Los chimpancés llevan briznas de hierba en las orejas y el trasero, ¿una moda o tiene algún significado?

Un chimpancé macho adulto con una brizna de hierba en la oreja

Raquel Sáez

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Un pañuelo en el cuello, una pulsera en el pie o perforaciones en la oreja. Son algunas de las modas que los humanos reproducimos según las tendencias del momento, pero que en realidad no son útiles y tampoco tienen una justificación clara. Es un hábito que cambia, pero que se sostiene en el tiempo. Sin embargo, eso no parece solo cuestión de humanos, sino que algunos animales también copian comportamientos aparentemente inútiles entre sí, como el de ponerse briznas de hierba en las orejas y el trasero.

Esa es la conclusión a la que han llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Utrecht, la Universidad de Durham tras observar el comportamiento de un grupo de chimpancés en un santuario en Zambia. Sus hallazgos aparecen ahora publicados en la revista Behaviour.

“Esto demuestra que, al igual que los humanos, otros animales también copian comportamientos aparentemente inútiles entre sí”, afirma el investigador de la Universidad de Utrecht, Edwin van Leeuwen. En su opinión, esto “podría ofrecer información sobre las raíces evolutivas de la cultura humana”.

Imitación, moda o sentido de pertenencia

Todo empezó en 2010, cuando Van Leeuwen descubrió que una chimpancé hembra del santuario Chimfunshi Wildlife Orphanage Trust se metía repetidamente una brizna de hierba en la oreja y la dejaba allí, sin motivo aparente. Después, otros siete miembros del grupo imitaron ese animal. El comportamiento persistió pese al fallecimiento de ese primate y se interpretó como una tradición cultural.

Lo sorprendente ocurrió más de una década después, porque chimpancés de otro grupo en el mismo santuario también comenzaron a introducirse briznas de hierba en las orejas. No copiaron este comportamiento del grupo anterior, ya que no habían tenido contacto con ellas. Y fue a más. Otros seis integrantes del grupo también dejaban una brizna colgando de sus nalgas.

Un chimpancé en una imagen de archivo. EFE/Esteban Biba

Los investigadores no encontraron evidencia de que a los chimpancés les molestaran las orejas o el trasero y usaran las hojas de hierba, por ejemplo, para aliviar una picazón. Es decir, no tenía utilidad.

Al rastrear cuidadosamente qué animales mostraban el comportamiento a lo largo del tiempo, Van Leeuwen y sus colegas demostraron que era probable que los animales no lo hubieran inventado por sí mismos, sino que lo hubieran copiado unos de otros. “Ambos grupos, donde los chimpancés se colocaron briznas de hierba en las orejas, tenían los mismos cuidadores. Estos informaron que a veces se ponían una brizna de hierba o una cerilla en las orejas para limpiárselas”, añade Van Leeuwen.

Esta imitación podría considerarse “inútil” desde un punto de vista práctico. Sin embargo, los autores no están completamente seguros: “También podría tener un propósito social. Al copiar el comportamiento de otra persona, demuestras que te fijas en ella y quizás incluso te gusta. Por lo tanto, podría ayudar a fortalecer los lazos sociales y crear un sentido de pertenencia dentro del grupo, al igual que ocurre en los humanos”.

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