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La varicela crece un 12% en el primer año sin vacuna para bebés

Varilix es una de las vacunas comercializadas en España / GlaxoSmithKline

Raúl Rejón

Sin vacuna infantil, la varicela ha repuntado en España. En el primer año tras la prohibición decretada por el Ministerio de Sanidad de comercializar los sueros de inmunidad contra este virus, se han acumulado 148.184 casos, una subida del 12% respecto a los 131.973 que se registraron en 2013, según los datos recogidos por el Instituto de Salud Carlos III.

El temor de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) al recomendar que se parara la vacunacion en bebés era que se cambiara “el patrón epidemiológico de la enfermedad desplazándola hacia la edad adulta y por otra parte incrementar el número de casos de herpes zóster” al darse en España la confusión de que hubiera regiones en las que la vacuna sí estaba en el calendario (Navarra o Madrid) y otras en las que no.

El pediatra Carlos Valdivia lo tradujo así: “El Ministerio decidió que miles de niños pasen la varicela para que algunos adultos la eviten”. Esa tendencia se ha confirmado durante 2014 ya que al comienzo de noviembre se habían comunicado tantos casos como en todo 2013.

La eliminación de la vacuna infantil de la varicela ha tenido totalmente en contra a las sociedades pediátricas. Jaime García Aguado, de la Asociación de Pediatras de Atención Primaria, estimaba que la implantación de la medida devolvería a España a las cifras anteriores al uso del suero en cuanto a casos y hospitalizaciones por la enfermedad (de 1.000 a 2.000 ingresos anuales).

La evolución de estos meses ha respaldado sus cálculos aunque esa era un poco la intención como exponía Francisco Salmerón, Jefe de la División de Productos Biologicos y Biotecnología  de la AEMPS en un escrito: “La vacunación sistemática dificultaría la circulación del virus salvaje y se postula que esta situación conduciría a un mayor número de casos de herpes zóster”. Es decir, según esta idea, que haya más enfermedad a edades tempranas (que es poco grave y ofrece protección de por vida) es mejor que crear una inmunidad a base de vacunas.

Porque lo que sí estaba claro es que las dosis aplicadas a los 15 meses estaban evaporando la varicela como enfermedad en los niños. Así lo demostraba un estudio sobre la Comunidad Foral de Navarra que explicaba que desde 2006 a 2012, las tasas de la infección habían descendido un 98%. De igual manera, la varicela en Alemania está controlada mediante la vacunación temprana muy generelizada: llega al 100% de los 660.000 nacimientos anuales con dos dosis. La AEMPS reseñaba sobre el país centroeuropeo que “el futuro dirá si además de pagar por las dos dosis ya recomendadas tendrá que vacunar con dosis adicionales ”.

En la línea de la Agencia Española del Medicamento se ha colocado la Sociedad Española de Salud Pública (SESPA) que entiende que hay una “necesidad de delimitar las condiciones de prescripción de la vacuna que permitan la mejor protección de la salud pública”. Para la SESPA, este producto –que se había generalizado en el escenario español aunque de manera heterogénea– tiene facetas perjudiciales.

Una de sus miembros, la Red Española de Atención Primaria, ha sostenido que la vacunación de la varicela afecta negativamente a los no vacunados: “Tiene externalidad negativa”, describen. Según este análisis, administrar este producto en la infancia bloquea, además, la inmunidad de por vida que produce la infección natural. Daña “la protección del rebaño”, de las poblaciones en general, sintetizan.

Mercado global y millonario

Para la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles, que haya más casos de varicela es una consecuencia directa de haberse negado el acceso a las vacunas. Porque, dentro del panorama virológico español, la vacunación temprana contra la varicela estaba, básicamente, en manos privadas. La media anual de dosis que se estaba dispensando en España rondaba las 450.000. De estas, 315.000 eran adquiridas voluntariamente por las familias (y costeadas por ellas). El 70% de la vacunación infantil de la varicela estaba fuera de los circuitos de control de la sanidad pública.

Y era un volumen muy importante ya que, según la AEMPS, equivalía a casi el doble de lo que consumían Bélgica, Francia, Holanda, Noruega, Polonia, Reino Unido, Suiza, y Austria juntos, países en los que tampoco se usaba este producto de manera generalizada. A una media de 67 euros que costaban las vacunas en las farmacias, da un volumen de comercialización de más de 21 millones de euros.

Los sueros para este virus en España los comercializan Glaxo Smith Kline con su marca Varilrix y Sanofi-Pasteur MSD con Varivax. Este último laboratorio presentó un recurso contencioso-administrativo contra la decisión del Ministerio de Sanidad de bloquear las venta de su producto. Sin embargo, lo retiró en octubre como “gesto positivo ante las autoridades”. Al fin y al cabo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue recomendando que los adolescentes mayores  de 12 años que no hayan pasado la enfermedad reciban una dosis de vacuna para protegerse en la edad adulta. Las ventas mundiales del Varivax de Sanofi-Pasteur en 2012 superaron los 650 millones de euros. Es el séptimo producto más vendido del mundo.

De nuevo los pediatras inciden en que “no existen evidencias” de que vacunar a los bebés aumente los casos en los adultos. “Se trata de un supuesto teórico y es más bien al contrario”, aducen. Y se refieren a algunos estudios llevados a cabo en EE UU que niegan que el virus se haya empujado hacia pacientes más mayores. Cabe subrayar que uno de los autores citados trabajaba para el departamento de Epidemiología de MSD, laboratorio que produce vacunas.

En un estudio de la OMS sobre el Mercado Global de las Vacunas, el economista de la salud Miloud Kaddar, analizaba que “vacunas cada vez más novedosas y más caras están llegando al mercado más rápido que nunca”. Y luego aseguraba que “el mercado de la vacunas ha triplicado su valor desde 5.000 a 24.000 millones de dólares de 2000 a 2013”. Y la previsión es que “llegue a 100.000 millones en 2025”. Y colocaba entre los factores del crecimiento “el aumento de la demanda y mercados emergentes más grandes” además de la importancia de las “enfermedades de comunicación obligatoria [como la varicela o la gripe] y las nuevas amenazas”.

Según este documento, hay margen de mercado ya que el 15% de la población mundial (los países industrializados) copan el 82% de las ventas de vacunas actualmente. El 85% de la población supone el 18% de las ventas.

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