La portada de mañana
Acceder
CRÓNICA | El PSOE muta del alivio al desánimo, por Esther Palomera
INVESTIGACIÓN | La Policía espió a dos colectivos sociales madrileños
OPINIÓN | '¿Hasta dónde quiere llegar Sánchez?', por Neus Tomàs

El refugiado del selfie con Merkel pierde su batalla contra Facebook

La Audiencia de Würzburg (sur de Alemania) ha rechazado este martes la demanda de Anas Modamani, un refugiado sirio que exigía a Facebook que borrara un selfie que se hizo con la canciller, Angela Merkel, y que circulaba en la red social en diversos montajes en los que se le identificaba como terrorista.

Según el fallo del tribunal, Facebook no considera como propias las calumnias de terceros y, por lo tanto, no se le puede obligar a abstenerse de difundirlas. La resolución asume así que la red social no está obligada a buscar de forma activa los contenidos injuriosos o difamatarios y a borrarlos y deja de nuevo en manos del refugiado la tarea de rastrearlos y denunciarlos uno a uno.

El refugiado había posado junto a la canciller durante la visita que ésta realizó a un centro de acogida en septiembre de 2015 y él mismo colgó la instantánea en su cuenta de Facebook. A partir de ahí se encontró con que la imagen era difundida manipulada junto con fotografías policiales de búsqueda de terroristas islámicos o delincuentes comunes, como el caso de una agresión en el metro a un indigente. “La fotografía ha cambiado mi vida”, lamentó el refugiado en el juicio.

Los mensajes colgados en Facebook con la foto retocada han sido difundidos centenares de veces y, a pesar de que la red social borró las entradas originales, no ha logrado hacer desaparecer las sucesivas repeticiones de éstas.

El abogado de Modamani, Chan-jo Jun, había manifestado que esperaba que el caso diera lugar a que las redes sociales fueran obligadas a eliminar los mensajes calumniosos no sólo después de que los usuarios los marquen como ofensivos, sino de forma activa buscando y parando la difusión de este tipo de contenidos.

El equipo legal de Facebook argumentó que no hay un “software milagroso” que automáticamente bloquee el contenido que ha sido previamente borrado y que evite que sea difundido nuevamente.

Después conocerse el fallo, un portavoz de la red social ha declarado a The Guardian que Facebook entiende que “es una situación muy difícil para el señor Modamani” y que por ello “rápidamente hemos impedido el acceso a los contenidos que han sido señalados por sus representantes legales”, añadiendo que responderán del mismo modo a las nuevas notificaciones sobre este contenido indeseado que les lleguen de sus abogados.

Si la demanda hubiera seguido adelante, podría haber obligado a Facebook a modificar sus procedimientos internos ante la difusión de injurias o noticias falsas.