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Los vecinos rechazan el acuerdo CiU-PP para hacer un hotel de lujo en el Deutsche Bank

La plataforma vecinal 'Gràcia cap a on vas?', en una de sus protestas / Gràcia cap on vas

Jordi Molina

Barcelona —

Un hotel de lujo ubicado en lo que hasta ahora era la torre Deutsche Bank será el lazo del modelo de ciudad que ha defendido el Gobierno de Xavier Trias desde que inició el mandato. El líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, anunciaba este lunes un acuerdo con CiU para llevar a cabo esta operación que desvanecía cualquier tipo de duda sobre el futuro de la torre y, a la vez, provocaba la indignación del vecindario de la zona, que está en plena elaboración y redacción de un nuevo plan de usos para la Vila de Gràcia.

La transformación del Deutsche Bank, sumada a la aparición de otros posibles hoteles en el barrio, como en la Plaza del Sol o en la confluencia de Travessera de Gracia con Torrent de l'Olla, han acabado por indignar a los vecinos y las entidades que trabajan, desde hace meses, en el proceso participativo que debe culminar en un nuevo plan de usos para la zona, antes de que termine el mandato. “Nos preocupa que mientras el vecindario está trabajando en propuestas para mejorar la vida y el espacio público del barrio, nos hayamos enterado a través de los medios de la noticia, y no dentro del marco que ofrece el proceso participativo”, explica un miembro de la plataforma 'Gracia cap a on vas?'.

Según el colectivo, que agrupa una veintena de entidades del barrio, el caso del Deutsche Bank refleja “la falta de transparencia” con la que el Ayuntamiento está llevando los cambios urbanísticos de la ciudad. “Pedimos la paralización de licencias de hoteles en el Distrito de Gracia hasta que no termine el proceso participativo, es una condición indispensable para que el proceso tenga sentido”, explica a este medio uno de sus portavoces, que concluye: “De lo contrario nos replantearemos el papel de la plataforma”.

El enésimo acuerdo entre CiU y PP, sin embargo, tiene unas consecuencias que van más allá de este barrio y que vuelven a confirmar el modelo de ciudad para el que ha apostado el Gobierno de Trias. “Hemos cambiado la burbuja inmobiliaria, que nos llevó donde nos llevó, por la hotelera y nos preocupa mucho la presión especulativa en la que se está sometiendo la ciudad”, explica en declaraciones Lluís Rabell, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB).

El presidente de la FAVB muestra su malestar por la “manga ancha” que tiene el Ayuntamiento en relación a un modelo de ciudad “pensado más para el negocio de unas determinadas élites inversoras en detrimento a las necesidades de la ciudadanía”. Según Rabell, “la capacidad de carga de la ciudad ha llegado a su límite”, y que denuncia que la mitad del presupuesto municipal en inversiones se hayan destinado al sector inmobiliario y a la economía especulativa. “Muy poca industria y muy poca economía productiva”.

Modificación del PGM

Modificación del PGMPara llevar adelante el proyecto será necesaria una modificación urbanística que permitirá susbtituir la torre situada en el paseo de Gràcia con la avenida de la Diagonal por un edificio más alto y convertirlo en un hotel de cinco estrellas. El pacto, aunque se anunció el lunes, ya había quedado sellado el pasado jueves en la comisión de Hábitat Urbano. La modificación del Plan General Metropolitano (PGM) permitirá ampliar en 4.775 m² de techo residencial la torre Deutsche Bank, que pasará de 14.000 m² en cerca de 19.000.

La sociedad inversora KKH Property Investors, que la compró en verano, hizo esta petición al Ayuntamiento para poder transformar el edificio en un establecimiento hotelero de lujo. El incremento de metros residenciales podrá hacer crecer la torre hasta los 98 metros, unos 20 más que ahora, aunque todavía lejos de los 154 metros de los rascacielos Hotel Arts y la su gemela torre Mapfre. El aumento de techo se logrará transfiriendo los derechos de edificabilidad de otras dos fincas de la ciudad: el antiguo taller Masriera y un edificio junto a la entidad cultural Lluïsos de Gràcia.

En el primer caso se trata de un edificio catalogado y construido en 1882 y situado en la calle Bailén. El edificio reproduce un templo romano y se conoce como los antiguos talleres Masriera en referencia a la familia que encargó la construcción a finales del siglo XIX. La otra finca que entra en el plan es un edificio contiguo a al espacio cultural Lluïsos de Gràcia, que cambiará la calificación residencial actual en equipamiento. La entidad recibirá, a cambio, 1,02 millones de euros.

Para esta operación, el promotor pagará 9,6 millones de euros al Ayuntamiento de Barcelona. Lo cual, en palabras de Fernández Díaz, es positivo para la ciudad porque el consistorio “ganará patrimonio” y porque el barrio tendrá un nuevo equipamiento y zonas verdes. Según Fernández Díaz gracias a esta operación es crearán 400 empleos, 300 directos y cien indirectos.

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