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Junta y Gobierno recurren a las cajas para evitar la entrada de Italia en Deoleo

Recogida aceituna

Fernando Vicente / Concha Araújo / Olga Granado

“Isidro, ¿recuerdas que el otro día me dijiste en mi despacho que contara contigo si hacía falta…?” Este inicio de conversación entre la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, e Isidro Fainé, presidente de La Caixa, no es real, pero sí es creíble. Fuentes conocedoras de las negociaciones en marcha, aseguran que esa es precisamente la labor que está llevando a cabo la Junta de Andalucía para intentar frenar la entrada de fondos de inversión extranjeros en el capital de la aceitera Deoleo. Negociar con las entidades financieras españolas presentes en Deoleo para que en lugar de vender sus participaciones accionariales, las mantengan.

“Tanto el Gobierno de Madrid como la Junta de Andalucía nos estamos moviendo en lo que podemos movernos, que es hablar con los distintos accionistas parta intentar mantener una mayoría del accionariado español en la compañía”, explica un alto cargo del Gobierno andaluz.

Un extremo que es confirmado por los propios accionistas de la mayor aceitera española, que están recibiendo las llamadas de responsables de ambos gobiernos: “Algunas de las entidades financieras, que tendrían que vender su participación, se lo están planteando y podrían no hacerlo”, asegura uno de los consejeros de la aceitera.

Vinculaciones sociales

Así pues, se trata de que el paquete de acciones que al final salga a la venta sea lo menor posible. De hecho, las intervenidas Bankia y BMN serían las únicas obligadas a vender su capital. El resto de las cajas podría no hacerlo. Cajas que están en Deoleo precisamente por su vocación andaluza, esa a la que ahora apela la Junta de Andalucía para evitar la fuga de todo el capital español.

Kutxabank es accionista porque se quedó con la antigua Cajasur, que dominaba el mercado financiero cordobés, para cuya economía el aceite es el principal ingreso y fuente de empleo. Lo mismo ocurre con La Caixa, que se quedó con Cajasol, pero cuya apuesta por convertirse en la primera entidad de ahorros regional ya le llevó a contar con cerca de 700 oficinas, en más de 300 municipios andaluces, vinculándose así al entramado económico y social andaluz, y disputándole de paso el liderazgo a Unicaja, la única entidad andaluza que queda, y el único accionista financiero de Deoleo que desde el principio manifestó su voluntad de no vender.

“Las cajas están viendo la repercusión social que tiene esto y calculando el efecto que podría tener en su imagen. A lo mejor La Caixa dice, como me voy a ir si Unicaja se queda. Y si se queda La Caixa, a lo mejor Kutxabank dice pues yo también…”, reflexiona un analista del sector aceitero andaluz.

Los compradores

De este modo, detalle a detalle, las claves de la venta de Deoleo van saliendo a la luz. Así, desde el Gobierno central ya han empezado también a desvelar la otra pata de la operación, que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la empresa desde la que se gestionan las empresas públicas y los intereses del Estado en las sociedades en las que éste tiene acciones, “podría tomar una participación minoritaria”, en palabras del ministro de Hacienda Cristobal Montoro.

Es decir, no sólo se trata de evitar que salga a la venta un paquete mayoritario de las acciones de Deoleo, sino de organizar una operación que asegure que las que salgan a la venta queden en manos españolas. Y esta es, posiblemente, la parte del puzzle más difícil de encajar. Hasta ahora sólo el Gobierno de Rajoy y Dcoop, la mayor cooperativa andaluza, que ya posee un 9,5% de Deoleo, se han comprometido públicamente a participar en la compra del paquete de Bankia y BMN.

Y no parece sencillo que aparezcan muchos más dispuestos a comprar. “La Junta carece de la capacidad financiera para ello”, reconocen desde el Gobierno andaluz. Por su parte, la consejera de Agricultura, Elena Víboras, reconocía hace días al eldiario.es que descartaba un desembolso económico de la Junta en la operación: “Espero que sea puramente de carácter empresarial, que sea el sector privado el que asuma, trabaje, financie…”

Efectivamente, fuentes del sector admiten las peticiones del Gobierno y de la Junta de Andalucía, pero también las dificultades que entraña una operación que exige una inversión inicial alta (alrededor de 40 millones de euros) sin garantías de que esa inversión facilite la entrada en el consejo de administración.

No obstante, la posible intervención de la SEPI da confianza y permite acariciar futuras operaciones. Juan Gadeo, presidente de Interóleo -comercializadora jiennense que aglutina a más de 20 almazaras-, reconoce que el plazo temporal en el que está desarrollando la venta de las participaciones de Deoleo no es suficiente para que el sector busque alternativas. “Los grupos no estamos preparados para atender a este requerimiento”.

El momento es otro condicionante. Gadeo admite que, si la SEPI finalmente cierra la operación Interóleo, está dispuesto a buscar una “alianza de grupos españoles” para adquirir en el futuro la participación de la sociedad estatal.

SEPI, Dcoop y ¿Unicaja?

Por lo tanto, sólo la SEPI y Dcoop (antigua Hojiblanca) estarían dispuestos por ahora a poner el dinero. El ministro Montoro dio un vuelco a la operación el lunes pasado cuando reconoció públicamente que la SEPI entraría en el capital de Deoleo con una participación minoritaria. Pero no desveló la cuantía, si será un irrelevante 1%, o un significativo 10%. “Si fuera un 10%, ¡vaya que si tiene importancia! Como que estaría solucionado el problema, porque nosotros compramos el otro 6 restante del 16% que tiene Bankia y a trabajar para vender aceite en todo el mundo, que es lo que hay que hacer”, responde el representante de Dcoop en el consejo de Deoleo Antonio Luque. Y si la SEPI no llega al 10%, Luque recurre a otra posibilidad: “La SEPI compra un 5%, nosotros compramos otro 5%, y hay alguien más que compra otro 5%. Con eso es suficiente”.

¿Alguien más? Luque no querrá desvelarlo, o no se atreverá, pero el teléfono del único financiero autóctono que queda en Andalucía también ha sonado estos días, el de Braulio Medel, presidente de Unicaja. Entidad que es accionista de Deoleo y para la que el sector aceitero forma parte de su adn financiero. Ayer mismo, tras la reunión del Consejo de Gobierno andaluz, su portavoz Miguel Ángel Vázquez afirmó que la posición política de la Junta es “apoyar todos los pasos del Gobierno español para que Deoleo siga estando en Andalucía, tenga su sede en Andalucía y su capital sea mayoritariamente español”.

Un objetivo que se lograría pues si, por un lado, la Caixa se queda con su 5% y Kutxabank con su 4%. Y por otro hay grupos locales dispuestos a reapartirse el 20% de Bankia y BMN. Al reducirse el paquete a la venta ya no sería necesario realizar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por el 100% del capital, y la SEPI, Unicaja, y Dcoop podrían negociar directamente con Bankia y BMN la compra de sus respectivos paquetes. “Es cierto, se está hablando en esos términos, pero falta mucho, todavía no hay una operación concreta, nadie se ha sentado a una mesa para decir que éste sería el esquema”, explica uno de los implicados en la negociación.

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