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Ciudadanos escenifica una maniobra en el Parlament para evitar las críticas de inmovilismo en Catalunya

La candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat, Inés Arrimadas, junto al presidente del partido, Albert Rivera, en el Parlament de Catalunya.

Rodrigo Ponce de León

Ciudadanos ha encontrado en la configuración de la Mesa del Parlament catalán una vía para escapar a las criticas de “inmovilismo” y “falta de iniciativa” por parte del PSC y el PP, ante su negativa a dar el primer paso para formar Gobierno pese a que fue la primera fuerza política en las elecciones autonómicas del 21D.

Aunque la candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat, Inés Arrimadas, ha puesto en duda la capacidad de las formaciones independentistas para llegar a un acuerdo de investidura, en la formación naranja son conscientes de que los 70 parlamentarios que suman Junts per Catalunya (34), ERC (32) y la CUP (4) y la falta de apoyo de Catalunya En comú-Podem aboca al fracaso cualquier iniciativa de Ciudadanos para conseguir llegar al Govern.

El partido del Albert Rivera pretende evitar la imagen de su candidata derrotada en el Parlament ante la mayoría independentista y que se evidencie su incapacidad para pactar un Gobierno como logró Mariano Rajoy tras las últimas elecciones generales. En Ciudadanos quieren mantener la idea de que son un partido alternativa al PP y que pueden disputar a la formación conservadora el liderazgo en el espacio del centroderecha en el resto de España.

Con esta premisa, la Mesa del Parlament puede ser un objetivo a conseguir por parte de Ciudadanos, que ya cuenta con el respaldo del PSC y el PP, o que al menos permita mostrar la imagen que necesita el partido de Albert Rivera para demostrar que se ha movido para evitar que la presidencia de la Cámara catalana vuelva a recaer en un diputado independentista.

Los siete puestos del órgano parlamentario se reparten en dos para la formación naranja, dos para Junts per Catalunya, dos para ERC y uno para el PSC. Para lograr que la presidencia recayera en un diputado naranja se tendría que dar la ausencia de al menos cinco de los ocho diputados independentistas que están encarcelados (Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sànchez) o huidos en Bélgica (Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Lluís Puig, Toni Comín y Meritxell Serret), lo que dejaría a los independentistas con 65 parlamentarios, y que los ocho diputados de los Comunes dieran su apoyo a Arrimadas a cambio de un puesto en la Mesa.

Si se lograra esta carambola los independentistas empatarían a 65 parlamentarios con los no independentistas. Tras cuatro votaciones, si persiste el empate, Ciudadanos conseguiría la presidencia del Parlament al ser la formación que cuenta con más diputados (36).

“Ciudadanos tiene que presidir el Parlament para evitar que los partidos separatistas repitan las mismas barbaridades y se vuelvan a saltar las leyes. Todo lo que hemos visto en la legislatura pasada ha sido posible porque la presidenta del Parlament [Carme Forcadell] no era la presidenta del Parlament, sino la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana y la delegada de Puigdemont”, señaló Arrimadas en una entrevista en Onda Cero.

Fuentes de los partidos independentistas señalaron que en sus negociaciones para formar Gobierno se ha planteado la posibilidad de que los cuatro exconsellers que acompañan al expresidente Carles Puigdemont en Bruselas podrían verse obligados a renunciar a sus actas como diputados electos para asegurar la mayoría absoluta independentista en el nuevo Parlament, ante votaciones como la de constitución de la Mesa y la de investidura.

En teoría, Catalunya en Comú-Podem se opondrá a que Ciudadanos consiga la presidencia del Parlament, según publicó elnacional.cat, aunque la formación liderada por Xavier Domènech añadió que todavía el partido de Arrimadas ni les ha ofrecido nada ni ha habido un contacto previo para sentarse a negociar.

Catalunya en comú-Podem se convierte en llave

Con la maniobra de Ciudadanos, los comunes se han convertido finalmente en llave como aspiraban en la campaña electoral, aunque de momento, solo para otorgar la presidencia del Parlament a un partido constitucionalista. Sí que está claro que los de Domènech no votarán en ningún caso a Arrimadas como presidenta de la Generalitat.

El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, admitió este miércoles sus “escasas esperanzas en el éxito de las negociaciones” con los comunes, alegando que “hasta ahora Podemos siempre que puede se pone del lado de los independentistas”. En caso de que las negociaciones no fructifiquen, Ciudadanos utilizará la falta de apoyo de los comunes para acusar a la formación de Pablo Iglesias de servir de apoyo al independentismo.

La carambola a la que aspira Ciudadanos responde a las críticas lanzadas por el PP y el PSC. El coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, les recriminó que “el gran problema de Ciudadanos durante su corta historia es que no asume responsabilidades, tiene alergia a gobernar. Ahora no se pueden ocultar en que gobiernan otros o en que ellos solo opinan, ha sido el partido que ha ganado esas elecciones y tiene que tomar su responsabilidad”.

Por su parte, el secretario general del PSC, Miquel Iceta, resaltó que “es necesario recordarles a Ciudadanos también que es una victoria que no servirá para modificar el rumbo de la política catalana, tal como nosotros habíamos advertido. Su falta de iniciativa estos días lo pone especialmente en evidencia”. Iceta rebajó sus críticas en los últimos días y aseguró que “facilitarían” la presidencia del mesa del Parlament para un no independentista.

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