Portugal y Angola normalizan sus relaciones y se postulan como puente hacia la UE

El primer ministro de Portugal, António Costa, que se encuentra de visita oficial en Angola, y su homólogo en el país africano, João Lourenço, han logrado normalizar las relaciones entre ambos países y mostrarse como un puente entre África y la Unión Europea.

Durante el último año y medio las relaciones bilaterales se debilitaron a causa de conflictos de intereses en la banca y la Justicia, agudizados por las dificultades económicas que afronta el país africano ante el descenso del precio del petróleo.

Costa, que comenzó el martes una visita oficial a Angola, ha definido las relaciones como “sólidas”, ha instado a los dirigentes angoleños a que ambos países se pongan al servicio de la Alianza Europa-África que la Unión Europea pretende desarrollar.

África es una de las prioridades de la Comisión Europea, sobre todo tras el anuncio de su presidente Jean-Claude Juncker de crear dicha alianza.

Durante estos dos días, Costa insistió en la idea de que portugueses y angoleños “se necesitan mutuamente en este mundo globalizado, sobre todo en un momento en que los continentes europeo y africano tienen interés de mejorar sus relaciones”.

En numerosas ocasiones, la secretaria de Estado de Negocios Extranjeros y Cooperación de Portugal, Teresa Ribeiro, ha insistido en la idea de que “África es nuestra apuesta” en la política externa de Portugal.

Costa, durante una rueda de prensa conjunta ofrecida hoy con João Lourenço, defendió que la continuidad de las reuniones de alto nivel entre ambos países, ya que un primer ministro luso no visitaba Angola desde 2011.

Además, entregó a Lourenço una invitación formal del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, para que visite el país en el mes de noviembre.

Ambos firmaron hoy una serie de convenios bilaterales en el marco del Acuerdo Estratégico de Cooperación 2018-2022 que incluye, entre otros capítulos, la regularización de las deudas con empresas portuguesas, el fin de la doble tributación en las transacciones comerciales o el aumento de los vuelos entre los dos países.

El editorial del “Jornal de Angola”, el periódico oficial del país africano, se refiere hoy a este Programa Estratégico de Cooperación como un instrumento para reforzar los intercambios.

El “divorcio temporal” que hubo en el último año y medio entre ambos países evidenció, según el editorial, que el distanciamiento supuso más desventajas que ventajas.

João Lourenço sucedió hace un año a José Eduardo Dos Santos, tras 38 años en el poder de un país que vivió una guerra civil de 27 años, hasta 2002.

Lourenço ha declarado que su objetivo es el desarrollo económico y social del país y que para lograrlo necesita de inversión extranjera, especialmente para la construcción de infraestructuras que vertebren Angola.

España le concedió una línea de crédito por valor de 1.300 millones de euros para la construcción de infraestructuras.

El Gobierno portugués acaba de anunciar que aumentará de 1.000 a 1.500 millones de euros la línea de crédito de apoyo a las exportaciones para Angola.

Sobrevivir más allá de los recursos del petróleo es el reto de Angola, que ve en la agroindustria, la minería, la pesca y el turismo los principales sectores para una transición hacia un capitalismo en el que acaben con el problema del fuerte desempleo.