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¿Niños disfrazados de santos en Toledo? Así se celebra 'Holywins'

Niños disfrazados de santos en Toledo en 'Holywins'

Francisca Bravo Miranda

En un día de Halloween lo normal es ver niños vestidos de sus héroes favoritos, hadas, villanos... Pero en Toledo este 31 de octubre, la Archidiócesis llenó la central plaza de Zocodover de niños disfrazados con otro motivo. Pequeños ángeles, versiones en miniatura de Santa Teresa de Ávila, pastorcitos e, incluso, un 'mini' San Patricio, entre muchos otros disfrazados, acudieron a la celebración puesta en marcha por la organización, como parte del llamado 'Holywins'. Se trata de una celebración alternativa, en la que se reivindicaban un carácter más 'santo' de la víspera del Día de todos los Santos.

La llamativa celebración, cuyo nombre se traduce como 'la santidad vence', se remonta hace poco mas de una década y se celebra en municipios españoles como Alcalá de Henares en Madrid, desde hace unos siete años. 'Holywins' pretende llevar a los más pequeños un día para recordar el trabajo de sus figuras santas favoritas, poniendo especial énfasis en sus vidas gracias a diversos juegos, canciones y concursos, como el de disfraces que se celebró en Zocodover.

Los niños en Toledo pudieron disfrutar de castillos hinchables, mercadillos, e incluso un 'photo call', para fotografiarse envueltos en sus santos disfraces. Además, los asistentes pudieron disfrutar de muchos espectáculos, entre ellos uno de magia, en el que los trucos no eran trucos, sino que eran 'milagros'. “Muchos santos también tenían algo de magia”. Los animadores del evento estaba, por supuesto, también ataviados con disfraces de curas o monjas, y querían dejar algo claro: que los cristianos también pueden pasarlo bien, que la religión no tiene por qué ser algo aburrido.

¿Qué decían los padres de los niños? “Celebrar la cristiandad no tiene nada de malo, y los niños se lo pasan bien”, aseguraba una familia con niños con rosarios colgando de su cuello. Y, efectivamente, los pequeños santos se reían y bailaban al ritmo de la música que sonaba en los altavoces. Los comentarios fuera de la celebración, eso sí, se referían a lo llamativo que es ver más de un centenar de pequeños vestidos de esta manera. “Llega a dar un poquito de miedo”, señalaban los transeúntes en la calle.

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