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La Eurocámara avala prohibir por ley el ‘greenwashing’ que engaña a los consumidores con reclamos ‘verdes’

Una sesión plenaria de la Eurocámara en una imagen de archivo. EFE/Patrick Seeger

Irene Castro

Bruselas —

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En pleno ‘boom’ de los productos ‘eco’ o ‘bio’ con una tendencia cada vez mayor por el respeto medioambiental en el consumo, la UE se ha lanzado contra las prácticas engañosas de las empresas que se publicitan bajo esas etiquetas sin pruebas o, directamente, con engaños ‘verdes’. El Parlamento Europeo ha avalado por una amplia mayoría (593 votos a favor, 21 en contra y 14 abstenciones) la prohibición del ‘blanqueo ecológico’ o ‘ecopostureo' (greenwashing) tras el acuerdo alcanzado con el Consejo y la Comisión Europea el pasado mes de septiembre. 

Las directivas sobre las Prácticas Comerciales Desleales y sobre Derechos de los Consumidores y su adaptación a la transición ecológica impondrán nuevas obligaciones a las empresas a la hora de publicitar sus productos y también combate la obsolescencia prematura. 

“Queremos poner orden en esta jungla”, resumió durante el debate la ministra belga, a la que corresponde la presidencia del Consejo de la UE. También el comisario de Justicia, Didier Reynders, defendió la necesidad de acabar con “la ecologización falsa” en la que se usan de forma “indebida de sellos ecológicos” que “no contribuyen a una transición ecológica”. 

La nueva normativa, que entrará en vigor aproximadamente dentro de dos años, impedirá el uso de reclamos como “natural”, “biodegradable”, “climáticamente neutral” o “eco” sin acreditar que lo son en base a sistemas establecidos por las autoridades. Según los negociadores de la nueva legislación, el 35% de los reclamos ‘verdes’ son falsos. “Se prohibirán las declaraciones engañosas basadas en sistemas de compensación de emisiones, como la plantación de árboles para compensar las emisiones de CO2, así como las botellas de plástico o los vuelos ”neutros en carbono“ o ”neutros en CO2“”, explicó la ponente socialdemócrata, Biljana Borzan: “Las compañías aéreas ya no podrán vender vuelos ”neutros para el clima“ animando a los pasajeros a comprar créditos de carbono para compensar sus emisiones”.

“Es un paso importante para dar un empujón al comercio verde. Acabamos con la ecologización falsa de cara a la galería”, argumentaron desde el Partido Popular Europeo. El español Pablo Arias celebró que la nueva legislación dé “seguridad jurídica a los consumidores”. También aplaudió la iniciativa la representante de ECR (el grupo del que forma parte Vox) Beata Mazurek, aunque cargó contra el Pacto Verde Europeo en el que se engloba: “Ya no habrá que pagar más por un producto porque nos da a entender que es mejor para el medioambiente”. 

“Ya iba siendo hora que habláramos de esto en un texto legislativo. Me gusta porque se invierte la carga de la prueba de la responsabilidad. Normalmente se dice que son los consumidores los que tienen que hacer el esfuerzo y no, son las empresas”, expresó el parlamentario de Los Verdes/ALE David Cormand, que fue uno de los intervinientes que recordó que la legislativa forma parte de un paquete que persigue, por ejemplo, el derecho a reparar. 

Las directivas a las que la Eurocámara ha dado luz verde también quieren poner coto a los reclamos infundados de la durabilidad de los productos o bienes (por ejemplo, decir que una lavadora durará 5.000 ciclos de lavado si no es cierto en condiciones normales), las incitaciones a sustituir los consumibles antes de lo estrictamente necesario y presentar los productos como reparables cuando no lo son.

 “La nueva normativa luchará contra la obsolescencia prematura y prohibirá cualquier comunicación comercial relativa a productos que incluyan características destinadas a limitar la durabilidad de un producto”, señaló la ponente. La eurodiputada socialista celebró el propósito de “alargar la vida útil de los productos” y de poner “fin a las prácticas engañosas, como incitar a reemplazar consumibles como los cartuchos de tinta o presentando actualizaciones de software antes de lo necesario”. 

“El texto no es perfecto porque hablamos de la obsolescencia precoz y no de la obsolescencia programada. Tenemos que seguir trabajando por los derechos de los consumidores europeos”, apuntó, por su parte, la representante de The Left Anne-Sophie Pelletier.  

“La directiva es una estupenda noticia porque protege a los consumidores del abuso, el engaño y la manipulación de las cualidades y la calidad de los productos. Y también protege a los productores que hacen de las buenas prácticas una relación con el consumidor”, argumentó Jordi Cañas (Ciudadanos), que pidió, no obstante mayor ambición a la hora de realizar inspecciones y sancionar a los productores que engañan a los consumidores haciendo “negocio”.

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