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La receta casera de la confluencia

Ganemos Madrid sale a la calle // Imagen cedida por Julio Albarrán @soulseekers

Silvia Nanclares

Este verano, mi padre me preguntó un día:

— ¿Guanyem es Podemos en catalán?.

— Pues no, pero sí. A ver...

La pregunta tiene mucha mandanga.

Hace más de tres años estalló un puchero político en la calle. Hubo caldo para todos, pringá de la más rica que nos cambio la vida a muchas personas (no olvidar nunca esto) y los activistas más viejos del lugar vieron cómo sus garbanzos de toda la vida se condimentaban con ingredientes hasta ese momento inauditos. De aquel puchero de plaza salieron reforzadas muchas raciones en dirección a las asambleas de barrio, a las mareas pantone, a mil proyectos resistentes y pequeños, a otros grandes como la PAH o candidaturas municipalistas, como Guanyem Barcelona.

Tres años después y especialmente desde las elecciones europeas de mayo, la posibilidad de llevar la lucha de la calle a las instituciones ha desplazado a casi toda cuestión en nuestras conversaciones. Es algo de lo que sí o sí tenemos que hablar. Con dos elecciones muy próximas y una resituación de todos los elementos y personitas del tablero (ahora empiezan las metáforas lúdicas, salgo de la cocina) en torno a Podemos, toca mover ficha. Algunos estábamos más a gusto jugando a la oca, pero, parece que de aquí a mayo y después a otoño, sí o sí, toca jugar al parchís. Y te cuentas veinte.

El respaldo electoral a Podemos desbordó la cocción de la masa y nos puso a repensar la receta de la nueva política: los de abajo permaneciendo activos en las luchas cotidianas y no queriendo entrar en la toma de las instituciones, las de dentro que, con todos los reparos al más clásico y patriarcal dispositivo de Podemos, juegan fuerte en los círculos por pragmatismo y/o convicción, por la capacidad destituyente que palpita y la posibilidad de cambiar cosas muy determinadas. Los refor, las nihilistas, los activistas puros, las estrategas, las que dejaron al PSOE por irse a UPD (nooooo), los que votaron al pepé y se sienten estafados, las que sueñan con una nueva hegemonía, las socialistas sin candidato..., todas estamos aquí hoy, por ejemplo, conviviendo en Madrid, una ciudad vendida a lonchas y parcelada a la desigualdad, malgobernada y dinamitada en la base de sus servicios públicos por un partido de gente metida hasta las cejas en una trama corrupta, que, además, lleva mechas, perlas y trajes mal cortados. Hola, ¿hacemos algo con esto?

Es un hecho: esto lo vamos, si queremos, a poder cambiar. Escalofrío. Toda estructura que contribuya a alterar las cosas es poca.

El pasado cuatro de noviembre se presentó Ganemos Madrid (GM), un proyecto que apuesta por el protagonismo ciudadano para que las municipales de 2015 sean un punto de inflexión para nuestra ciudad. Está llevando a cabo la compleja tarea de practicar la confluencia de personas de movimientos sociales, partidos y colectivos con un objetivo en mente muy claro: ganar la ciudad. Recobrarla. Gobernar. Escalofrío 2.

El cuatro de noviembre se dieron dos meses para conseguir 30.000 firmas.

El sentido de pedir firmas es medir el apoyo ciudadano con el que se cuenta. Por eso, si antes del cuatro de enero no se llega a esa cantidad, GM no seguirá adelante. Pero, ¿por qué 30. 000, si para poder presentarse a las elecciones sólo se necesitan 8.000 avales (firmas recogidas con procedimiento legal)? En Guanyem BCN también salieron la primavera pasada pidiendo 30.000 firmas con este mismo propósito. ¡Y lo consiguieron! Aquí puedes firmar y consultar los apoyos que se llevan recogidos hasta el momento.

Este fin de semana, Ganemos Madrid vuelve a la calle a conseguir las firmas que quedan. Los grupos promotores de barrios (ya hay catorce, esta semana se presentaron Ganemos Tetuán y Ganemos Chamberí) como Aravaca, Arganzuela , San Blas-Canillejas, Retiro, Vallekas, Fuencarral, Carabanchel, Latina, Vicálvaro, Hortaleza, Chamartín y Moncloa estarán ahí como ya estuvieron antes las mesas en defensa de la Sanidad o por la consulta ciudadana por el Canal de Isabel II.

Ah, y lo más divertido vendrá después: de llegar a las 30.000, Ganemos Madrid seguirá adelante con la creación de una candidatura que tendrá primarias abiertas, financiación independiente de los bancos y un programa construido entre todas. Porque la idea más potente del municipalismo es esa: que quienes mejor conocemos la ciudad, quienes la vivimos, la amamos y la sufrimos tengamos la capacidad de acción y decisión en sus instituciones y su gestión.

Si no acabas de comprender de qué va este puchero, de dónde salen estas croquetas, cuál es la relación de Ganemos con Podemos, acércate a una de las mesas y pregunta los vecinos y vecinas implicados. Te lo contarán mejor que yo. Y es que una firma no es un voto, pero sí es un apoyo decisivo al proyecto. En la idea de un Madrid donde todas las personas cuenten, cada firma es importante.

¿Quién mejor que nosotras mismas para saber lo que necesitamos? Ya sigamos en la lucha activa y cotidiana organizada o prefiramos delegar, podremos decidir qué queremos comer y participaremos en la receta de la gestión de la ciudad. ¡Somos muchas y diversas, somos restos del puchero, somos ricas croquetas caseras!

— Confluencia ciudadana, se dice, papá.

— Vale, creo ya me enterado. Pero bajaré a mi mesa a ver.

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