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La mayoría de las mascarillas no aseguran la protección frente al coronavirus

El coronavirus dispara la venta de mascarillas en las farmacias

Esther Samper

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La epidemia de nuevo coronavirus en China no solo ha disparado la compra de mascarillas en ese país; en España la demanda de mascarillas también se ha desbordado, hasta el punto de que en algunos lugares se han agotado y los proveedores se han quedado sin stock. En muchos casos, los compradores son de origen chino que desean enviar mascarillas a sus familiares y amigos, como el vecino de Lleida que compró 50.000 mascarillas para enviar a China, donde algunas regiones han impuesto racionamiento de estos elementos de protección. 

Pese a que la letalidad por el coronavirus es muy baja y los síntomas causados son, en la amplia mayoría de las personas, similares a un resfriado o una gripe, en estos momentos las mascarillas son tan codiciadas en China que se forman colas de miles de personas en las farmacias para hacerse con ellas. Debido a ello, en Shanghái, por ejemplo, se suspendió temporalmente su venta para evitar aglomeraciones de personas. En Pekín, las autoridades multaron a una farmacia con 400.000 euros porque multiplicó por seis el precio de mascarillas N95 ante la elevada demanda.

No todas las mascarillas sirven

Existen múltiples tipos de mascarillas y cada uno de ellos ofrece un grado de protección muy diferente frente al virus 2019-nCoV. En cualquier caso, es importante recalcar que ningún tipo de mascarilla (excepto las costosas máscaras de protección biológica que cubren toda la cara) ofrece una protección total frente al contagio por el coronavirus por dos razones principales: la principal vía por la que se transmiten los virus respiratorios no suele ser la aérea (a través de la liberación de gotitas con virus mediante toses y estornudos) sino por contacto a través de las manos cuando tocan superficies contaminadas con el virus y posteriormente las personas se llevan las manos a la cara. Por otro lado, la absoluta mayoría de mascarillas cubren la nariz y la boca, pero no los ojos, que es otra vía por la que el virus puede infectar a las personas.

Estas son los principales tipos de mascarillas que se están vendiendo para la epidemia: Las mascarillas de papel son inútiles para limitar la transmisión del virus entre personas. En cambio, las mascarillas quirúrgicas son útiles para evitar que las personas infectadas por el coronavirus liberen gotitas con virus (saliva, mocos...) al aire al estornudar o toser. Sin embargo, su utilidad para protegerse del virus por vía aérea es muy reducida (no protege los ojos ni tampoco frente a los virus en suspensión en el aire).

Las mascarillas de protección respiratoria autofiltrantes tienen cierta utilidad para protegerse del virus por vía aérea (aunque no protegen los ojos). Cada tipo de estas mascarillas posee filtros con una eficacia de filtración mínima diferente frente a partículas en el aire (ya sean microorganismos, tóxicos, polen...). Las FFP1 ofrecen un 78% de eficacia, las FFP2 un 92% y las FFP3 un 98%. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el uso de mascarillas con una eficacia de filtración de al menos el 95% para partículas de 0,3 o más micras de diámetro ante procedimientos de aislamiento o con posible generación de aerosoles infecciosos (sarampión, tuberculosis, SARS...). Estas mascarillas, llamadas N95, se encuentran en un nivel de protección entre las FFP2 y las FFP3, y son las más codiciadas en todo el mundo, además de estar agotadas en muchos lugares.

Los errores más comunes en el uso de mascarillas

La desinformación en torno al uso de mascarillas puede causar, paradójicamente, que, lejos de frenar la epidemia provoque comportamientos de riesgo que propicien su expansión.

Aunque ningún tipo de mascarilla (salvo las máscaras completas de protección biológica) ofrece una protección total frente al coronavirus, pueden dar una falsa sensación de seguridad entre sus portadores que les motiven a ir a lugares concurridos de gente incrementando el riesgo de contagio.

Frente a la falta de stock de las mascarillas autofiltrantes y quirúrgicas, las personas han recurrido por desesperación a las mascarillas de papel. Estas mascarillas son totalmente inútiles para limitar el contagio del coronavirus.

Independientemente de la eficacia de las mascarillas, su utilidad cae en picado si no están bien ajustadas en la cara, si se ponen al revés (con la parte blanca hacia fuera) o si se reutilizan en el caso de las mascarillas quirúrgicas. Todas estas malas prácticas se han observado con frecuencia entre usuarios de mascarillas.

En algunas zonas de España, como el aeropuerto de Barajas, se están viendo a pasajeros y personal usar mascarillas. No hay ninguna razón en estos momentos para usar mascarillas en nuestro país, excepto en hospitales o durante procesos de aislamiento de personas infectadas con el coronavirus. Comprar estas mascarillas para su uso en España puede provocar desabastecimiento y dificultar el acceso para los centros sanitarios que realmente las necesiten.

Aunque las mascarillas pueden tener cierta utilidad para frenar una epidemia infecciosa en países como China, no son la panacea y existen medidas que, en conjunto, son mucho más importantes para combatirla: permanecer en casa cuando se está enfermo, evitar grandes aglomeraciones de personas durante epidemias, estornudar y toser en el antebrazo o en pañuelos de papel desechables y lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia o con soluciones hidroalcohólicas cuando no hay acceso a agua. Además, estas normas básicas de higiene no solo se deberían llevar a cabo por una epidemia de un nuevo virus, sino de rutina en nuestra vida diaria.

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