … con un claro sesgo ideológico de izquierda. En efecto, un 53% de los usuarios de Twitter se definen de izquierda, lo que representa diez puntos porcentuales por encima de la media española. Este perfil ‘progre’ del tuitero, queda claramente reflejado en su comportamiento en las urnas: a pesar de que, entre la comunidad de Twitter, también hubiera ganado el PP en 2011, el margen de la victoria Popular se hubiera reducido a la mitad si sólo hubiesen ido a votar los ciudadanos con cuenta de Twitter (véase gráfico 2). En estas hipotéticas elecciones, los principales beneficiados hubieran sido las opciones minoritarias como IU o UPyD.

La encuesta del CIS nos ofrece más datos llamativos sobre usuarios de otras redes sociales. De entre ellos, los más parecidos ideológicamente al español medio son los usuarios de Tuenti. ¡Y eso a pesar de ser un colectivo particularmente joven! En cambio, los que muestran un mayor sesgo ideológico son los que tienen una cuenta en LinkedIn. Fíjense en el perfil de este colectivo. Se trata de un 2% de los mayores de edad, mayoritariamente hombres y altamente cualificados. Ideológicamente, el 60% se considera de izquierda y de esta ‘élite progre’ nada menos que el 14% optó en 2011 por votar a la formación de Rosa Díez.

En definitiva, los usuarios de las redes sociales, especialmente Twitter y LinkedIn, muestran un claro sesgo ideológico a la izquierda y con una preferencia por las opciones políticas minoritarias. Soy consciente de lo fútil que resultará mi advertencia a unos medios de comunicación seducidos por el magnetismo de Twitter. Pero por intentarlo que no quede. Los datos son claros: el colectivo de tuiteros no puede, de ningún modo, ser un buen barómetro del estado de opinión de los españoles.

*NOTA: La encuesta postelectoral del CIS de 2011 tiene una muestra de alrededor de seis mil encuestados, lo que permite tener submuestras razonablemente elevadas: Twitter (496 encuestados) Facebook (2014 encuestados), LinkedIn (130 encuestados), Tuenti (721 encuestados). Los porcentajes se refieren a mayores de 18 años.

Me resulta muy curioso el enorme impacto que ha conseguido tener Twitter en los medios de comunicación generalistas. Los periodistas muy a menudo (quizás demasiado) acompañan sus crónicas políticas y de actualidad con algún comentario sobre la acogida que ha tenido el evento entre los usuarios de la red social. Términos como “trending topic” o “hashstag” ya forman parte de la jerga habitual usada en los medios de comunicación. Es cierto que en muchas ocasiones se recurre a Twitter de forma jocosa y anecdótica para hacer escarnio del último gazapo de algún cantante famoso o de algún político con incontinencia verbal. No obstante, lo más habitual es que los periodistas usen Twitter como un barómetro del clima de opinión de los españoles. Por ejemplo, se toma el ‘trending topic’ como un indicador de notoriedad en la agenda pública ciudadana. Twitter se ha convertido en un sustituto barato de las encuestas demoscópicas.

No hace falta ser sociólogo experto en opinión pública para intuir que los usuarios de Twitter no son, en absoluto, una muestra representativa de lo que piensa la sociedad española en general. Pero, ¿hasta qué punto se diferencia el ‘tuitero’ del español medio? Todos los amantes de Twitter tenemos alguna intuición del sesgo ideológico de sus usuarios. Pero, déjenme que lo analice como nos gusta en @Piedras_papel: con datos.