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Las Generales más decisivas para la política catalana

Artur Mas, en el Parlament de Catalunya durante la segunda de sus investiduras fallidas

Arturo Puente

Pocas veces como esta la campaña de las elecciones generales, que ha comenzado este jueves a media noche, tendrá una influencia tan poderosa en el escenario catalán, precisamente cuando la mayoría en el Parlament ha firmado una declaración con la que pretende iniciar su “desconexión”, pero aún no se ha puesto de acuerdo en quién debe sentarse en la primera silla de la Generalitat. Es en este último aspecto, el de la investidura, donde la campaña y el resultado de las elecciones Generales podrían tener un efecto más importante, pero no solo, ya que Catalunya será una plaza capital para las dos fuerzas emergentes en España, Podemos y Ciudadanos.

Que el Congreso de los Diputados siempre se le haya dado peor que el Parlament al nacionalismo catalán no impide que estas generales, que se celebran a solo 3 meses del 27-S, sean un buen termómetro sobre la salud electoral de los partidos independentistas. Así al menos lo cree la CUP que, con previsión, ha fijado su asamblea nacional para el fin de semana siguiente a los comicios españoles del 20 de diciembre. La formación anticapitalista recogió en su debate del pasado fin de semana el mandato de las bases de continuar negociando e intentar conseguir un candidato alternativo. Guiados por ese objetivo, sus cálculos son que un sorpasso de ERC a la marca de Convergència podría mover las cosas en el petreo bloque que ha mostrado ser Junts pel Sí.

Pese a que esta sea la posición oficial del partido, el artículo firmado por el exdiputado David Fernàndez en el diario Ara, en el que pedía investir a Artur Mas, ha sentado como un jarro de agua frían entre los sectores que eran más reacios, al tiempo que conseguía que las relaciones entre la CUP y Junts pel Sí volvieran a fluir. Este jueves por la tarde ambos partidos desbloquearon las negociaciones, fusionaron las diferentes mesas de negociación en una sola y se marcaron un calendario, con el objetivo de llegar a la asamblea de la izquierda independentista del 27 de diciembre con una propuesta sólida. 

Más allá de las aspiraciones de la CUP, un “sorpasso” por parte de ERC a CDC consolidaría al partido republicano como el más fuerte del independentismo, una tendencia abierta en las elecciones europeas de mayo del 2014, cuando por primera vez el partido de Junqueras consiguió obtener más apoyos que las siglas de CiU. Este posible cambio de composición en el independentismo es la principal baza que quiere jugar ERC, que ha elegido a un candidato de la nueva hornada independentista. Hasta ahora, los sondeos de El Periódico y del CEO han coincidido en señalar a los republicanos como la marca ganadora de las elecciones, aunque el del CIS le ha dejado en quinto lugar, solo por encima del PP.

Ciutadans y En Comú Podem, luchando por ganar

Pero no es la interna del independentismo la única batalla que condicionará la próxima legislatura catalana. Ciutadans, el partido que se alzó como principal partido de la oposición el 27-S, quiere consolidar su posición con una victoria en la comunidad el 20 de diciembre. La aspiración de los de Juan Carlos Girauta no solo es contribuir a convertir al suyo en el tercer gran partido del arco español, sino que quedando en primer lugar en Catalunya repetirían las posiciones clásicas del PSC de liderazgo en las Generales y principal oposición en las autonómicas.

Los ambiciosos planes del partido naranja podrían ser malogrados por En Comú Podem, una fuerza ascendente formada por Podemos, En Comú, ICV y EUiA, y que contará nada menos que con el apoyo de la influyente alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El sondeo del CIS han situado a la candidatura liderada por Xavier Domènech en primera posición en Catalunya, con entre 10 y 11 escaños, lo que dejaría tanto a Ciutadans como a Convergència por debajo. En Comú Podem junto con Compromís-Podem, en la Comunidad Valenciana, y En Marea, de Galicia, serán las tres formaciones satélites que intentarán ayudar a Iglesias a ser una fuerza con influencia en el nuevo gobierno, ya que, según el CIS, entre las tres podrían obtener los mismos escaños que Podemos en solitario en el resto de comunidades.

El PSC, jugando en casa

Las elecciones al Congreso siempre fueron, por encima de las municipales, la contienda más favorable al PSC. La candidata a las primeras generales de la etapa Iceta, Carme Chacón, utilizará el terreno conocido para intentar mantener a su partido en una posición honrosa, como ya consiguió el propio Iceta el 27-S de septiembre cuando consiguió que los socialistas apenas cedieran dos puntos de voto respecto al 2012 y pese al ascenso de Ciutadans.

En el camino hacia el 20 de diciembre, Chacón lo tendrá aún más fácil, pues representará en Catalunya a un Pedro Sánchez que podría quedarse en segunda posición y acceder al Gobierno. Según la encuesta de El Periódico, hasta un 43% de los catalanes prefieren el pacto PSOE-Podemos para formar el Ejecutivo español, a mucha distancia del pacto PSOE-C's, que eligen un 15% de los encuestados. En cualquier caso, el pacto que pase por los socialistas es preferido por casi dos de cada tres catalanes, lo que coloca a los de Carme Chacón en un espacio privilegiado par el voto útil.

El PP, por su parte, corre el riesgo de despeñarse en Catalunya debido al ascenso de Ciutadans. La formación, que vuelve a apostar por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, como número uno por Barcelona, ha acusado especialmente en Catalunya el desgaste de su paso por el Gobierno central. El 27-S, los de Albiol pasaron de los 19 a los 11 diputados, y las encuestas pronostican una caída aún mayor en estas generales. De los 11 representantes obtenidos por la candidatura en 2011, los sondeos pronostican una bajada hasta los 4 o 5, convirtiéndose en una fuerza residual en la segunda comunidad que reparte más escaños.

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