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Entrevista Secretario de Estado de Agenda 2030 y líder del Partido Comunista (PCE)

Enrique Santiago: “Yolanda Díaz es la candidata de la democracia española”

Enrique Santiago, secretario de Estado de Agenda 2030 y líder del PCE.

Iñigo Aduriz

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El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero lo bautizó como “fontanero de la paz” por su papel de mediador en distintos conflictos internacionales y, en especial, en el proceso de Colombia. Y Enrique Santiago (Madrid, 1964), prestigioso jurista internacional, secretario de Estado de Agenda 2030, recién reelegido secretario general del Partido Comunista (PCE) y diputado de Unidas Podemos, reconoce que a veces ha tenido que utilizar esas dotes pacificadoras también dentro del Gobierno cuando se agudizan los roces entre los socios: PSOE y Unidas Podemos.

La entrevista con elDiario.es tiene lugar el jueves, una vez finalizado el debate del estado de la nación en el Congreso y apenas unos minutos antes de que la Cámara Baja aprobara por amplia mayoría la nueva Ley de Memoria Democrática, en cuya negociación participó activamente. Echa de menos generosidad en la derecha española, a la que se ha permitido participar en la democracia “sin que hubiese sido capaz de condenar expresamente la dictadura”, y advierte: “No creo que sean capaces de retirar la Ley de Memoria, sería de una crueldad inusitada y acarrearía condenas y escándalos por parte de la comunidad internacional, la ONU e incluso los sistemas de justicia internacional”. Ahora trabaja en la reforma de la 'ley mordaza', que el Ejecutivo espera que vea la luz a partir de septiembre.

Sobre los audios de Ferreras y Villarejo, no se moja sobre el recorrido judicial de una denuncia, pero subraya que ha habido una organización criminal para eliminar a Podemos y a Pablo Iglesias y pide que no quede impune.

Acaba de volver a ser elegido secretario general del Partido Comunista (PCE). ¿Por qué sigue siendo necesaria esa fuerza política en España?

Sin duda alguna es la herramienta más útil en España o en cualquier lugar para acabar con la explotación de unas personas por otras, y más en este tiempo que vivimos en el que se ha añadido la explotación de un sistema que es injusto y suicida. El capitalismo, la explotación del planeta, está poniendo en riesgo la vida de la humanidad. Si algo ha quedado claro es que el sistema de producción capitalista es absolutamente incompatible con la preservación de un medio decente, saludable y aceptable no ya para el desarrollo de la vida humana, sino de cualquier tipo de vida. Hoy es más necesario que nunca cambiar ese sistema y la única corriente política convencida de que el capitalismo tiene poco margen de parches y de que hay que poner un sistema distinto es el movimiento comunista. Defender lo común, vivir en lo común es más necesario que nunca. 

El comunismo es la herramienta más útil para acabar con la explotación

¿Se puede cambiar el sistema desde el sistema? Usted es miembro de un Gobierno que también pone en marcha políticas capitalistas. 

La realidad se cambia desde todas partes. Es evidente que las transformaciones de las sociedades y de la humanidad tienen mucho más recorrido que la vida de un ser humano. Son procesos lentos, de evolución y desarrollo. Desde cualquier lugar se pueden realizar transformaciones, pero, por cierto, de una forma mucho más práctica desde mecanismos y resortes de poder. 

El hecho de que el PCE esté ahora integrado en IU y Unidas Podemos, ¿desdibuja su labor?

En el ADN del movimiento comunista en general y del PCE, en particular, están las alianzas y unir, no ya a la izquierda, sino a todas las fuerzas democráticas que están convencidas de que hay que dar pasos decididos para mejorar las condiciones de vida de la gente y acabar con los privilegios de las mayorías. Desde que nacimos, hace un siglo, fíjese todos los procesos de unidad que ha puesto en marcha el PCE: las alianzas obreras, el Frente Popular, la Plataforma Democrática, Izquierda Unida y ahora Unidas Podemos. 

Los audios de Villarejo muestran una organización criminal para eliminar a Podemos

Como jurista, ¿qué recorrido judicial considera que podrían tener los audios del excomisario Villarejo conocidos recientemente, en los que se desvelan las tretas del PP y de algunos medios para imputar a Podemos delitos que nunca se produjeron y difundirlos?

Se ha puesto de manifiesto una gran alianza para delinquir. En términos jurídicos se le llama organización criminal, compuesta por funcionarios, políticos y gente muy influyente de los medios de comunicación, con una finalidad: la eliminación de una fuerza política y de unos dirigentes políticos, en concreto, de Pablo Iglesias. Se aprecian indicios de muchos y variados delitos: falsedades documentales, cohechos, malversación de caudales públicos y todo tipo de conspiraciones delictivas. Es evidente que en nuestro ordenamiento no es delito mentir ante los medios de comunicación, pero sí existen los de falsear documentos o presentar denuncias y acusaciones falsas. 

¿Le ve recorrido en los tribunales?

Habrá que examinarlo y yo, desde luego, soy partidario de acabar con la impunidad y, sobre todo, prevenir. Que nadie caiga en la tentación de volver a realizar atrocidades de estas características. 

