El Colegio de Geólogos aboga por actualizar los mapas de peligrosidad sísmica

Granada, 27 ene (EFE).- El Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) recuerda que el hecho de que se produzcan pequeños seísmos evita que la energía acumulada en la falla desemboque en un terremoto mayor, pero aboga por actualizar los mapas de peligrosidad sísmica y por más estudios geológicos del terreno y fondos para la investigación.

Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos, se ha referido en un comunicado a la sucesión de terremotos, algunos de más de 4 grados de magnitud, registrados en los últimos días en Granada y su área metropolitana para explicar que “no es inusual” que se produzcan temblores en esta provincia, dado que se asienta sobre una zona sísmica de riesgo moderado en los límites entre la placa euroasiática y la africana.

De hecho, hay registros documentales de terremotos en la zona desde la época anterior a los Reyes Católicos, explica.

Según el colegio, el último gran terremoto se produjo en 1884 en el municipio granadino de Arenas del Rey y causó daños en 106 poblaciones, en 39 de las cuales fueron muy graves.

Arenas del Rey y Ventas de Zafarraya tuvieron que ser reconstruidas por completo, detalla Regueiro.

Los daños de este seísmo se apreciaron en una zona de 200 kilómetros de longitud por 80 de anchura, situada en las provincias de Granada y Málaga.

Causó más de 1.200 víctimas mortales y unos 1.500 heridos, destruyó totalmente unas 4.400 casas, produjo daños graves en otras 6.300 y resentidas más de 20.000, añade.

En cuanto a la prevención, los expertos señalan que actualmente no se pueden predecir los terremotos: “Sabemos dónde se van a producir gracias los mapas de riesgo, estudios de peligrosidad y a la serie histórica, pero no sabemos cuándo se van a producir”.

Por ello, el colegio aboga por actualizar los mapas de peligrosidad sísmica con los nuevos datos como mejor método de prevención.

Tras el terremoto de Lorca, en el 2011, el Colegio de Geólogos elaboró un decálogo dirigido a los poderes públicos para minimizar los daños de los terremotos en España, donde la actualización continua de la norma de construcción sismorresistente era una de las medidas principales.

También aboga por realizar más estudios de sismicidad y actualizar los mapas de peligrosidad.