Tamara Falcó, en un encuentro del movimiento ultracatólico en México: “Mi propósito es llegar al cielo”
Son las cuatro de la tarde y los asientos de la sala principal de Expo Santa Fe, un enorme centro de convenciones a las afueras de la Ciudad de México, van ocupándose lentamente. Es la segunda jornada del XIV Congreso Mundial de las Familias (WCF, por sus siglas en inglés), que se celebra durante tres días en la capital del país latinoamericano, y el público aguarda las conferencias del turno de tarde. Entre los ponentes de un panel dedicado al entretenimiento, dos españoles: el cineasta Juan Manuel Cotelo y la empresaria e influencer Tamara Falcó.
La marquesa de Griñón, que esta semana copó titulares tras la infidelidad de su ahora expareja Iñigo Onieva, aparece en el escenario sonriendo entre aplausos de los presentes. Según datos proporcionados por la organización, las dos primeras jornadas han contado, respectivamente, con 5.600 y 7.800 asistentes, y se estima que la cifra global alcance este domingo los 19.000. Es la primera vez que Falcó acude a este encuentro de referencia para el movimiento internacional ultracatólico, que se presenta como un “evento público internacional e interreligioso que busca unir y equipar a líderes, organizaciones y familias para celebrar y fortalecer a la familia como fundamento natural de la sociedad”. Este año, el programa no incluye incluye a políticos; en anteriores ediciones acudieron destacados líderes de extrema derecha como los italianos Giorgia Meloni y Matteo Salvini o el húngaro Viktor Orbán.
Falcó y Cotelo no son los únicos españoles presentes en la XIV edición, cuyo lema es “Acompañando a las familias en un mundo desafiante”. También participan otras figuras destacadas del panorama conservador como Ignacio Arsuaga, presidente del lobby HazteOir y habitual en este tipo de encuentros; Tomás Melendo, que se presenta como doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación; el sacerdote Guillermo Serra; el psiquiatra Enrique Rojas y José Miguel Cubillo, expresidente de la Federation for Family Development en España.
“Yo tengo muy buen equipo y discernimos qué proyectos escoger, si tienen que ver con nuestros valores o no”, dice Falcó al tomar por primera vez la palabra en el panel titulado Familia y entretenimiento. Además de Juan Manuel Cotelo, acompañan a la empresaria el actor y productor mexicano Eduardo Verástegui y el estadounidense Neal Harmon, cofundador de la plataforma VidAngel, definida como “una plataforma de streaming que permite filtrar contenidos no deseados, como violencia gráfica, uso de lenguaje inapropiado y escenas sexuales.”
“El 82% de mi comunidad son mujeres, mujeres que comparten mis valores”, prosigue Falcó, que cuenta con casi un millón y medio de seguidores en Instagram, donde a menudo comparte contenido relacionado con su fe católica. “En este mundo es muy fácil caer en gustar al resto, pero al final mi propósito en la vida es llegar al cielo”, asegura, sonriendo ampliamente, y se escucha un tímido aplauso. “Todo lo que intento hacer es camino a eso”.
La conversación gira en torno a compaginar el trabajo en el mundo audiovisual con los valores cristianos, algo que ejemplifican los cuatro panelistas. “Jamás participaré en un proyecto que comprometa mi fe”, afirma Verástegui, y procede a relatar cómo la película Bella (2006), dirigida por Alejandro Gómez Monteverde y protagonizada por él mismo, contribuyó a que mucha mujeres que ya tenían cita para interrumpir su embarazo decidieran no hacerlo. “Miles de bebés han sido salvados de abortar por la película Bella”, enfatiza, y el público arranca a aplaudir. “Desde el arte estoy apostándole siempre con mi propia vida a defender la vida”. Verástegui es uno de los fundadores de Viva México, plataforma que se define a favor de los derechos fundamentales pero que promueve abiertamente posturas antiaborto.
Cuando Tamara encontró la fe
Una Biblia didáctica encontrada en casa de su padre, el aristócrata Carlos Falcó, fue el primer acercamiento de Tamara a la fe, según cuenta la empresaria al intervenir por segunda vez. “Nadie en mi familia iba a misa, mi madre estaba casada con un exministro socialista que consideraba que la religión era lo mismo que la brujería, una superstición”, explica Falcó, en alusión a Miguel Boyer, Ministro de Economía durante la etapa de Felipe González y marido de Isabel Preysler hasta su fallecimiento en 2014. El verano que Tamara Falcó comenzó a leer la Biblia pasó tantas horas en su cuarto que su padre llegó a preguntarle “si estaba metida en drogas”.
Sin embargo, la verdadera revelación divina para Tamara Falcó tuvo lugar durante su primera visita a Medjugorje, una pequeña localidad de Bosnia convertida desde los años 80 en centro de peregrinaje debido a las apariciones marianas. “Allí vi una pareja que miraba el Santísimo Sacramento y se cogía de la mano; dije, esto no lo he tenido nunca, esto es el amor”, recuerda la influencer. Este 2022, un año en el que “apenas tuve tiempo para mí misma” tras el estreno de su reality en Netflix logró regresar a Medjugorje, “donde está viva la fe”.
