La hora de la verdad para el PP de Casado en la Eurocámara: los 'populares' europeos debaten si rompen con Orbán

Andrés Gil / Iñigo Aduriz

Corresponsal en Bruselas —

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Cuando el Parlamento Europeo censura al Gobierno de Viktor Orbán y le abre un expediente por violar los valores europeos, el PP de Pablo Casado se rompe en cómo no votar a favor –tres diputados votaron con la extrema derecha; nueve se abstuvieron y cuatro se ausentaron–. Cuando el Parlamento Europeo aprueba una resolución contra el deterioro del Estado de Derecho en Polonia y Hungría, la delegación española del PP vota en contra, a pesar de que la familia política había decidido apoyarla. Cuando el Parlamento Europeo aprueba una resolución –455 votos a favor, 145 en contra y 71 abstenciones– que señala que la sentencia que declara inconstitucional el aborto en Polonia en caso de defecto grave e irreversible “pone en peligro la salud y la vida de las mujeres”, dado que la mayoría de los abortos legales en el país se efectúan bajo ese supuesto, votan en contra los eurodiputados de Vox y algunos del PP de Casado –la otra mitad de los populares españoles se abstuvo–. Y cuando se le pregunta a Orbán, afirma: “Estuvimos a un centímetro de salir del Partido Popular Europeo. No lo hicimos solo porque los franceses, los españoles y los italianos nos respaldaron de forma clara y dijeron en la discusión que hay que apoyar a Hungría”.

Viktor Orbán, quien ha mantenido bloqueado el fondo europeo de recuperación de 750.000 millones y los presupuestos de la UE para 2021-2027 de 1.074 billones de euros por su oposición que el dinero europeo esté vinculado al respeto del Estado de Derecho, puede estar consumiendo sus últimos días –o semanas– en la familia popular europea. Este domingo se ha incluido en el orden del día de la reunión del miércoles del PP en la Eurocámara el debate sobre la expulsión del jefe de Fidesz, el partido de Orbán, en la Eurocámara. Y el PP de Casado aún no ha anunciado públicamente qué hará. “Es una cuestión que estamos analizando y no le puedo dar más detalles”, ha asegurado Teodoro García Egea, secretario general del PP, este lunes.

Según dijo hace unas semanas el propio Casado, evitando criticar el chantaje de Hungría y Polonia sobre el fondo europeo anticrisis mientras cuestiona el Estado de Derecho en España, “Polonia y Hungría están diciendo: 'No nos riñan a nosotros cuando el Gobierno socialista de Sánchez ha nombrado a la fiscal general del Estado a dedo, siendo una diputada socialista”. “Me parece mal lo de Sánchez y lo de Polonia. ¿Por qué no podemos tener como modelo lo que hace Alemania o Francia, por qué tenemos que estar viendo lo que hace Polonia, que es un Gobierno extremista de derechas como el de Sánchez es extremista de izquierdas?”. A renglón seguido, Casado sentenció que “Podemos es igual de radical en la izquierda que el Gobierno de Polonia es radical en la derecha”.

Aquel mismo día, el presidente del Partido Popular Europeo y ex presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, fue muy claro. “Quien esté en contra del principio del Estado de Derecho, está en contra de Europa. Espero una posición clara al respecto de todos los partidos del PPE. Los oponentes de nuestros valores fundamentales ya no deberían ser protegidos por nadie”, dijo Tusk.

“Métodos de la Gestapo”

¿El motivo concreto para debatir la expulsión del líder de Fidesz en la Eurocámara? “Si no respetan las reglas de nuestro juego a nivel europeo, lo haremos sin ellos”, dijo Manfred Weber, presidente del grupo popular en el Parlamento Europeo y miembro del partido bávaro hermano –CSU– de la CDU Angela Merkel, presidenta de turno de la UE. Y el jefe de la delegación de Fidesz, Tamas Deutsch, respondió acusándole de prácticas propias de la Gestapo. “Si no tienes nada que esconder, no tienes que tener miedo'. Recuerdo bien que la Gestapo y la ÁVH [policía secreta húngara] tenían el mismo lema”, dijo Deutsch en respuesta a Weber: “Eso es lo que decían, que no debían tener miedo quienes no tuvieran nada que ocultar. Weber no está diciendo la verdad, porque hay valoraciones subjetivas de los derechos que están en línea con las opiniones políticas y que se disfrazan como sus derechos”.

