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Bogotá de arriba a abajo, de Monserrate al Museo Botero

La Catedral Primada de Colombia destaca en la Plaza de Bolivar de Bogotá.

Roberto Ruiz

Colombia tiene mucho que ofrecer, un país que te llevará desde su Eje Cafetero hasta la pintoresca Cartagena de Indias, pasando por maravillas naturales como las selvas amazónicas y el Parque Nacional de Tayrona hasta bulliciosas ciudades como Medellín o Cali. Pero siempre, hagas lo que hagas y además de todo lo anterior, en tu viaje no puede faltar una parada obligada en la capital del país de la sabrosura: Bogotá.

Ubicada a unos 2.600 metros sobre el nivel del mar, la ciudad de Bogotá reúne cultura, color, arquitectura, historia, gastronomía y música, convirtiéndose en un destino imprescindible para todo viajero que quiera conocer Colombia de primera mano. Con dos días se te quedaría corto, con tres algo justo y con cuatro sería ideal, pero como reza la campaña colombiana promotora de turismo aquí “el riesgo es que te quieras quedar”. Teniendo en cuenta estos tiempos te proponemos un plan para no perderte los mayores atractivos de Bogotá.

1. Subir al Cerro de Monserrate

Es posiblemente lo primero que deberías hacer nada más llegar a Bogotá, desde el Cerro de Monserrate podrás ser consciente de la inmensidad de la ciudad que tendrás a tus pies. El ascenso hasta sus 3.152 metros de altitud lo podrás hacer tanto en funicular como en teleférico, o incluso a pie si te animas con la hora y media de caminata que te llevará hasta él.

Allí, en lo más alto, se encuentra el Santuario de Monserrate, una basílica inaugurada en 1920 y lugar de referencia para infinidad de peregrinos.

2. Visitar el Museo Botero

En una llamativa casa colonial, en pleno barrio de La Candelaria, se encuentra uno de los mejores museos de la ciudad. Una fantástica muestra de los volúmenes del artista Fernando Botero queda aquí recogida entre acuarelas, óleos y, cómo no, esculturas de formas redondeadas. Pero el Museo Botero no solo cuenta con representaciones del artista colombiano, sino también con obras de Picasso, Renoir, Dalí y Matisse, convirtiéndose así en todo un espacio cultural imprescindible para los amantes del arte.

3. Pasear por La Candelaria y el casco histórico

Si quieres conocer la zona con más encanto de toda Bogotá entonces tienes que ir a darte un paseo por La Candelaria, en pleno casco histórico de la ciudad. Calles estrechas y empinadas donde las casas coloniales parecen disputarse la fachada más colorida y puertas, ventanas, balcones y patios atraen a las cámaras de los visitantes. La Candelaria es también un buen sitio para deleitarse con la mejor representación de arte callejero de la ciudad y la calidad de sus grafitis, algunos de ellos auténticas obras de arte, hacen del barrio un verdadero museo al aire libre en el que no te deberías perder el Callejón del Embudo.

4. Maravillarse en el Museo del Oro

Para visitar este museo no tiene que gustarte el oro, lo que tiene que atraerte es la historia. En el Museo del Oro de Bogotá se exhiben más de 55.000 piezas de las que casi dos tercios corresponden a elementos de orfebrería y el resto a obras de cerámica, piedra, textiles, conchas y huesos. Una excelente colección que nos habla de las tradiciones y culturas de las antiguas civilizaciones precolombinas, donde destacan las culturas Tayrona, Tolima, Tumaco o Malagana, además de llevarnos a conocer la famosa leyenda de El Dorado.

5. Contemplar la Plaza de Bolivar

La Plaza de Bolivar hace de centro neurálgico en la parte antigua de la ciudad. Una enorme explanada rodeada de importantes edificios oficiales donde merece la pena sentarse un rato a ver la gente pasar. El protagonismo se lo lleva la Catedral Primada de Colombia, un edificio de estilo neoclásico del siglo XIX levantado donde anteriormente se sucedieron varios templos que han sido catedral desde 1562. También encontrarás aquí el Ayuntamiento, el Capitolio Nacional, el Palacio de Justicia y palomas, muchas palomas.

6. Disfrutar del encanto del Barrio de Usaquén

Usaquén nació en su día como un pueblo cercano a Bogotá, repleto de bonitas casas coloniales, pero que terminó uniéndose a la gran ciudad conforme ésta fue creciendo y creciendo. Un lugar para darse un paseo tranquilo, repleto de rincones con encanto, y donde merece la pena curiosear entre tiendas, bares y restaurantes a paso lento. En sus calles es además donde tiene lugar el famoso Mercado de las Pulgas.

7. Subir a lo más alto de la Torre Colpatria

Con sus 196 metros este rascacielos controla Bogotá desde las alturas. Se encuentra junto al Planetario y el parque de la Independencia, a unos 15 minutos caminando desde el Museo del Oro. Se puede acceder a su azotea, a nivel del piso 48, y tener una visión completa de la ciudad desde todos sus ángulos: la zona antigua, la zona moderna, los cerros que rodean la ciudad… todo. La instalación de un sistema de luces en su fachada le permite representar diferentes motivos durante la noche y además, desde 2005, en ella se realiza una carrera de ascenso en la que los participantes suben los casi mil escalones que les llevan en vertical hasta lo más alto.

8. Curiosear por los Mercados de las Pulgas

Todo paso por Bogotá no estaría completo si no dedicaras un domingo a curiosear entre los puestos de alguno de sus mercadillos, ya sea el Mercado de las Pulgas de San Alejo o el Mercado de las Pulgas de Usaquén. En ellos puedes encontrar un poco de todo, desde antigüedades hasta artesanías, pasando por ropa, muebles, plantas, decoración y todo tipo de cachivaches. Pueden ser el plan perfecto para poner la guinda que complete tu paso por la ciudad de Bogotá y llevarte de paso algún que otro recuerdo de tu viaje.

9. Escaparse a Zipaquirá y la Catedral de Sal

Si tienes tiempo reserva medio día para escaparte a Zipaquirá, desde Bogotá tardarás cosa de una hora. Allí encontrarás todo un complejo temático denominado Parque de la Sal dedicado a la minería, la geología y los recursos naturales, en el que destaca sobre todo lo demás su famosa Catedral de Sal. Este enorme complejo subterráneo está excavado en la mina de sal de Zipaquirá, una de las mayores del mundo, y no le falta un detalle: viacrucis, cúpula, naves, esculturas de sal y mármol… Una obra maestra hecha en sal y considerada una de las mejores joyas arquitectónicas de toda Colombia.

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