Usted ha tenido un papel determinante en la negociación de la Ley de Memoria que el jueves aprobó de forma definitiva el Congreso de los Diputados. ¿Queda coja por la abstención de ERC?

Me habría gustado que tuviéramos el apoyo de ERC y, además, considero que no hay motivos serios para no contar con ese apoyo, pero lo respeto. La ley es un avance muy importante. No es la ley que a Unidas Podemos nos hubiera gustado al 100%, porque habríamos garantizado más claramente y más rápidamente algunos de los derechos que se incluyen en esa ley, pero con el correspondiente desarrollo reglamentario esta ley puede garantizar derechos que aún no habían sido garantizados. Tiene especial importancia haber dado un paso trascendental para haber acabado con la impunidad de los crímenes del franquismo, al margen de que ya, a estas alturas, va a ser muy difícil que se haga justicia por la sencilla razón de que la muerte extingue la responsabilidad penal y a estas alturas hay muy pocos victimarios del franquismo que estén vivos.

Para las víctimas que siguen vivas, ¿dará tiempo a que esta ley haga justicia con ellas?

Claro que sí. Hay que ponerla en marcha ya y los mecanismos de reparación son esencialmente éticos y políticos. Y también se incorporan económicas, faltaba más. Pero las víctimas de la dictadura franquista siempre han tenido la suficiente generosidad como para no centrar sus reivindicaciones en reparaciones económicas. La mera aprobación de esta ley es una clara reparación para ellas. 

Bienvenidos los anuncios de Sánchez, pero hacen falta pasos rápidos

Se lo digo por la amenaza tanto de PP como Vox de derogarla. 

La derecha española, heredera del franquismo, que todavía no ha sido capaz de condenar expresamente la dictadura, debería ser un poco más generosa. La democracia española ha sido muy generosa con ellos, con esa derecha, se les ha dejado que formen parte de la democracia sin exigirles hasta ahora responsabilidades. Lo mínimo que podían hacer es tener un poquito de generosidad con las víctimas y sobre todo no esconderse detrás de las víctimas del terrorismo para ocultar su grave problema, que es que no quieren reconocer a las del franquismo porque no asumen que fue un régimen ilegal y criminal. Reconocer derechos a un colectivo de víctimas no le resta derechos a nadie. El paso que hemos dado [con la aprobación de la ley] me parece irreversible. No creo que la derecha sea capaz de retirar esos derechos. Sería de una crueldad inusitada, muy indigno y acarrearía condenas y escándalos por parte de la comunidad internacional, la ONU e incluso los sistemas de justicia internacional. 

El Gobierno ha dejado para el próximo periodo de sesiones dos leyes que han generado discrepancias como la derogación de parte de la 'ley mordaza' y la nueva Ley de Vivienda. ¿Cree que contarán con los apoyos suficientes para salir adelante en el Congreso?

La reforma de Ley de Seguridad Ciudadana [la conocida como 'ley mordaza'], que es la que más he trabajado, es una obligación sacarla adelante. Es parte del acuerdo de gobierno [entre el PSOE y Unidas Podemos] igual que la Ley de Vivienda y es necesario recuperar las libertades públicas que fueron cercenadas y eliminadas por la derecha para impedir la protesta social y la libertad de expresión y manifestación. Todos debemos hacer un esfuerzo y no solo me refiero a las fuerzas políticas que apoyan al Gobierno sino también al propio PSOE. Tiene que ser capaz de asumir el marco íntegro previo a la reforma del PP y no quedarse a medias. Es fundamental. 

Se refiere a las identificaciones policiales, al uso de material antidisturbios...

A las desobediencias y a muchas cosas. Pero creo que vamos por buen camino y tenemos acuerdos importantes en la ampliación del ejercicio del derecho de manifestación. En términos generales está habiendo grandes esfuerzos por parte de todas las fuerzas del pacto de legislatura. Soy optimista y espero que no interfiera ninguno de esos partidos que no se presenta a las elecciones pero que pretende dictarnos a las fuerzas políticas con representación democrática lo que tenemos que hacer. 

¿A qué partidos se refiere?

No me refiero a partidos.

¿A asociaciones policiales?

A fuerzas sociales, institucionales que se arrogan una representatividad que no tienen. Ya que usted menciona las asociaciones policiales, me ha parecido francamente vergonzoso que haya asociaciones, no todas, que en vez de exigir los derechos en democracia para todos los ciudadanos, lo que exijan es una restricción de derechos. 

Una de las grandes diferencias recientes entre PSOE y Unidas Podemos ha sido la actitud ante la OTAN. Usted, como líder del PCE, participó en la contracumbre que se celebró en Madrid poco antes de que comenzara la reunión oficial de la Alianza Atlántica. Las derechas le dicen que no se puede estar en contra de la OTAN y formar parte de un Gobierno de un país que está dentro de la alianza. 