Esta comparación entre las palabras de Weber y las prácticas de la Gestapo es lo que puede llevar a la expulsión de Deutsch del grupo popular en la Eurocámara. Y, si se expulsa al jefe de Fidesz, es de suponer que los otros 11 eurodiputados del partido se vayan con él. Y, si se rompen los vínculos de Fidesz con el PPE en la Eurocámara, es de suponer que se vayan a romper con el partido, el PPE, que tenía previsto abordar el asunto en su asamblea del 2 de febrero. Un asunto, que, de alguna manera, podría influir en que la votación este miércoles no termine de producirse.

“Quizá los jefes de los partidos prefieran esperar al 2 de febrero: que el partido expulse a Fidesz y, después, el grupo en el Parlamento Europeo”, explican fuentes populares.

¿Y qué harán esos españoles, italianos y franceses que sostuvieron a Orbán en el PPE, según sus propias palabras? “Ahora todo depende de lo que diga la canciller alemana, Angela Merkel. Si ella decide que hay que echarlos, se les echará. Los italianos, que siempre han estado a su favor, llevan semanas callados. Los franceses harán lo que pida Merkel, igual que los españoles: el otro día ya Esteban González Pons [vicepresidente del grupo popular en la Eurocámara] tuiteó en contra de Deutsch. Se están quedando solos”.

“Otra cosa son las delegaciones del Este”, explican las fuentes. No en vano, el primer ministro esloveno Janez Janša, defensor de la idea del fraude electoral contra Donald Trump, se puso del lado de Hungría y Polonia en el veto al mecanismo del Estado de Derecho. “Es el debate que hubo con Jean-Claude Juncker, cuando Orbán decidió atacarlo con nombres y apellidos, y eso no se puede consentir. Una cosa es que no estés de acuerdo, y otra es hacer campaña insultando a los líderes del partido. Si aquel debate llevó a la suspensión de Fidesz en el PPE, esto puede llevar a la expulsión”.

Pero, junto con la fecha del 2 de febrero fijada por el presidente del PPE, Donald Tusk, se suma que, quien decidirá la suerte de Fidesz, Angela Merkel, “lleva semanas como presidenta de turno de la UE dedicada a la aprobación de los fondos europeos y al Brexit. Además de al coronavirus, que está despuntando en Alemania”, explican las fuentes, señalando que “no tiene tiempo para este asunto interno”.

“Merkel ha estado muy callada sobre este tema en las últimas semanas”, dicen otras fuentes: “La gente lo interpreta como signo de que hay que votar a Deutsch. Además, ha sentado mal la excursión del ministro de exteriores”. Péter Szijjártó visitó el pasado 10 de diciembre a líderes de extrema derecha en Holanda, Austria, Dinamarca y Finlandia para hablar sobre “migración”.

La decisión sobre si el miércoles se vota a las 18.00 la tomarán los jefes de los partidos populares en la Eurocámara a partir de las 15.00. “Ellos siempre han amenazado con un plan B de la mano de Matteo Salvini, pero nunca terminó de ocurrir porque Orbán siempre ha sido un actor racional, que no elige la ideología por encima del poder. Y marcharte con ID [Salvini, Le Pen] es ideología, mientras que el PPE es poder”.

Y todo esto ocurre cuando un eurodiputado de Fidesz acaba de ser cazado en una orgía saltándose todas las restricciones por la pandemia de la COVID-19 en Bruselas. Jozsef Szajer (Fidesz/PPE), quien dimitió alegando “fatiga” antes de saberse que había sido pillado en una fiesta sexual en el centro de Bruselas con 25 personas, principalmente hombres, que fueron todas multadas, según adelantaron medios belgas.

De acuerdo con NHL, en la fiesta también estuvieron presentes “varios diplomáticos” y el eurodiputado, quien “supuestamente intentó huir por la canaleta del techo, pero la policía lo pudo atrapar”. Los agentes también encontraron drogas en el lugar, según el mismo medio.

El propio Szajer, según medios húngaros, “no solo es un aliado cercano del primer ministro Orbán, él personalmente reescribió la constitución de Hungría para incluir la siguiente línea: 'Hungría protegerá la institución del matrimonio como unión de un hombre y una mujer”.

Ahora hay una placa en el desagüe donde terminó la vida política del eurodiputado húngaro Szájer mientras intentaba escapar de la famosa orgía.