“A todos los que estamos aquí reunidos nos inquieta la dinámica de la familia”, afirma el moderador, Jorge Coco González, empresario del sector audiovisual y destacado miembro de los Legionarios de Cristo, antes de interrogar a los cuatro ponentes por su visión del perdón. “A veces es imposible pedir perdón, pero pides ayuda al señor de los imposibles y un día desaparece el rencor”, contesta Cotelo mientras Falcó, sentada a su izquierda, escucha con semblante serio y brazos cruzados.
“El perdón proviene de Dios”, prosigue Verástegui. “Hay que morir antes de morir, como decía San Juan. Y lo conseguimos a través de una vida sacramental, cuando dejas a Dios entrar en tu corazón”. “Una vida de ayuno, de penitencia, de leer la Biblia, las vidas de los santos, de estar en ambientes sanos para que tu mente se llene de cosas buenas”, sostiene. El actor, muy popular en México, ha declarado en numerosas ocasiones que lleva más de 17 años practicando la abstinencia sexual por convicción religiosa.
Ahora estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad, hay tantos tipos distintos de sexualidades, hay tantos sitios distintos donde puedes ejercer el mal.
Quedan diez minutos para que termine el conversatorio y el moderador se dirige directamente a Tamara: “Aquí en México te queremos mucho y sabemos de tu vida reciente, tengo que hacerte la pregunta: ¿Cómo estás?”. La sala contiene el aliento y ella toma la palabra: “Tengo una mezcla de sensaciones”. Este verano, cuando acudió de nuevo a Medjugorje porque “necesitaba discernir”, pidió a la Virgen que, si su prometido no era para ella, lo apartara del camino. “Había conseguido que él empezara a ir a misa, cuando volví de Medjugorje se confesó y eso significó mucho para mí”, lamenta.
“Estaba ilusionada porque el proyecto de Dios estaba ahí, pero todo cambia radicalmente cuando salieron las imágenes de mi novio siendo infiel”, asevera Falcó, en referencia al vídeo donde su exprometido aparece besando a otra persona en el festival Burning Man. “No fue solo eso, cayeron muchas más cosas, fue un dominó, me di cuenta de que tenía que dibujar a una persona que para mí no existía”. “Ahora estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad, hay tantos tipos distintos de sexualidades, hay tantos sitios distintos donde puedes ejercer el mal. Creo que en otras generaciones no era tan evidente”, opina.
“Yo no siento odio hacia él, me da pena”, continúa Falcó. “Me da pena que, con todas las cosas buenas que hay en la vida, que esas sean las cosas por las que vive”. “Esa no es una persona con la que formar una familia, hay almas que van a llegar al mundo, van a ser esponjas y van vivir todo eso”. “Él me ha pedido perdón y es algo que tengo que trabajar, no me cabe en la cabeza lo que ha sucedido, creo que él y todos los que están perdidos en las sombras merecen conocer la verdad y el amor de Dios”, finaliza, con la voz entrecortada, y el público aplaude. “Como me decía alguien, todos somos Tamara”, apunta el moderador.
El conversatorio termina con tres avances cinematográficos: el primero, de la película Tengamos la fiesta en paz, dirigida por Juan Manuel Cotelo, una comedia sobre una familia que evita el divorcio. “Entretenimiento con valores”, comenta Jorge Coco González, antes de que las tres grandes pantallas de la sala reproduzcan el tráiler de la tercera temporada The Chosen, un proyecto sobre la vida de Jesús creado por Neal Harmon, quién se enorgullece de sacarlo adelante “fuera del sistema de Hollywood”. Por último, Sonido de libertad, un largometraje sobre la trata infantil producido por Verástegui.
Creo que él y todos los que están perdidos en las sombras merecen conocer la verdad y el amor de Dios.
“Gracias por tu ternura, Tamara. No pudimos hablar del tema de la mujer, pero le has dado un toque muy especial”, concluye Jorge Coco González. El público aplaude y comienza a levantarse de sus asientos; solo quedan unos minutos de descanso antes de la próxima ponencia sobre familia y espiritualidad. María Fernanda, de 27 años, sentada en las primeras filas junto a su madre y su hermana, no conocía a Tamara Falcó hasta este sábado, pero cuenta a elDiario.es que su intervención le ha parecido “muy inspiradora para todas las personas”.
“¡Viva México!”, grita la Marquesa de Griñón antes de bajarse del escenario. Junto al acceso a la zona reservada, una veintena de mujeres espera para lograr una foto con los ponentes, especialmente con Verástegui, pero también con Tamara, que se marcha del recinto sin atender a la prensa. Ximena, de 35 años, dice que admira a Falcó desde que vio su reality en Netflix: “Qué bueno que haya vuelto tan espiritual, ojalá pueda ir a la Basílica de Guadalupe, es más importante que Medjugorje”.
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