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ENTREVISTA Servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona

Josep María Miró, infectólogo: “Vamos a ver si podemos inducir las células que suprimen el VIH en otros pacientes”

El doctor Josep María Miró

Raúl Rejón

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Los investigadores del Hospital Clínic de Barcelona saben que tienen un caso único, oro puro, entre sus manos. Una mujer ha sido capaz de doblegar al VIH después de padecer la fase aguda de la infección sin tomar medicamentos. El sistema inmune de la paciente ha reaccionado de manera singular para presentar una “curación funcional” durante 15 años. El virus está en su organismo, pero en unos niveles ínfimos. No hay enfermedad.

El equipo de sanitarios no ha sabido hasta ahora cuál ha sido el mecanismo que ha conseguido este fenómeno mundial. Uno de sus integrantes, el doctor Josep María Miró, del servicio de enfermedades infecciosas del Clínic, cuenta en esta entrevista cómo funciona esta exitosa batalla microscópica, los periplos que han seguido para corroborar lo que mostraban las analíticas y las “optimistas” implicaciones que pueden tener para el futuro de millones de personas que todavía conviven con esta pandemia.

Tras 15 años de seguimiento a esta paciente ha sido ahora cuando han conseguido saber cómo lo hace.

Es la parte más importante del caso. Esta señora entró en el estudio en el año 2006 y ha estado 15 años indetectable [el virus no aparece en las analíticas] y ahora se ha conseguido conocer el mecanismo por el cual tiene el virus en el cuerpo, pero a niveles indetectables en la sangre y los tejidos.

¿Cuál es ese mecanismo?

Ella tiene una respuesta inmunitaria innata muy potente frente al virus. Fundamentalmente se trata de dos tipos de células. Las Natural Killers, asesinas naturales, que se conocen como NK. Y otros linfocitos que se llaman Gamma-Delta. La conjunción de estas respuestas es la que hace que los niveles del virus en esta señora sean indetectables.

Es muy importante porque permite detectar un mecanismo de control exquisito durante 15 años. Hay que ver si el tratamiento que recibió en su día u otros tratamientos pueden inducir estas células, lo cual podría beneficiar a otras personas infectadas por el VIH.

¿Esta persona posee un súper sistema inmune o hay correlación con el tratamiento que siguió hace 15 años?

Esto es lo que estamos analizando. Estamos revisando a las otras personas que estaban en su rama de tratamiento retrospectivamente y analizamos esas muestras para ver si han desarrollado una respuesta inmunitaria parecida. También vemos si esta persona tiene algún tipo de perfil genético favorable para que pudiera desarrollar esa inmunidad.

¿Qué han descubierto?

Este caso es distinto y es nuevo porque, aunque sí hay un grupo de personas muy pequeño –de menos del 1%– que no necesitan tratamiento para el VIH, no es lo que ha ocurrido con esta mujer. Ese grupo se conoce como controladores de élite y desde que se infectan presentan niveles de virus muy bajos. Además, tienen un perfil genético favorable y una respuesta adaptativa muy potente.

Sin embargo, ella sí tuvo una fase aguda de la infección.

Sí. Desarrolló una infección aguda por VIH. Presentó fiebre alta, malestar general, adenopatías... Llegó a tener infecciones de cuello y esófago. No posee un perfil genético como el de los controladores de élite y no dispuso de esa respuesta inmunitaria adaptativa. Tuvo una enfermedad grave e hizo el tratamiento con antirretrovirales y medicamentos para estimular la respuesta inmune. Y ya en la primera parada de control se detectó su particularidad.

Si pudiéramos reproducir este caso, abriría muchas puertas porque tendría una aplicabilidad muy importante para muchas personas

¿Para qué paran el tratamiento?

Es la prueba de algodón: se refuerza el sistema y se detiene el tratamiento para observar si el virus rebota o si, al menos, rebota en niveles bajos. Pues bien, todos los pacientes de su grupo rebotaron, pero ella no. Ya en la primera parada no lo hizo, así que comenzamos a seguirla con mucha precaución. Al cabo de 15 años y 50 determinaciones de carga viral ha permanecido indetectable. Y ahora, gracias a los avances en inmunología y virología, hemos podido determinar su mecanismo. Antes no teníamos las herramientas.

Imagino que cuando vieron los análisis se frotarían los ojos. Y luego, más aún.

Claro. Al principio hicimos otras cosas para corroborar. Vimos si podíamos obtener el virus de sus células y tejidos para comprobar que estaba infectada, ya que ella tenía carga detectable al principio. Y comprobamos que, al estimular sus células, obteníamos el virus fácilmente. Luego secuenciamos este virus para ver si estaba completo o si le faltaba algo que le hiciera ser más fácilmente controlable. Y era un virus íntegro. No le faltaba nada y era capaz de infectar otras células en el laboratorio. Ahora, al añadirle a ese virus las células de control, aunque estimulemos su reservorio viral, no puede infectar células en el laboratorio.

La comprobación es total.

Tenemos la doble prueba: la persona y el laboratorio donde, aún estimulando células con el virus, si le añadimos esas NK y GD, el virus queda como dormido dentro de ellas. La respuesta inmunitaria esta caracterizada por esos dos tipos de células.

¿En qué se traduce este hallazgo para el resto de pacientes?

Puede abrir unas puertas muy interesantes. Conocemos otro mecanismo de control del virus. Vamos a ver si podemos inducir este tipo de células y otros pacientes pueden suprimir la replicación de sus virus. Si pudiéramos reproducirlo abriría muchas puertas porque tendría una aplicabilidad muy importante para muchas personas.

¿Evitará esos tratamientos de por vida que deben seguirse hoy?

Los tratamientos actuales son una gran suerte y cada vez más accesibles. Las pacientes tienen el virus suprimido y no lo transmiten. Pero tomar un tratamiento de por vida puede conllevar sus complicaciones por problemas con toxicidades o las circunstancias vitales de las mismas personas que atraviesan diferentes estados de ánimo o se topan con la imposibilidad de acceso a los medicamentos y el virus, entonces, puede rebotar, infectar y progresar la enfermedad. Por eso eso es bueno poder tener controlado el virus y saber si podemos generar este tipo de células en otras personas.

La ONU ha avisado esta semana de que la COVID-19 ha permitido al VIH recobrar impulso, ¿Cuál es su análisis?

La COVID ha impactado negativamente en muchas enfermedades, no solo infecciosas. Ha empeorado el diagnóstico y tratamiento de otras patologías, pero es diferente en países desarrollados o en vías de desarrollo. Ha habido un impacto global, pero desigual. A los países con más recursos ha afectado menos y a otros mucho más. En África subsahariana y Suramérica el numero de nuevos casos y muertos por VIH ha aumentado después de muchos años que iba en descenso.

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