La portada de mañana
Acceder
El Gobierno retoma una actividad legislativa que lo enfrenta a sus socios
"Te vamos a joder la vida": las amenazas de una banda de desalojos ilegales
Opinión - Libertad de extorsión. Por Rosa María Artal

¿Qué puede perder el Festival de Sevilla con su cambio de fechas en primavera?

Gala inaugural de la 19ª edición del SEFF en el Teatro Lope de Vega

Alejandro Luque

2

Cuando la nueva delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Minerva Salas, anunció este miércoles el propósito del Consistorio de trasladar a la primavera el Festival de Cine Europeo (Seff), a tres meses de su celebración, el estupor y el desconcierto cundieron en el sector audiovisual andaluz. Más allá de la debilidad de la excusa planteada -la coincidencia en fechas con la celebración de la ciudad de los Grammy Latinos-, los profesionales del audiovisual andaluz ponen el foco en los perjuicios que esta decisión puede comportar para una cita que ya estaba más que consolidada y con dos décadas de vida.

Javier Miranda, director de la muestra Alcances de Cádiz, explica que “cambiar la fecha de un festival no es fácil. Hay un calendario muy cerrado, y el sector es muy consciente de eso. Mucha gente de este mundo se organiza la vida en función de los festivales, y noviembre, hasta ahora, era Europa y era Sevilla”.

Entre los daños más inmediatos, Miranda señala “la pérdida de las nominaciones de los premios del Cine Europeo, que eran un punto a favor del Seff, y que se entregan en diciembre, así como la oportunidad de estrenar en España películas de Cannes y de Venecia, que en primavera ya no serán novedad”. Con todo, el director gaditano desea “suerte al nuevo equipo, y confiamos en que, a pesar de las dificultades, van a intentar hacer un gran trabajo”.

Más vehemente se muestra el productor y cineasta malagueño Carlos Taillefer, para quien la mudanza en el calendario del Seff denota “un desprecio absoluto de las autoridades de Sevilla hacia el festival. Una cita de estas características implica miles de historias con productores, distribuidores, ciclos… Pasar todo eso a la primavera siguiente es simplemente descabellado”.

El antecedente de Benalmádena

El temor de Taillefer es que Sevilla corra la misma suerte que un festival histórico como la Semana de Benalmádena, fundada y dirigida por el cineasta gaditano Julio Diamante, y que llegó a ser una referencia mundial hasta su cancelación en 1989. “Diamante, un guerrillero absoluto, había superado el franquismo, la transición y había continuado en la democracia consolidada de los años 80, hasta que el alcalde de turno decidió que no le gustaba el director ni su festival de rojos, ¡y Benalmádena era lo que hoy es Locarnos!”, subraya. “Pasaron dos años con la cita parada; el alcalde de Málaga de entonces, Pedro Aparicio, decidió hacerse cargo y montó la Semanautor, pero el deterioro ya era total”, dice.

“Lo que no podemos entender”, añade Taillefer, “es la explicación de los Grammy, que es como decir que prefieren apostar por una cosa novedosa, pero puntual, a un festival con 20 años de trayectoria y al que José Luis Cienfuegos, su anterior director, puso en un nivel importante. Ahora parece que a Tito [el nuevo director] le quedan dos telediarios. No me extrañaría que quisieran poner a un director de su confianza”.

Para el productor, otro error es despreciar la especialización de una cita como el Seff. “Todos quieren ser San Sebastián o Cannes, es decir, generalistas, pero eso es imposible. En España no hay sitio para eso. Y no olvidemos que Málaga ya se ha comido a Huelva, aunque no quieran reconocerlo, porque el rico siempre se come al pobre”, apunta.

La sombra de Málaga

Una idea con la que coincide en parte Javier Martín-Domínguez, quien fuera director del Festival de Sevilla entre 2008 y 2012, que quita hierro a la cuestión del calendario. “La sombra del festival de Málaga sobre el de Sevilla se ha hecho muy grande. En tiempos, Sevilla tenía más proyección que Málaga, que ha encontrado una vía de crecimiento muy superior. Da la impresión de que Sevilla necesita replantearse su estrategia”, asevera.

“Si quiere seguir con un perfil indie bajo o volver a ser un festival Internacional de altos vuelos como en los inicios del SEFF. Eso es lo importante y no el cambio de fecha. Yo ya tuve que convencer a la Academia Europea para que se mantuviese la colaboración, porque desconfiaban de la capacidad organizativa y la repercusión. Sevilla tiene como ciudad una base muy importante para sostener un certamen de alto nivel, conformarse con menos es jugar en las ligas menores. Ahora solo San Sebastián, Málaga y Sitges está en primera línea”.    

Críticos escandalizados

Entre los críticos, las redes sociales llevan dos días hirviendo con mensajes como el de Gregorio Belinchón, de El País, quien enlazaba la noticia con la escueta frase: “Así se mata un festival de cine”. “Ante este ‘planazo’ para qué quieren un festival de cine como @festivalsevilla. Qué bochorno”, expresaba Ricardo Aldarondo, del Diario Vasco, mientras que Oskar Belategui, de El Correo, se limitaba a escribir: “Llegan malos tiempos para la cultura”.

Por su parte, Gerardo Sánchez, de Días de Cine, decía: “Que mal pinta ese posponer la XX edición del @festivalsevilla a la primavera de 2024 supuestamente por los Grammys Latinos. Una disyuntiva propia de catetos”. Fernando Navarro, de la Cadena SER, argumentaba que “aplazar el Festival de Cine de Sevilla, un referente cultural de nuestro país, a la primavera de 2024 por coincidir con la celebración de los Latin Grammy este otoño es paleto. Es el 'Bienvenido Mr. Marshall' solo que en 2023”, mientras que Jaime Pena, de Caimán, denunciaba que “no es un aplazamiento, es una cancelación en toda regla”, y que “esto implica renunciar a su posición en el calendario de festivales y su relación con la Academia europea, e impone un modelo de festival distinto, sin las películas de Cannes o Venecia y compitiendo con el festival de Málaga por los estrenos españoles”.

También desde Caimán, Carlos Losilla se preguntaba: “¿Se recordará esto como el primer festival de cine que cayó con la nueva situación política tras el 23-M? ¿Le van a seguir más? ¿Y qué pasa luego? ¿Nadie dice nada?”. Y Pablo Bujalance, del grupo Joly, agregaba: “De verdad que, por más vueltas que le doy, no encuentro más explicación al golpe dado al @festivalsevilla que una venganza personal, un ajuste de cuentas o algo así de feo. Es terrible. El palo, por cierto, se lo lleva el cine europeo. Una puñetera pena”.

   

   

Etiquetas
stats