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Fuego y destrucción junto a La Paloma, la iglesia de la virgen más castiza de Madrid y patrona de los bomberos

Estado del edificio donde se ha producido la explosión en Madrid

Jesús Bastante

en religiondigital.com —
20 de enero de 2021 22:58 h

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Eran cerca de las tres de la tarde cuando el estruendo sacudió el centro de Madrid. Un edificio de seis plantas quedaba prácticamente desmantelado este miércoles tras una fuerte “explosión de gas”, según las primeras explicaciones de las autoridades. Dos personas que caminaban por la calle de Toledo fallecieron por la deflagración del inmueble, que pertenece a la parroquia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real. La tercera víctima era un feligrés de este templo, uno de los más castizos de la ciudad, que acoge la imagen de La Paloma, la patrona oficiosa de la capital, y por la que los bomberos de la ciudad, los mismos que acudieron de inmediato al lugar –hay un parque a 50 metros– tienen especial devoción.

El edificio anejo al templo, que ha quedado destrozado, estaban las dependencias de los sacerdotes, varios locales parroquiales, despachos, un salón, ocho salas de reuniones y un centro de acogida de Cáritas. Desde la calle, en el edificio convertido apenas en esqueleto de hormigón, se podían ver las casullas de los sacerdotes. Según apuntan en la diócesis, el párroco Gabriel Benedicto y el sacerdote Alejandro Aravena se encuentran bien, mientras que un tercero, el joven Rubén Pérez de Ayala, fue trasladado al hospital grave con quemaduras y finalmente ha fallecido durante la madrugada.

La Policía Municipal de Madrid está retirando en la mañana de este jueves los vehículos dañados por los cascotes del edificio, algunos de ellos gravemente dañados. Está previsto que durante las primeras horas del día comience la demolición controlada de las plantas superiores.

La iglesia de los Kikos en el centro de Madrid

David Santos Muñoz, de 35 años, casado y con cuatro hijos, había acudido al edificio para echar una mano. Falleció mientras manejaba una de las calderas que podría haber sido el origen de la explosión. Pertenecía al Camino Neocatecumenal, el movimiento ultraconservador al que también suscriben los curas que regentan la parroquia y el trabajo pastoral en el edificio siniestrado.

La de La Paloma es una de las parroquias con mayor movimiento familiar y asociativo del centro de Madrid, en buena medida por la pujanza de los ‘Kikos’ (como se conoce a los miembros del Camino) y por la devoción que existe en todo Madrid por la Virgen de la Paloma, cuya festividad se celebra el 15 de agosto, con una de las tradiciones más conocidas en la Villa: la bajada, por parte del Cuerpo de Bomberos, de la imagen de la Virgen, que es trasladada posteriormente por las calles de Madrid. Las fiestas de la Paloma son las fiestas oficiosas de Madrid, y han dado lugar a la más conocida de las zarzuelas españolas, La verbena de la Paloma.

La iglesia es un edificio de 1912, que se alza sobre el solar de la primitiva capilla levantada a finales del siglo XVIII. En 1978 el templo se reconstruyó, y estableció una disposición de los bancos alrededor del altar central y de la pila bautismal, algo que la hace muy diferente a otras iglesias católicas, y que facilita las oraciones de los neocatecumenales.

En la parte trasera del templo se encuentra el patio del colegio de La Salle, que no se ha visto afectado por la tragedia. Tampoco la residencia de ancianos aledaña. En el momento de la explosión había varios fieles rezando en el templo, que se encontraba abierto, aunque respetando las normas de aforo vigentes por el estado de alarma.

Al conocer la noticia de la explosión de un edificio de la parroquia de Virgen de la Paloma, Secretaría de Estado del Vaticano ha mandado un telegrama en el que el Papa Francisco hace llegar al arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, al clero y a “todos los hijos de ese amado pueblo, su cercanía y afecto en estos duros momentos”.

Además, el Pontífice “eleva oraciones al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de las víctimas, así como a los heridos y a sus familias”, y pidiendo “la maternal intercesión de Nuestra Señora de la Almudena” imparte “la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza cristiana en el Señor Resucitado”.

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