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La dirección del PSC cierra filas con Iceta para apoyar el 155 como última salida para frenar la independencia

El alcalde de Lleida, Àngel Ros, junto al primer secretario Miquel Iceta

Neus Tomàs

El PSC insistirá hasta el último momento en que Carles Puigdemont debe convocar elecciones para evitar la suspensión del autogobierno de Catalunya. Incluso hay quien cree que, si propone un pacto de Estado (tal como le recomendó Miquel Iceta en la reunión que mantuvieron el viernes en el Palau de la Generalitat) y renuncia explícitamente a la declaración de independencia, habría aún alguna opción de reconducir la situación. Pero si el president no lo hace, los socialistas catalanes apoyarán la aplicación del artículo 155.

Esa es la estrategia que Iceta expuso este lunes ante los miembros de su ejecutiva. Una decisión que avala la cúpula del partido, que entiende que Puigdemont busca ser un “mártir” y que los socialistas no pueden mirar hacia otro lado ante un gobierno que se ha instalado en la “desobediencia”.

Los argumentos

Una veintena de dirigentes tomaron la palabra este lunes en una reunión que se prolongó durante tres horas. El primer secretario formuló la exposición inicial y fue también quien cerró el debate. Iceta insistió en que está en manos el presidente de la Generalitat reconducir la situación, pero también dejó claro que, si finalmente hay que apoyar el 155, se hará. Después de él intervinieron la mayoría de los dirigentes presentes en la reunión, desde el presidente del partido y alcalde de Lleida, Àngel Ros, a otros representantes del ámbito municipal como la alcaldesa de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz, el tercer teniente alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, o dirigentes territoriales como el primer secretario de Girona, Juli Fernández.

Todos argumentaron que si se ha llegado hasta este punto es por culpa de las imposiciones de la mayoría independentista y coincidieron en que la mejor salida sería que Puigdemont convocase elecciones antes de que se las imponga el Gobierno central.

Las críticas a la estrategia del presidente de la Generalitat estuvieron acompañadas de los lamentos por la dureza del 155, una medida que los socialistas asumen que es un golpe al autogobierno. Aunque nadie cuestionó que si hay que llegar a su aplicación para “restablecer el ordenamiento legal” se haga, sí hubo matices respecto a si podría haber sido un 155 menos lesivo para las instituciones catalanas.

Montilla, en el foco

Quien no estuvo en la reunión fue José Montilla, el único senador que tiene el PSC y por lo tanto el único que llegado el momento tendrá que mojarse de verdad cuando el 155 se someta a votación. El expresidente de la Generalitat, más allá de un enigmático tweet, no ha desvelado cuál será el sentido de su voto. Si lo sabe alguien solo es Iceta, aseguran en la dirección del PSC. En la reunión de la ejecutiva también se dejó claro que decida lo que decida Montilla contará con el apoyo de la dirección.

Tampoco estuvo en la reunión la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon (no es miembro de la ejecutiva), pero más de un dirigente le afeó que haya liderado una revuelta contra la aplicación del 155. Una compañera suya recuerda que en la anterior reunión de la cúpula, a la que asistió Pedro Sánchez, Parlon estaba presente (estaba porque todavía no había renunciado a su puesto en la ejecutiva del PSOE) y no se le escuchó ninguna crítica al 155 pese a que ya se hablaba de que podía ser la respuesta que se diese a Puigdemont.

Las críticas a Parlon estuvieron acompañadas de otras cuya destinataria fue Carmen Calvo, que es una de las representantes del PSOE que ha participado en las negociaciones con el Gobierno central para diseñar la aplicación del 155. En el PSC la acusan de haber actuado como “una portavoz del PP” cuando el viernes concedió varias entrevistas en las que explicó cómo sería la suspensión del autogobierno catalán.

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