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Los Erasmus viven con pragmatismo el cierre de las universidades italianas

EFE/EPA/FABIO FRUSTACI

EFE

Roma —

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Los miles de estudiantes Erasmus españoles en las universidades italianas se han encontrado este jueves con la suspensión de las clases universitarias en todo el país durante al menos dos semanas, lo que ha llevado a algunos a volverse a España y a otros a aprovechar para disfrutar de otras “vacaciones” o viajar.

“Aquí la vida sigue completamente normal, excepto que las discotecas han cerrado”, cuenta a Efe Irene, estudiante en la Universidad de Siena, quien ironiza al afirmar que la suspensión de las clases “es una ventaja, lo mires por donde lo mires”.

Preguntada por si ha pensado volver a España, Irene responde con un “no” tajante: “Si estoy un año estudiando en la Toscana, ¿cómo me voy a ir a estar dos semanas con mi madre, que la veo cuando quiera?”.

QUEDARSE O VOLVER

Muchos estudiantes, especialmente los de las regiones más afectadas, como Lombardía o Emilia-Romaña, donde las clases ya llevan semanas suspendidas, han decidido volverse a España o retrasar su vuelta a Italia.

“Yo tenía un billete para volver a Milán la semana pasada y lo perdí, no sé si van a cerrar los aeropuertos, es todo una incógnita”, explica Elena, que estaba realizando unas prácticas Erasmus en el consulado español en Milán.

Algo similar le ocurrió a María, estudiante de arquitectura en la Universidad de Roma La Sapienza, que desde España tenía previsto volver este fin de semana para el inicio del semestre pero tuvo que cancelarlo, según explica a Efe por teléfono: “No porque me dé miedo a contagiarme, sino por miedo a que lo cancelen todo y no poder volver”.

Todos los universitarios entrevistados coinciden en que están más preocupados por las consecuencias prácticas que por el miedo al contagio, como Dariel, que también estudia en Siena y no pudo renovar su estancia Erasmus.

“Mi preocupación es lógica, no porque me vaya a morir, sino por si pierdo un vuelo”, señala el estudiante, que viene de la Universidad Carlos III de Madrid, como Irene, a la que ya han cancelado tres vuelos este mes, “a Viena, a Budapest y a Malta”.

LA ALARMA VIENE DE LAS FAMILIAS

“Mi madre está preocupada, siempre está leyendo el periódico italiano, aunque no sabe italiano”, según María, quien añade que su padre le compró “una mascarilla superpotente”.

Todos los entrevistados han tenido la misma experiencia: preocupación por parte de sus familias, pero una vida relativamente normal en Italia.

“La semana pasada tenía una gripe y de mis amigos italianos ninguno se ha alarmado, pero todos los de España me pedían que volviera”, dice Irene, que no ve “chocante” la cancelación de las clases porque es una medida de prevención.

Coincide Dariel, que resalta el contraste entre sus amigos, que se tomaban “con humor” la situación, y sus familiares, que le llamaban continuamente pidiendo que volviera.

Ante la pregunta de qué harán durante estas semanas, Clara, estudiante en la Universidad de Perugia, contesta que aprovechará para viajar, como Irene, que responde a la entrevista desde un coche camino de un viaje a Arezzo.

En las universidades ya cerradas desde hacía tiempo, como la de Milán o la de Bolonia, habilitaron plataformas para el estudio en línea, medida que replicarán las que suspenden las clases ahora, como la de Siena.

El mensaje común de todos los estudiantes es el de tranquilidad, como subraya Clara, que atribuye el miedo al “bombo que dan las noticias” y que no conoce a nadie que haya vuelto a España desde Perugia, ciudad del centro de Italia.

“En Milán hay un poco de pánico, pero la ciudad está mostrando su faceta de resistencia, de partisanos italianos”, según Elena, quien recuerda que los milaneses han lanzado en las redes sociales la campaña #milanononsiferma (“Milán no cierra”), para infundir moral a sus ciudadanos.

Del norte al sur, los Erasmus españoles aseguran no tener miedo, en unas semanas que algunos aprovecharán para “vivir la vida”, como Irene.

Álvaro Caballero

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