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Los turistas avisan: “Incendiar la calle hará perder simpatías”

Un grupo de manifestantes realiza una sentada en la Plaza de España de Barcelona, hoy viernes, el día en el que Cataluña vive su cuarta huelga general en menos de dos años vinculada al proceso independentista, una convocatoria con la que culmina una semana de movilizaciones en protesta por la condena de los líderes del 'procés' y en la que se prevén cortes de trenes y carreteras.

EFE

Barcelona —

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Son poco más de las once de la mañana y el centro de Barcelona está más desierto de lo habitual: la mayoría de locales están cerrados y los que abren, pese a la huelga, mantienen sólo una tímida persiana levantada.

Las tradicionales colas de turistas aguardando sus respectivos tours han dado paso a pequeños grupos de visitantes que, semiperplejos, se miran unos a otros tratando de entender qué es lo que sucede en la capital catalana.

Y es que a pocos metros del epicentro de la ciudad, en la plaza Universitat, un millar de estudiantes se manifiesta contra la sentencia del Tribunal Supremo que condena los líderes del 'procés' y que ha desatado esta semana una alud de protestas en toda Cataluña, algunas de ellas con violencia y graves disturbios.

Incidentes que han hecho levantar recelos entre los turistas, que no terminan de comprender cómo, de la noche a la mañana, todo el mundo les dice que vayan con cuidado.

“Ayer vine con un poco de miedo, porque aterricé después de medianoche en el aeropuerto y llegué al hostal en medio de las protestas”, explica a Efe la brasileña Joceineide desde la fila de uno de los puntos de información turística de Barcelona, donde se acaba de enterar que ni el Bus Turístic ni el teleférico de Montjuïc funcionan hoy.

Joceineide, como la mayoría de visitantes que aguardan a su lado, confiesa que no conoce la “cuestión independentista”, pero se ha enterado a través de una amiga de las concentraciones que están sucediendo estos días por lo que, dice, intentará “pasear tranquila por donde pueda hasta mañana”.

Los japoneses Sakiko y Kenta llevan tres días en Barcelona y tampoco tienen muy claro por qué Cataluña vive una huelga general. Aseguran que en su país no es un tema que se noticie demasiado, aunque, de momento, no parecen preocupados porque ven “las calles tranquilas”.

Tampoco Peter, que viene de Alemania, se muestra intranquilo y, en declaraciones a Efe, explica que tan sólo le ha llamado la atención “la cantidad de policía y de prensa” que ha visto desde primera hora de la mañana.

Lo único que verdaderamente inquieta a estos turistas -cuentan- es poder recorrer la ciudad con calma y sin complicaciones, algo que no está del todo garantizado dados los numerosos cortes de tráfico, afectaciones en el transporte público y concentraciones planificadas a lo largo del día como respuesta a la condena por el 'procés'.

Aunque tal como indican Pallavi y Rajeev, de nacionalidad india, “las manifestaciones no le son extrañas a nadie”. Esta pareja, residente en el Reino Unido, admite que no se siente “insegura” paseando por Barcelona, pero insiste también en que no comparte “las promesas vacías”.

En cambio, desde la puerta de su hotel, John y Angela no opinan exactamente igual: “13 años de cárcel nos parece un poco extremo”, afirman sobre las condenas a los líderes independentistas antes de matizar que “existe una fina línea entre Justicia y democracia”.

Sin embargo, también alertan de que la violencia acarrea mala imagen ante la comunidad internacional y que “hay mucha gente alrededor del mundo que, al ver titulares de 'Caos en Barcelona', creerán que la causa soberanista no es buena”.

“Si no mira Hong Kong. Allí protestaron pacíficamente durante meses para que los demás vieran que son un pueblo oprimido”, argumentan.

Por eso, sin dudarlo, avisan tajantes: “aquí, quemando cosas e incendiando la calle, se perderá la simpatía de la gente”.

Alba Gil

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