Unicef pide al Estado y a la sociedad de Nicaragua proteger a la infancia

Unicef pidió hoy al Estado y a la sociedad de Nicaragua garantizar la protección de los niños, niñas y adolescentes, que también están siendo víctimas de la crisis que afecta al país y ha dejado al menos 200 muertos en dos meses.

El organismo mundial indicó este miércoles que “según datos oficiales provenientes de la Comisión de la Verdad, al menos once niños y adolescentes han perdido la vida de forma violenta durante las últimas semanas”, mientras que “se reportan casos de niños heridos y desaparecidos”.

En ese contexto, Unicef hizo “un urgente llamado para que se asegure la protección de la niñez y de la adolescencia en todos los ámbitos y desde todos los sectores” del país centroamericano.

Unicef reiteró además “que se debe evitar la exposición de niños, niñas y adolescentes a cualquier entorno violento o en los que pueda estar en riesgo su vida o integridad personal”, a través de una declaración pública de su oficina para América Latina y el Caribe, que tiene sede en Panamá.

“Asimismo, Unicef hace propio el llamado del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, del pasado 18 de mayo, a todos los ciudadanos nicaragüenses 'para que se respete el estado de derecho, los derechos humanos y la resolución pacífica de diferencias'”, indicó el ente mundial.

Expreso además su solidaridad “con las familias de cada persona y, particularmente, de cada niño que ha perdido su vida en estos acontecimientos” que se registran en Nicaragua desde el pasado 18 de abril.

Nicaragua cumplió este miércoles 64 días desde que se inició la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con la exigencia de buena parte de la sociedad de que el presidente Daniel Ortega, con 11 años en el Gobierno, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, abandonen el poder.

Las protestas comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, a cuyo Gobierno los manifestantes y organismos de derechos humanos locales e internacionales responsabilizan de las muertes.