Las ciudades francesas de Lille, Lyon, Grenoble y Saint-Etienne han entrado este jueves en alerta máxima por la situación sanitaria, lo que obliga al cierre de bares y a nuevas restricciones en restaurantes, según ha informado este jueves el ministro de Sanidad, Olivier Véran. Las medidas entrarán en vigor el sábado.
“La situación epidemiológica continúa degradándose. Cada vez hay más personas contagiadas y enfermas”, ha señalado el ministro. Por otro lado, las clases de universidad tendrán un aforo máximo del 50%.
El sistema de alerta diseñado por el Gobierno francés establece tres zonas rojas: de alerta, alerta reforzada y alerta máxima (escarlata)— en función de la tasa de incidencia y el porcentaje de pacientes con COVID-19 en la UCI. Una región se declara escarlata cuando sobrepasa tres indicadores: una tasa de incidencia de 250 casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días, una incidencia de 100 casos por 100.000 en mayores de 65, y un 30% de camas de UCI ocupadas por enfermos por coronavirus.
París entró este lunes en zona de alerta máxima, obligando a cerrar bares y a cumplir nuevas restricciones en restaurantes. Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia, lo hizo el pasado 28 de septiembre, provocando una ola de protestas entre ciudadanos y restauradores, así como tensiones entre el Ayuntamiento de Marsella y el Gobierno francés. Las medidas fueron recurridas, pero el tribunal administrativo de Marsella desestimó el recurso y respaldó la decisión de clausurar bares y restaurantes durante dos semanas.
Informa Javier Biosca Azcoiti.