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“No te desanimes, hay un montón de pisos gays”: denunciado un casero tras negar el alquiler a un joven por ser homosexual

Albert ha denunciado a un hombre por negarle el alquiler por ser gay.

Raúl Novoa

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Albert Mateu estaba buscando un piso al que mudarse en Madrid. Encontró un anuncio en el portal web Idealista que le gustó, cerca del barrio de Legazpi. El joven escribió al número que allí aparecía. El hombre contactado sería su casero y también su compañero de piso. El propietario le pregunta a Albert por sus aficiones, gustos y preferencias. “Me gustan los juegos de mesa, los videojuegos, viajar. Además busco un apartamento LGTBIfriendly. No soy de traer amigas a casa, no fumo...”, le explica Mateu por Whatsapp. Pero a partir de aquí la conversación adquiere otro tono: “Si eres gay debes decírmelo. Vivo en esta casa y quiero elegir con quién convivo”, le espeta el casero. “Me gusta tu perfil y tengo amigos gays, pero prefiero no convivir con alguien homosexual, no me da comodidad (sic)”, le contesta, visiblemente molesto, en un mensaje de voz.

No te he atacado en ningún momento. Pensaba que en vuestra comunidad erais un poco más abiertos de mente. Yo elijo con quién vivo en mi casa. Igual que prefiero a una persona u otra por su turno de trabajo, elijo no convivir con personas gays

Mateu le responde haciéndole ver su incomprensión y enfado: “Que el único motivo por el que me rechaces sea que soy homosexual es muy fuerte. Es de ser homófobo”. En la denuncia y en los audios de Whatsapp, a los que ha podido acceder este diario, el propietario del piso se envalentona contra el joven: “No te he atacado en ningún momento. Solo dices tonterías. Pensaba que en vuestra comunidad erais un poco más abiertos de mente y respetabais opiniones diferentes. Yo elijo con quién vivo en mi casa”. Y añade: “Igual que prefiero a una persona u otra por su turno de trabajo, elijo no convivir con personas gays. No es discriminación, son intereses personales”. 

“Pero Albert, no te desanimes, en Madrid hay un montón de pisos gays, donde además no dejan entrar a heteros”, le dice con un tono irónico el propietario en un mensaje de audio al denunciante. “Sentí que ese hombre disfrutaba rechazando. Como si quisiera dividir la sociedad, mandarme a un ghetto con los míos”, expresa el denunciante. “Hay aún un montón de prejuicios que pensamos superados y queda mucho por avanzar”, lamenta en conversación con este diario.

Mateu decidió denunciar al casero por discriminación en virtud de la Ley 3/2016 de Protección Integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual de la Comunidad de Madrid, tal y como ha podido comprobar elDiario.es. El artículo 70.3 de esta ley establece las infracciones “graves”, entre las que incluye “la denegación del acceso a los bienes y servicios disponibles para el público y la oferta de los mismos, incluida la vivienda, cuando dicha denegación esté motivada por la orientación sexual, identidad o expresión de género”.

Aunque el Código Penal castiga la denegación a una persona por motivos discriminatorios de una prestación, “es probable que se considere que esta conducta no tenga relevancia penal al no tratarse de un servicio al que se tenga derecho”, tal y como indican desde la Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio. Según el mismo organismo y siguiendo la Ley 15/2022, integral para la igualdad de trato y no discriminación y al haber recurrido a la vía administrativa, como ha hecho el denunciante, los hechos pueden traducirse en una sanción económica de 10.001 a 40.000 euros. En caso de que la Justicia considere los hechos como “muy graves”, se da conocimiento de ellos al Ministerio Fiscal.

Según recalcan en la misma oficina, la infracción podría ser “muy grave”, pero desde la administración recuerdan: “Las sanciones son siempre el último recurso, y trabajamos para que la educación y sensibilización frente a la discriminación y la intolerancia sean cada vez menores y cosa del pasado. Aunque hemos avanzado mucho, desgraciadamente aún suceden estas cosas e incluso agresiones físicas solo por el hecho de existir”.

En su momento, Mateu denunció por redes sociales lo sucedido: “Me rechazaron para alquilar una habitación por ser homosexual”, decía su tuit. No obstante, ahora ha querido ir por la vía judicial para que la exclusión que ha sufrido tenga repercusiones. “Las personas reaccionarias tienen menos reparo en mostrar su intolerancia porque se sienten protegidos”.

“Es hora de usar los avances sociales y jurídicos a nuestro favor y no dar ni un paso atrás. Hay personas que sufren agresiones peores”, recuerda. Aunque no deja de lamentar lo sucedido: “Por suerte no tuve que vivir con él. Se entera de que soy gay en plena convivencia y a ver qué pasa. Aun así sé que hay colectivos y personas que vivirán experiencias peores”, reflexiona.

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