Claro que se puede. De hecho, fíjese, yo estoy en contra de la OTAN y estoy dentro del Gobierno. Este es un Ejecutivo de coalición y este tipo de gobiernos son de fuerzas políticas distintas que tienen posiciones distintas. Nosotros [Unidas Podemos] estamos dispuestos a discutir todo y a construir posiciones consensuadas, pero no ha habido ningún tipo de discusión en el seno del Gobierno para intentar llegar a acuerdos sobre el papel de España en la OTAN. Nuestra posición es clara: no tienen razón de ser las alianzas militares, mientras existan habrá guerras y, cuando desaparezcan, no las habrá. Pocos expertos tienen hoy dudas de que estamos en un serio conflicto en Europa, donde la permanente expansión de la OTAN hacia el este ha tenido mucho que ver hasta esta situación de guerra. 

La ilusión de Sumar debe ser el motor que refuerce la presencia de la izquierda en el Gobierno

De usted siempre se destaca su figura de pacificador o de “fontanero de la paz” por su papel en distintos procesos de diálogo como el de Colombia. ¿Ha tenido que emplear esas dotes dentro del Gobierno para mediar entre los socios?

Es importante tener la suficiente capacidad para enfrentar los conflictos, las contradicciones, y ser capaces de resolverlas. Lo que he aprendido en los distintos procesos de negociación es que los diferentes puntos de vista siempre encuentran una confluencia o un camino común cuando las partes definen un proyecto con el que ambos se identifican. Ahí todo el mundo es capaz de ceder en sus aspiraciones maximalistas. Eso intento ponerlo a diario en práctica porque nuestros socios son retraídos a la hora de aprobar reformas. Por ejemplo, a mí me hacía mucha gracia, en la campaña electoral de Andalucía, escuchar a los dirigentes del PSOE sacar pecho, como debe ser, por la reforma laboral o la subida del salario mínimo. Toda la opinión pública recuerda cómo para esa subida nos encontramos con una gran oposición del PSOE, de ministros y ministras que auguraban todo tipo de males, desempleo, crisis económica... Apenas dos semanas antes de cerrarse la reforma laboral intentaron sacar del timón a la ministra de Trabajo [Yolanda Díaz] y que pilotara la reforma el Ministerio de Economía. Habría sido un desastre. Me alegraba mucho en la campaña electoral de que sacaran pecho de esto. Yo pediría a nuestros socios que no se opongan a cosas tan necesarias cuando luego al final asumen, como se ha visto en el debate sobre el estado de la nación, que son necesarias, imprescindibles, buenas para la gente y posibles en un país que está entre las 10-12 economías del mundo.

¿Ese debate ha restituido el bloque de la investidura?

Habrá que ver. De buenas palabras está el infierno lleno. Lo que hace falta es que se concrete esa apuesta por realizar políticas que beneficien a las mayorías, y más en un momento de crisis como este. No me cabe ninguna duda de la buena voluntad de las fuerzas políticas del pacto de investidura, pero claro, para garantizar los derechos de la gente, no de las grandes eléctricas o los bancos. Bienvenidos sean los anuncios hechos por el presidente del Gobierno, muchos de ellos los hemos exigido desde Unidas Podemos y apenas una semana antes nos decían que eran imposibles. Pero no bastan anuncios, hacen falta pasos rápidos. 

Yolanda Díaz es la mejor candidata que tiene la democracia española

Desde el Ministerio de Derechos Sociales del que forma parte, ¿cuáles son los principales retos de cara a la negociación de los Presupuestos?

Desde el ministerio le corresponde hablar exclusivamente a la ministra [Ione Belarra] de esa materia. Como miembro del espacio de Unidas Podemos está claro que ahora mismo lo que hace falta es poner en marcha unos Presupuestos claramente expansivos, que combatan la inflación, que garanticen el valor de los salarios, que aumenten las ayudas y los apoyos sociales, que garanticen la creación de empleo. Tiene que haber más empleo público para mejorar los servicios públicos que son un pilar básico del Estado social y no se nos puede imposibilitar eso porque gastemos dinero en armas, guerra o en nutrir las empresas armamentísticas de otros países. Es el momento de la defensa de la seguridad humana y no de gastar en guerras. 

Fue el único o de los pocos miembros del Gobierno que estuvo en el acto de presentación de Sumar, la plataforma de escucha de Yolanda Díaz. ¿Qué le pareció?

Muy ilusionante. Es un paso sin vuelta atrás. Siempre he pensado que había que poner ya en marcha ese proceso de Sumar y estamos muy satisfechos. El principio ha sido muy bueno. Tantísima gente con ese calor que hacía en Madrid muestra el entusiasmo y el interés. Ahora lo que queda es organizar ese sentimiento de participación, colaboración, construcción colectiva, y extenderlo al máximo. La ilusión debe ser el motor de la organización de un amplísimo movimiento ciudadano que sea capaz de seguir ampliando derechos desde el Gobierno y que refuerce la presencia de la izquierda en el Gobierno de España.

¿Cree que Yolanda Díaz debe dar el paso y confirmar que será candidata a la Moncloa?

Para mí no hay duda. Yolanda es la mejor candidata que la democracia española puede tener en este momento. Ojalá que todas las personas que sean demócratas den su apoyo a Yolanda Díaz.

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