Estrella Morente se “desnuda” con “saudade flamenca” para “Amar en Paz”

Estrella Morente se ha reconciliado con su alma doliente y con la vida después de superar el sufrimiento que le causó la muerte de su padre, y por eso, y porque así lo habría querido él, acaba de editar “Amar en paz”, una carta de amor a Brasil, pura “saudade flamenca” al compás de Niño Josele.

Cuando Fernando Trueba, productor del disco, “descubrió” la música brasileña, pensó en Estrella Morente (Granada, 1981) para recuperar algunas de las joyas de ese género y así se lo hizo saber al padre de la cantante, Enrique Morente, que al leer las letras que sugería para ella le aseguró que ni él las hubiera elegido mejor.

“Este es un sueño hecho realidad, porque significa el hilo conductor con 'Autorretrato' (2012), el último disco que hice con mi padre en la producción. Yo tenía mi tristeza, mi melancolía y necesitaba estar cerca de él, buscarlo en la música y ahí me encontré con el proyecto de mi 'tío' Fernando Trueba”, explica en una entrevista con Efe la cantaora.

Además de ser una “enamorada” del sonido brasileño, el disco le ha dado la oportunidad de “entender la vida de forma distinta”, de reconciliarse con ella, con la alegría de hacer música e incluso de aceptar lo que ocurre, sin inseguridades.

“No puede haber música más bella. Nunca he cantado más desnuda, más sincera”, revela la artista, que está segura de que no sería “la misma” si no hubiera tenido la oportunidad de hacer este disco, el “mejor regalo” que le podía hacer Trueba y que comparte con su padre.

Su deseo es que “nadie se pierda” la música de este disco, porque es, describe, “un recorrido por un siglo que es de otro planeta, de una riqueza especial”.

No es, recalca, cante flamenco, pero ella es “andaluza, no brasileña”, y todo lo entiende como flamenco, dice, mientras entona, para demostrarlo, un verso de “Amar en Paz”.

Trueba, productor musical con Calle 54 y director, entre otras películas, de “Belle Epoque”, explica en el libreto que acompaña el CD, en una carátula tamaño “single” y completamente blanca, que estas canciones cubren “prácticamente” todo el siglo XX, y su propuesta a Morente no era “hacer un disco brasileño” sino “apropiarse” de esa música y “traerla” al castellano.

Canta todos los temas -16, aunque dos, “Mañana de carnaval” y “Bachiana 5”, son sin letra- en español, porque “ha salido” de forma natural hacerlo así.

“No era fácil traducirlos, porque algunos estaban en discos de pizarra y era un portugués muy cerrado, pero Fernando ha hecho un trabajo increíble, respetando la sonoridad y el milagro de aquellas voces”, describe Morente.

La “mejor conjunción” imaginable para su voz es la que procura Niño Josele -Juan José Heredia (Almería, 1974)- con sus dedos, porque, alaba, “ha hecho suyas las armonías”, le ha dado “un temple” que casa a la perfección las melodías con la profundidad de la “pura guitarra flamenca y gitana”.

“Tengo que hablar de amar en paz, porque lo estoy. Hay una enseñanza mágica detrás, que es el arte. Cuando se te para el reloj, hay que tirar de gente como Dolores Durán, que ya en los años 50 componía de forma liberadora”, relata.

Detrás de cada tema del disco hay “una gran historia”, como sucede con “Rosa”, escrita por el mecánico Otavio de Sousa, que murió después de componerla y que luego cantó, como muchos otros temas de “Amar en paz”, Frank Sinatra.

“Pixinguinha -compositor de la música de ”Rosa“-; Jobim -”Amar en paz“, ”Dindi“, ”Si no estás“, ”Si todos fuesen iguales“-; Villa-Lobos -”Bachiana 5“-; el letrista Vinicius de Moraes... son toda una universidad para mí como músico. Son seres humanos de una grandeza y sensibilidad superior. Esta es música del alma”, describe.

La ausencia de su padre, fallecido en diciembre de 2010 tras ser operado de un cáncer en el esófago, ha sido “lo peor” que le ha pasado en su vida, y le parece “tremendo” incluso hablar de ello.

Entiende que no tiene que recrearse en el dolor, pero no puede evitar que esté “ahí” dentro y sabe que “no se irá nunca”.

“Mi padre era un ser de luz, un ejemplo de trabajo y honradez y estaría muy orgulloso del resultado de este disco”, añade su hija, que se despide “cariñosa” cantando versos de la canción que compuso con ese título, “Pixinguinha”: “Mi corazón, no sé por qué, late feliz”.