Ribera lamenta la “relajación” de la normativa sobre vertidos al Mar Menor

La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha lamentado la “relajación” de la normativa autonómica en materia de vertidos y aguas residuales en la Región de Murcia, y ha apuntado a estas aportaciones como “especialmente peligrosas” para el Mar Menor.

Ribera, quien ha comparecido este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha manifestado su preocupación porque, “en una pretendida recuperación”, el Gobierno regional relaje esa normativa, que afecta a la presión de las zonas turísticas o las actividades minera o agrícola.

La ministra ha incidido en que la situación del Mar Menor es un asunto “particularmente sensible para todos” y, por ello, “hemos pedido al Gobierno regional que active todas las medidas necesarias para vigilar el cumplimiento de las normas sobre agua, explotación del agua y gestión de buenas prácticas en las actividades agrícolas”.

Se trata de un ecosistema “enormemente frágil y singular -ha señalado- en cuya recuperación confluyen competencias muy distintas desde los tres niveles de la Administración”, por lo que ha abogado por acordar medidas estructurales que disminuyan la carga de sustancias contaminantes que llegan hasta sus aguas.

Con este objetivo, el Gobierno contribuirá a la restauración de la balsa de residuos mineros que está en el origen de algunas de las aportaciones al Mar Menor, “una cuestión extraordinariamente dolorosa y que es competencia de la comunidad autónoma”, así como a la protección de zonas inundables, en manos de las autoridades locales y que “probablemente necesite de otro tipo de actuación”.

La ministra ha recordado que el acuífero del Mar Menor acumula nitratos “en niveles muy por encima de lo recomendable para una masa de agua”, y estos contaminantes están en el origen fundamental de las aportaciones que generan “esa sopa verde que conocemos”.

Ha subrayado que el Plan de Actuaciones para el Mar Menor que el Gobierno adoptó “hace ya muchos meses” contempla diferentes líneas de actuación, como la protección con filtros verdes y otras medidas de restauración en el entorno próximo a la balsa o la recuperación de la línea de costa.

Y ha destacado la labor que realizan algunas asociaciones conservacionistas o vecinales de la zona para preservar enclaves, como Cabo Cope, de la presión turística o urbanística, o para reivindicar mayor implicación por parte de las administraciones en la recuperación de un espacio “que requiere sólo de medidas estructurales”.