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La investigación de narcotráfico que destapó favores a empresarios y confidentes en la Guardia Civil de Valladolid

Acto institucional en Valladolid en honor de la patrona de la Guardia Civil, la Virgen del Pilar.

Laura Cornejo

El Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid investiga una trama de favores a empresarios y confidentes cuyo centro de operaciones estaba en la Comandancia de la Guardia Civil. Un agente de Información y responsable también de las relaciones con los medios de comunicación está siendo investigado por revelación de secretos, tráfico de influencias y cohecho.

 Los presuntos delitos salieron a la luz de manera casual, cuando el Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional de Valladolid seguía la pista a una organización afincada en Valladolid, el clan de los Varela, una conocida familia merchera. El asunto reventó el pasado mes de marzo con una macrorredada sin precedentes en la ciudad. Participaron en ella más de 200 agentes y 28 letrados de la Administración de Justicia. De esa operación, en la que el narcotest marcó como ketamina lo que sólo era insecticida, y que se saldó con el hallazgo de apenas 100 gramos de cocaína, plantas de marihuana, vehículos de lujo y unos 40.000 euros en efectivo, salió otra presunta trama delictiva: entre los 47 detenidos había un guardia civil.

En los atestados policiales incorporados en las diligencias previas, a las que ha tenido acceso eldiario.es, la Policía relata cómo se produjo el “hallazgo casual”, al pinchar a uno de los “satélites” del clan de traficantes, un hombre apodado como El chule que usaba una fábrica de su propiedad para dar cobertura económica al grupo y esconder droga de manera puntual o hacer de informante para la organización. Los agentes le oyeron presumir de contactos como un guardia civil al que llegó a recurrir para localizar a personas que le debían dinero a él y por tanto a la presunta organización criminal.

En las intervenciones telefónicas la Policía comprueba como el guardia civil revela antecedentes penales de otras personas, falsifica un expediente de multa de tráfico colocando a un hombre de Colombia que ni siquiera ha pisado España, e intercede en algunas negociaciones sospechosas. En su declaración ante el juez, aseguró que todo lo que decía a sus contactos, a los que denomina “colaboradores” –confidentes- eran “milongas” para sacarles información, ya que llevaba meses detrás de unos narcotraficantes que movían droga de Galicia a Castilla y León y Francia, y también trabajaba en un caso de mafia rusa.

Una de sus intervenciones más llamativas es la que este agente dice hacer para un joven que va a tener un juicio por alcoholemia. El asunto acaba en una conformidad pero según la Policía, el agente “se atribuye a sí mismo” la cualidad de haberle favorecido. No sólo eso,  dice que tiene “un amigo en el juzgado” que agilizaría el cumplimiento de la condena. Además se ofrece a consultar diariamente los archivos de la DGT para estar al tanto de cuando se graba la retirada de carnet a la que ha sido condenado para que hasta ese momento pueda seguir conduciendo.

El acuerdo alcanzado se celebra con una comida a la que acude la cúpula de la Guardia Civil, pero además, el agente dice que su contacto en el juzgado pide que se le compense, y en concreto, dice que con seiscientos euros. La Policía destaca en su informe que en la línea telefónica del guardia no se ha recogido “ninguna conversación en tal sentido con funcionario del juzgado ni con ninguna otra persona”.

Pero, además de trabajar con colaboradores o confidentes, el guardia intermedia en negocios, ya que es amigo de un empresario de publicidad al que consigue un acuerdo para coloque a una cadena de electrocdomésticos unas cuñas que ha comprado a una emisora de radio. El pago se realizó en especie, y el agente tuvo su parte: una Tablet, una báscula y unas planchas para el pelo. Pero a última hora, cuando ya tiene los regalos en su poder, algo se tuerce y ni la radio ni el publicista se hacen cargo, por lo que tiene que pagarlos o devolverlos, cosa que finalmente hace. En la conversación con el responsable de la tienda, con el que asegura que tiene gran amistad, llega a decirle: “Que te debo mucho, macho, sólo lo que has hecho con la mujer del Teniente Coronel, no me jodas”. El representante de la cadena de electrodomésticos le resta importancia, pero el guardia insiste: “No, no, no, porque siempre das todo, y encima joder con la putada que te hicimos, no me jodas”.

En la declaración judicial de ambos, ni el juez ni el fiscal preguntaron por el favor que el encargado de la tienda había hecho a la mujer del Teniente Coronel.

Además del propio guardia investigado, ha tenido que declarar ante el juez otro agente que participó en un engaño a un empresario. Fue en la propia Comandancia, cuando recibió a un distribuidor de Alicante, relacionado con un amigo suyo bodeguero para el que se acaba de sobreseer la causa. Al parercer, tenía un problema con Hacienda y los dos guardias maquinan una llamada en el que el segundo se hace pasar por funcionario de Hacienda. Antes, el imputado le pide que diga que a ver qué tal se porta después con su amigo.

“No digas vino ni nada, y a ver qué nos da, que nos manda cuando vaya yo en semana santa y lo traemos […] ya se lo recuerdo yo, y que nos dé una caja de Carraovejas o de Arzuaga, o unos aceites que tiene él o cosas ¿vale?”. La conversación se desarrolló como habían acordado, y con la coletilla final del falso funcionario de Hacienda: “Y ya le puedes decir a tu amigo que tenga un buen detalle contigo, que, venga, un saludo”.

El detalle lo tuvo, porque ese mismo día, el empresario vuelve a la Comandancia “con el coche lleno”. El empresario llevaba gambas y panceta ibérica. Pero según relata el agente a su hermano, les pilló el Coronel. “La de dios, El coche lleno, encima viene el Coronel, que se ha presentado y me ha pillado”. En otra llamada se comprueba cómo acaba regalando la panceta al Coronel.

También en un par de conversaciones con su mujer le explica que hay “rebingo” y que tienen que ir al banco porque lleva “el bolso lleno” y no sabe ni lo que lleva. Poco después llama al empresario porque en el sobre hay 1.750 euros cuando debería haber 2.000.

La causa se sigue instruyendo y se está a la espera de que se pidan nuevas diligencias antes de continuar con más declaraciones. Fuentes del caso atribuyen la operación policial a un 'pique'  de la Policía con la Guardia Civil por haber coincidido o interferido en operaciones. En la causa se han personado tanto la Unión de Oficiales como la Asociación Unificada de la Guardia Civil.

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