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El ministro que dijo “Dios está en el Congreso” defiende ahora separar Iglesia y Estado para esquivar el caso sor Lucía

Sor Lucía Caram

R. Pérez / Agencias

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha sacado a relucir la aconfesionalidad de España para esquivar las acusaciones que hace la monja sor Lucía sobre él y su intento de influir en el Vaticano para callarla.

La monja, activista, habitual de tertulias y crítica con la política del Ejecutivo, no solo ha denunciado acoso del Gobierno sobre ella en el Vaticano, sino que explícitamente cita el nombre del ministro Fernández Díaz, el del vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, y del portavoz de partido en el Congreso, Rafael Hernando.

Fernández Díaz ha negado esas presiones y ha hecho una defensa del estado aconfesional. Lo sorprendente es que sea justamente el ministro más cercano a la religión católica quien haya reclamado la separación de Iglesia y Estado porque mezclar a ambas instituciones “forma parte de otros momentos históricos” como el “cesaropapismo”, según ha dicho en un acto en Castelldefels, donde estaba este miércoles en acto de campaña.

La monja sor Lucía ha apuntado también en su encuentro con el secretario de la Congregación para la Vida Religiosa (un hombre del Papa Francisco) a grupos ultracatólicos que le están haciendo la vida imposible. Conocida por su oposición a los desahucios, los recortes sociales y las concertinas, ha sido justamente este último tema el que ha puesto a Interior de uñas contra ella. Ese sería el motivo, según la monja, del intento de callarla en televisiones y actos públicos. También acude a actos políticos de campaña, como el de CIU con el alcalde de Barcelona y el presidente de Cataluña.   

Los obispos contra la política migratoria

Tanto ella como la Conferencia Episcopal han sido críticos con las políticas migratorias de Fernández Díaz. Esa ocasión fue la primera en la que el ministro sacó a relucir la aconfesionalidad.

Sin embargo, el propio ministro es un ejemplo de lo contrario. Por ejemplo, dijo en una entrevista que “Dios está en el Congreso”condecoró a Nuestra Señora María Santísima del Amor por sus méritos policiales o espetó la frase “España será cristiana o no será”. Otra de sus medidas polémicas por mezclar la Iglesia y el Estado fue el convenio que firmó con la Conferencia Episcopal para que haya misa en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE).

“Tengo cosas mejores que hacer que responder a una mujer que no da ejemplo con estas actitudes de lo que tendría que hacer con su vocación”, ha concluido.

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