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Imputado el ex primer ministro francés Balladur por un caso de corrupción
El ex primer ministro conservador francés Edouard Balladur fue imputado por un caso de corrupción vinculado a un contrato armamentístico con Pakistán que supuestamente sirvió para financiar su campaña presidencial de 1995 y que estuvo en el origen de un atentado en Karachi en 2002 que causó 15 muertos.
“Le Canard Enchaîné” reveló hoy la imputación de Balladur, que tiene ahora 88 años, por malversación y receptación, después de haber prestado declaración el lunes ante los jueces del Tribunal de Justicia de la República, habilitado para ocuparse de aforados miembros del Gobierno por actos en el ejercicio de sus funciones.
Se sospecha que quien fue primer ministro de marzo de 1995 a mayo de 1995, durante el segundo mandato del presidente François Mitterrand, financió una parte de su campaña para las presidenciales de ese último año (quedó eliminado en la primera vuelta y finalmente ganó el también derechista Jacques Chirac, con el que mantuvo una gran rivalidad).
De acuerdo con los elementos de la instrucción, una vez que era jefe del Estado Chirac decidió poner fin en 1996 a un sistema de corrupción de doble recorrido en relación con una venta de submarinos de Francia a Pakistán firmado en 1994, cuando Balladur estaba al frente del Gobierno.
En concreto, unos intermediarios recibían unas comisiones por el contrato y revertían una parte a personalidades que habían participado en la conclusión del contrato.
El 8 de mayo de 2002 se produjo un atentado en Karachi contra un autobús de empleados de la Dirección de Construcciones Navales (DCN, los astilleros militares franceses) que trabajaban en la construcción de los submarinos. Murieron 15 personas, entre ellos 11 franceses.
Los jueces instructores franceses que se dedicaron a ese ataque llegaron a la conclusión de que detrás de todo estaba el sistema de comisiones ilegales.
Los investigadores interpretaron que el atentado -que inicialmente se sospechó que pudo haber sido obra de Al Qaida- fue, en realidad, en represalia por cerrarse el grifo de las comisiones.
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