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Rigodón, florilegio, fierabrás y otros adornos del discurso barroco de Rajoy

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, en el debate de investidura.

Andrés Gil

Mariano Rajoy se ha gustado en su intervención. En pleno 2016, en un mundo en el que los anglicismos y barbarismos campan a sus anchas por la lengua castellana, Rajoy ha recurrido a términos con los que cuesta toparse en estos tiempos de omnipotencia de la cultura audiovisual.

“El pacto que nos trae con Ciudadanos parece que estuviera al nivel del pacto de los Toros de Guisando, el Compromiso de Caspe o los Pactos de La Moncloa”, ha interpelado Rajoy a Pedro Sánchez. Los Pactos de La Moncloa, de hace cuarenta años, han resucitado estos días por boca de Sánchez, Rajoy y Albert Rivera... Pero, ¿el pacto de los Toros de Guisando? ¿Y el Compromiso de Caspe? Historia medieval.

La Jura o Concordia de los Toros de Guisando tuvo lugar en 1468 en el Cerro de Guisando para alcanzar un acuerdo entre el rey de Castilla Enrique IV y su hermana Isabel. En dicha jura se proclamó princesa de Asturias y se le reconocía como heredera de la Corona de Castilla. Algunos historiadores cuestionan la veracidad de este encuentro porque no se conserva ningún documento legal. Y el Compromiso de Caspe, en 1412, se produjo entre miembros del reino de Aragón y Valencia y del principado de Cataluña eligieron un nuevo monarca tras la muerte de Martín I de Aragón, que falleció sin descendencia.

En lo que más se ha regodeado Rajoy ha sido en metáforas del “teatro” en el que, según él, se ha convertido la sesión de investidura de Sánchez: “Ha representado con Podemos, Izquierda Unida y Compromís un vodevil [género de teatro de variedades que triunfó entre 1880 y 1930] de 23 personas mientras se hacía fotos reuniéndose al mismo tiempo con Ciudadanos”. Y ha proseguido: “Es un rigodón con cambio de parejas: ha consumido el mes repartiendo promesas y esperanzas con las manos vacías”.

¿Qué es un rigodón? Es una danza de origen francés de los siglos XVI y XVII –no confundir con el mayordomo francés de Willy Fog en la serie de dibujos animados emitida por TVE en 1983 llamado Rigodón–.

En este mes “consumido”, Sánchez ha logrado, según Rajoy “magros apoyos. [...] Ya verán cómo lo entienden, a pesar de ser ustedes”. Y aquí puso en cuestión las entendederas de la bancada socialista: “No me hizo falta un mes para comprobarlo. ¿Ven como lo entienden? No engañé a nadie, ni al rey, ni a esta Cámara ni al conjunto de los españoles. No gasté ni un día. ¿Necesitaba tomarse un mes para lo que nos ha traído? ¿Verdad que no?”

Y aquí llegó otra rareza: “Han querido colar el acuerdo  [con Ciudadanos] de matute en este debate”. Es decir, según la Academia, “a escondidas, clandestinamente”. Y es que Sánchez, según Rajoy, ha ido “improvisando programas, como quien prepara el menú de la boda, y acaba de improvisar un florilegio, como las dietas de los convalecientes”. ¿Florilegio? “Colección de trozos selectos de materias literarias”, según la Academia.

“Si está representando una comedia, no sé bien a qué hemos venido”, ha dicho Rajoy, “¿qué estamos haciendo aquí? ¿Hemos venido a ratificar una mayoría o a incubarla? Estamos en un nuevo escenario, pero seguimos en la misma comedia. Es uyna investidura de ficción. Está tomando el pelo a los españoles con este teatro”.

“¿Qué es este curalotodo? ¿El bálsamo de fierabrás?”, se ha preguntado Rajoy, recordando El Quijote. Para concluir: “Es un 'bluf': montaje propagandístico para crear un prestifgio que posteriormente se revela falso. Me parece que está muy bien descrito. Y una amenaza para los intereses de los españoles”.

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