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“Ha sido la lucha y el apoyo social lo que ha conseguido parar el derribo”

Maria Luisa Gracia es felicitada tras saber que su vivienda no será derribada // Olmo Calvo

Olmo Calvo

“Si a partir de ahora el Ayuntamiento entra en la casa será completamente ilegal” afirmó esta mañana Álvaro de la Asamblea de Vivienda del barrio de Tetuán de Madrid en la azotea del edificio. “Gracias a los datos aportados por funcionarios judiciales, sabemos que hoy finaliza el plazo. No tenemos ninguna confirmación oficial, pero sabemos que es así” puntualizó.

Desde que esta familia recibió una orden de expropiación de su casa en el 2004 con el pretexto de ampliar una acera, han pasado por varias instancias judiciales peleando legalmente contra la resolución. Pero “ha sido la lucha y el apoyo social lo que ha conseguido parar el derribo” asegura María Luisa Gracia, una de las hijas del propietario del inmueble.

Hoy, día veintiocho de agosto, según la información aportada por el grupo de apoyo a la familia afectada, se cumple el plazo para poder ejecutar la orden de derribo aprobada por el juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4. Ayer por la tarde, y después de catorce días de permanencias desde el primer intento de desalojo por parte de la policía, se celebró una multitudinaria asamblea en la azotea de la casa. Quedaba sólo un día de resistencia para paralizar el proceso de derribo.

A lo largo de la noche, bajo la luz anaranjada de las farolas, llegaron decenas de personas desde diferentes barrios de Madrid para dormir allí y estar dentro de la vivienda hoy por la mañana. Chicas y chicos jóvenes con mochilas y sacos de dormir, gente mayor con camisetas de “stop desahucios” y toda la familia afectada a excepción de los niños, abarrotaban la casa. “Hemos recibido un apoyo muy grande. La gente se está volcando porque saben que lo que hay aquí es un robo por parte del ayuntamiento” explicó María Luisa.

La noche en el número 29 de la calle Ofelia Nieto estuvo cargada de emociones. Sobre las diez de la noche había unas doscientas personas en la vivienda. La mayoría estaban en el garaje del edifico, donde la familia había preparado cena.

Poco después se fueron distribuyendo por toda la casa para dormir. En la azotea, en las habitaciones y los pasillos había gente tumbada sobre esterillas y tapadas con sacos o mantas. Alrededor de ciento cincuenta personas durmieron allí.

Pasaban las horas y el barrio estaba en silencio. Pero en la casa, permanentemente, se escuchaban susurros de conversaciones que surgían de cualquier rincón; en una esquina de la azotea, en la cocina, en la escalera que sube desde la calle o en las habitaciones. En una de ellas, a las dos de la madrugada, estaban reunidos María Luisa, su hermana María Ángeles, Manuel San Pastor y María José Vicente, abogados de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Álvaro, de la Asamblea de Vivienda de Tetuán y algún otro activista social conversando sobre la situación de la familia y redactando el texto de la rueda de prensa prevista para las diez de la mañana de hoy.

El catorce de agosto, cuando la policía intentó desalojar la vivienda por primera vez, llegaron un poco antes de las siete de la mañana. Por este motivo el grupo de apoyo a la familia afectada fijó la franja horaria entre las 6 y las 9 como la mas peligrosa.

Hoy, a las seis y media, ya había unas 50 personas en la puerta, diez de las cuales durmieron en la acera. Varios familiares y algunos activistas se pusieron a preparar jarras de café. Comenzaron los primeros gritos: “¡Este derribo lo vamos a parar!”. Decenas de cabezas se asomaban desde la barandilla de la azotea a la calle mirando la carretera para ver si venían coches o furgonetas de la policía. Pero eso no sucedió.

Paralelamente Francisco Gracia, el propietario del inmueble, fue al juzgado para intentar que le diesen algún certificado por escrito en el que figurase que hoy se vence el plazo para intentar derribar la vivienda. No lo consiguió. Pero si que dos funcionarios judiciales se lo confirmaron verbalmente.

A las diez de la mañana María Luisa y Álvaro dieron la rueda de prensa prevista. “Todavía no es momento de cantar victoria. La ley de expropiación forzosa no ofrece ningún tipo de garantías a sus víctimas. Sabemos que hoy a las 00:00 termina el plazo que el juzgado concede al Ayuntamiento para ejecutar el desalojo. Lo sabemos por una comunicación verbal que una funcionaria de los juzgados de Gran Vía trasladó a la familia y al abogado de la PAH. Sabemos que el juzgado comunicó al Ayuntamiento el auto que autorizaba la entrada el pasado 23 de julio. Dado que el auto judicial establece 30 días hábiles desde la notificación para la entrada; sabemos que la fecha límite expira hoy, esta madrugada. Sin embargo, no nos fiamos del Ayuntamiento de Madrid. Sabemos que en muchas otras ocasiones ha procedido a ejecutar derribos de manera ilegal, sin orden judicial…” manifestaron ante las cámaras.

Al terminar la rueda de prensa muchas personas que habían ido para apoyar y gran parte de los medios de comunicación se marcharon, pero otro grupo se quedó allí. El plazo para ejecutar el derribo termina hoy a las doce pero todo indica que no lo harán. El Ayuntamiento de Madrid solicitó ayer una prórroga del permiso de derribo. Ahora el juzgado de lo Contencioso Administrativo número cuatro deberá pronunciarse a favor o en contra. “Podemos darlo por ganado. Sí se puede” terminó Álvaro su última intervención ante los medios. Al menos, por ahora.

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