Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

José Antonio Moral Santín: de factótum de la izquierda madrileña a Soto del Real

José Antonio Moral Santín entra en la Audiencia Nacional durante la instrucción de la causa por las tarjetas 'black'

Aitor Riveiro

Cada semana, José Antonio Moral Santín (Villafranca del Bierzo, 1949) cumplía su ritual. Se acercaba a un cajero automático de Caja Madrid, introducía su tarjeta y retiraba la cantidad máxima que le permitía la entidad. 300, 500 o 600 euros, según avanzó el tiempo. Así, hasta completar 360.000 euros. 60 millones de las antiguas pesetas, moneda oficial cuando este catedrático de Economía Aplicada por la Universidad Complutense entró al Consejo de Administración de la entidad financiera. 23 años después, Moral Santín se maneja ahora con la tarjeta del economato de Soto del Real.

Moral Santín ingresó el pasado 29 de octubre en la cárcel para cumplir los cuatro años a los que fue condenado por apropiarse indebidamente de 456.522 euros de la entidad de la que fue vicepresidente durante lustros. La gran mayoría del dinero, los 360.000 euros antes citados, los retiró en efectivo. El destino del dinero es desconocido, pero el que fuera su entorno académico y político le recuerda pidiendo que le invitaran a comer de forma muy habitual. En Villafranca, mientras, se construyó una casa a la que dejó de acudir cuando estalló el escándalo.

De los otros 100.000 euros sí quedó rastro: restaurantes de lujo, comidas en diversos establecimientos de la red de Paradores Nacionales o el Golf Beach Aparthotel de Girona, donde se dejó 1.000 euros en tres días.

Hoy, nadie le rinde cuentas en la izquierda institucional madrileña y estatal. Se hacen bromas sobre lo inapropiados que son sus apellidos vista su actual residencia en Soto. O se enarbola el habitual “yo ya lo decía”. Pero durante años, José Antonio Moral Santín fue una de las personas más poderosas en la casi extinta Izquierda Unida de la Comunidad de Madrid (IUCM), que acabó expulsada de la organización federal que entonces dirigía Cayo Lara precisamente por los coletazos de su participación en la gestión en Caja Madrid, primero, y Bankia, después.

Moral Santín militó en el comunismo clandestino durante el franquismo y fue uno de los fundadores del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), una escisión del oficial PCE que hoy pervive como poco más que un grupúsculo sin apenas presencia institucional ni social.

El economista llegó a ser su secretario general en Madrid. En 1986, el grupo formó parte de la fundación de Izquierda Unida. Moral Santín fue elegido diputado autonómico en las siguientes elecciones, en 1987. En 1989 volvió al PCE. Y en 1991 repitió en las listas electorales.

Ocupó un escaño en la Asamblea de Madrid dos legislatura hasta 1995. Como parte del acuerdo que permitió a Joaquín Leguina mantener la Presidencia regional entre 1991 y 1995, Moral Santín fue designado presidente de Telemadrid. La debacle socialista de 1995 y la mayoría absoluta del PP de Alberto Ruiz-Gallardón supusieron su destitución, aunque permaneció como consejero de la radio televisión pública madrileña.

De Telemadrid, a la vicepresidencia de Caja Madrid

Ese año, cambió la historia para Moral Santín y para buena parte de la izquierda política y sindical madrileña. Perdido el Ayuntamiento de la capital en 1991, el ascenso del PP también a nivel regional redefinió los equilibrios de poder durante décadas.

En 1996, apenas un año después del triunfo, el PP se lanzó a por el control de Caja Madrid, motor financiero de toda la región. En septiembre, el partido de Gallardón firmaba un acuerdo secreto con CCOO al que se sumó IU para situar a Miguel Blesa al frente de la caja pública.

La contraprestación: una vicepresidencia para Moral Santín que ya no soltaría hasta que la caja, al borde de la quiebra, fue absorbida por la naciente Bankia. El economista fue consejero del banco que presidió Rodrigo Rato, también en prisión por el uso de las tarjetas opacas al fisco.

No fue el único acuerdo que el PP e IU firmaron para asegurarse el control de Caja Madrid. O una parte del PP: la de Esperanza Aguire. En 2009, en plena crisis financiera global y con la entidad entrando en terrenos resbaladizos, ambos partidos, además de CCOO, UGT y el PSOE, suscribieron un pacto para repartirse el Consejo. Ignacio González iba directo a la Presidencia de Caja Madrid. Pero se interpuso Mariano Rajoy, quien colocó a Rato al frente.

El documento, que publicó años después eldiario.es, estaba suscrito por Francisco Granados por el PP y Antero Ruiz por IU.

Antes, bajo la presidencia de Miguel Blesa, Caja Madrid se convirtió en un polo financiero de la región. Gestionó sus participaciones financieras a través del holding Cibeles (después, Bankia Inversiones Financieras).

Dos de las empresas en las que participaba la entidad a través de Cibeles fueron el City National Bank of Florida o la aseguradora Mapfre. Moral Santín acabó de consejero en la segunda. La primera se convirtió en un dolor de cabeza judicial para Blesa por un agujero de 500 millones de euros. Y permitió el surgimiento de una figura como la del juez Elpidio José Silva.

De la cúpula al escrache

Moral Santín y la vieja guardia de IU en la región se bunkerizaron en Madrid. En 1996, el año del asalto a Caja Madrid, se registró el partido IUCM ante el Ministerio del Interior. La federación madrileña se confederaba con la estatal, que perdió el control de sus cuentas, afiliados y acciones institucionales.

La crisis financiera, la debacle de Caja Madrid, el 15M, la irrupción de Podemos y la hecatombe electoral de autonómicas y municipales de mayo de 2015 rompieron la baraja. La dirección federal de IU le vio las orejas al lobo y tomó las medidas que nunca había adoptado.

Acabó desfederando a IUCM y creando una nueva estructura en la región. Una parte de lo que quedaba se atrincheró en el sur de Madrid.

Años antes, Moral Santín ya enfrentaba las críticas de la izquierda más combativa de Madrid. Y donde quizá menos se lo podía esperar: en la universidad.

El economista ejercía la docencia en la Universidad Complutense de Madrid. En 2012, alumnos del colectivo Contrapoder ejecutaron un escrache durante una de sus clases. Y lo grabaron.

El manifiesto lo leyó un desconocido Miguel Ardanuy, hoy diputado regional de Podemos A su lado, Eduardo Fernández Rubiño, compañero de bancada. El vídeo está publicado en YouTube. En la cuenta de La Tuerka, el programa que presentaba Pablo Iglesias con la colaboración de Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón.

Aquello ocurrió en 2012. En febrero de 2017, Ardanuy interrogaba a un Moral Santín despojado de todo su antiguo poder en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid.

Etiquetas
stats