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La Iglesia reconoce la presencia de infiltrados del grupo secreto ultracatólico El Yunque

El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Ricardo Blázquez. / Efe

Jesús Bastante

Es una sociedad secreta que como tal no existe pero que desde hace más de una década maneja sus tentáculos en distintos ámbitos de la vida política, social y familiar de nuestro país. También, cómo no, en la religiosa. Se trata de El Yunque y, por primera vez, los obispos españoles parecen decididos a acabar con toda vinculación (que la hay, y mucha) de esta organización en instituciones clave para entender los movimientos asociativos ultracatólicos en España, especialmente a través de organizaciones como Hazte Oír o Derecho a Vivir.

Pero ¿qué es El Yunque? La Organización Nacional de El Yunque es una sociedad secreta surgida en México con la supuesta intención de proteger los valores cristianos. Es conocida su infiltración en el Partido Acción Nacional (PAN). En España no alcanzó influencia política hasta las reformas del aborto y el matrimonio gay del primer Gobierno de Zapatero.

Los tres principios que se inculcan a los miembros de El Yunque se llaman primordialidad (la organización debe anteponerse a todo, incluso la familia o la Iglesia), obediencia (que ha de ser incondicional) y reserva (secreto).

Los miembros de El Yunque juran defender “aun a costa de la vida” este “instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la tierra” y se vigilan unos a otros: “En este acto te has integrado a quienes Dios ha elegido para instaurar el reino. Desde este momento encontrarás en cada uno de nosotros un compañero y un amigo; pero si tus intenciones fueran traicionarnos o llegaran a desviarse de algún modo, en cada uno de nosotros encontrarás un juez justiciero”.

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que ha arrancado este lunes en Madrid tiene como uno de sus temas de debate si los obispos prohíben las actividades de estas organizaciones –que han capitalizado la lucha contra las leyes del aborto o el matrimonio homosexual desde 2005– mientras no se aparten pública y radicalmente de El Yunque y aseguren que sus miembros no forman parte de él. Algo que ya han hecho tanto el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, como el obispo de Getafe, Joaquín María López de Andújar, y que podría extenderse –incluso con una nota pública– a todas las diócesis de nuestro país.

Un informe alertó de su implantación

La existencia de El Yunque es una de las grandes preocupaciones internas de la Iglesia española, que durante la última década no ha sabido –o querido– atajar. Hasta la fecha, Hazte Oír y Derecho a Vivir han campado a sus anchas por todas las parroquias, centros y actividades de las diócesis españolas. Todo ello sin ningún tipo de cortapisa, hasta que hace unos años, y después de recibir numerosas quejas, el Episcopado encargó un informe privado que sacó a la luz la organización secreta y su implantación en distintas asociaciones católicas, como Ayuda a la Iglesia Necesitada. Un auténtico lobby de presión y agitación de ultraderecha que utilizaba el entramado de la Iglesia católica para llevar a cabo su misión. Todo ello con el apoyo de varios obispos, hasta ahora.

Siguiendo la línea marcada por las diócesis de Toledo y Getafe, que han impedido a asociaciones como HazteOir.org, Derecho a Vivir, CitizenGo o Profesionales por la Ética participar en actividades diocesanas o utilizar recintos eclesiásticos para sus campañas mientras no se dé una ruptura clara y sin ambages con El Yunque, buena parte del Episcopado español quiere preparar una declaración de la conferencia al respecto.

La tesis, salvo contadas excepciones, es mayoritaria en la conferencia, y une a prelados que ideológicamente no suelen coincidir, como Carlos Osoro o José Ignacio Munilla. El vicepresidente del Episcopado y arzobispo de Madrid se ha mostrado, en privado, seriamente preocupado por la actuación de algunos de estos grupos y por su vinculación con El Yunque.

“Aunque compartimos con la plataforma Derecho a Vivir y con la asociación HazteOir.org muchos de los objetivos a favor de la defensa de la vida y de otros derechos fundamentales, no compartimos con estas instituciones ni el sentido de pertenencia eclesial ni los medios que emplean”, señalaban las notas del Arzobispado de Toledo y el Obispado de Getafe.

“El Yunque existe, y no es bueno para la Iglesia”

Tanto es así que el propio obispo auxiliar de Getafe, José Rico Pavés –quien fuera llamado a declarar por primera vez en la historia en un juicio sobre la naturaleza de esta sociedad secreta–, declaraba recientemente que “El Yunque existe, y no es bueno para la Iglesia”. Para el prelado “es imposible que el reinado de Cristo en el mundo se instaure recurriendo al engaño, sembrando la desconfianza y provocando la división en la Iglesia”.

“Le puedo asegurar que no conozco El Yunque por las conjeturas de personas rencorosas que quieren destruir las asociaciones en las que hay miembros de esta organización secreta. Conozco El Yunque por el testimonio directo de personas que han pertenecido a El Yunque o han estado muy vinculadas a él”, aseguraba el obispo en una entrevista al portal Aleteia. Declaraciones que intentaron ser respondidas por Ignacio Arsuaga, presidente de la plataforma HazteOír (HO), quien en su web personal insistió en que se trata de una “campaña de desprestigio y de destrucción” contra la defensa de la vida y la familia en España.

Pese a ello, tras Getafe vino la prohibición en Toledo y, con la llegada de Osoro a Madrid, el vacío institucional. De hecho, este fin de semana se ha celebrado en la capital de España un congreso sobre cristianos perseguidos organizado por Hazte Oír y al que se invitó, entre otros, al patriarca de Antioquía, Ignatius Youssef III. El arzobispo de Madrid, pese a estar invitado, no quiso acudir a ninguno de los actos del citado congreso (aunque sí recibió al prelado egipcio), para que su presencia no fuera interpretada como un apoyo tácito a estos grupos.

Curiosamente, quien sí acudió –en lo que se interpreta un nuevo desplante– fue el obispo auxiliar de Madrid y exportavoz episcopal, Juan Antonio Martínez Camino. Entre los recientemente premiados por Hazte Oír se encuentra el siempre polémico obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plà, así como otros altos representantes de medios de comunicación propiedad de la Iglesia católica.

Hazte Oír denunció el informe

En nuestro país, gran parte del descontento de los católicos fue canalizado por la asociación Hazte Oír y otras fundadas por miembros de esta sociedad. El punto de inflexión más importante se produjo cuando salió a la luz un informe encargado por el obispo auxiliar de Getafe, monseñor Rico Pavés, a un laico, Fernando López Luengos, vicepresidente de la asociación Educación y Persona, sobre las actividades de El Yunque en España.

Miembros de Hazte Oír que figuraban en este informe llevaron a juicio a su autor, por “vulneración del derecho al honor”. En mayo de 2014, el tribunal encargado del caso afirmó que el contenido del informe era “esencialmente veraz”. A raíz de esto, algunos miembros de la jerarquía católica se han mostrado reticentes a que esa sociedad secreta siga influyendo en la Iglesia.

Si desde un punto de vista civil y religioso es difícil dar por válido semejante juramento, aún más grave es el perfil de los que se comprometen de por vida: son jóvenes inexpertos, empujados a un activismo social irreflexivo, ansiosos de fama y éxito aparente, reclutados entre quienes buscan defender los valores cristianos, la vida del no nacido, la familia, etc. Una misión que han llevado a cabo con el respaldo de la institución eclesiástica. Hasta ahora. De confirmarse, la nota episcopal prohibiendo las actividades de Hazte Oír en las diócesis españolas marcará un definitivo punto de inflexión en la Iglesia de nuestro país.

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