J. Martín (director): Para diseñar el festival de Santander lo mejor es soñar

El director artístico del Festival Internacional de Santander (FIS), Jaime Martín, cree que para diseñar la programación de un cita anual con la música clásica como ésta “lo mejor es soñar”, aunque sin despegar los pies del suelo para que no se dispare el presupuesto, lo que es “un milagro”.

“Cada año nos inventamos cosas nuevas”, destaca en una entrevista con Efe este director de orquesta y flautista santanderino, en la que subraya las “fantásticas” perspectivas de la 66 edición del FIS, que arranca hoy con un concierto de la que BBC Philharmonic Orchestra en el Palacio de Festivales de Cantabria.

Martín se ha mostrado “muy optimista” sobre una cita de la que resalta su prestigio internacional y su arraigo en la oferta cultural de la capital cántabra cada verano, desde hace más de medio siglo, y que este año está aumentando en el número de entradas vendidas.

“Dentro y fuera de la ciudad, la gente quiere al festival, hay ganas de festival”, asegura Martín, para quien el secreto de una buena programación radica en el “equilibrio” en la oferta, con una “columna vertebral” formada por las grandes orquestas y los nombres propios, pero sin olvidar la promoción de la música clásica y la innovación.

Esto se conjuga en la iniciativa “La música es para todos”, un concierto previo a la inauguración oficial, en el que una orquesta sinfónica ofrece un popurrí de piezas clásicas dentro del Palacio de Festivales, pero que se retransmite a través de pantallas gigantes a la explanada de Gamazo, un espacio cercano en el exterior, junto al mar.

Martín ha alabado el resultado de la primera edición del año pasado, en el que se reunieron familias enteras en “un ambiente de fiesta”, en lo que “parecía un concierto de rock” con el público “gritando y aplaudiendo al final de cada pieza”, tras lo que relata que hubo personas que se le acercaron para agradecer lo que consideraban un “regalo”.

“Ver esta reacción en gente que una hora antes podía tener miedo a esta música me parece muy positivo”, valora el director del FIS, que explica que para diseñar un festival de estas características hay que tener también en cuenta los artistas que están en el mercado y sus giras en cada momento.

De hecho, subraya que las últimas semanas el trabajo “más intenso” no ha estado enfocado a la edición de este año, sino a cerrar acuerdos para los dos próximos festivales, entre los que se encuentran algunos artistas y orquestas que deseaba traer a Santander desde hace tiempo, reconoce con una sonrisa, tras admitir que es “imposible” alcanzar el festival soñado.

“Por supuesto no todo lo que te gustaría está pero, como todo en esta vida, es un balance”, puntualiza Jaime Martín, quien tras un lustro al frente del FIS hace un balance “muy positivo” de su gestión, después de una llegada no exenta de polémicas, relacionadas con la labor de su antecesor, José Luis Ocejo.

Además de los resultados artísticos, el músico santanderino destaca la “salud” económica del festival, que ha reducido en estos cinco años en un 80 % su deuda, lo que ha recalcado que “es muy importante” para poder pensar en el futuro. “Cuando veo el dinero del que disponemos y la programación, siempre pienso que es un milagro”, apostilla.

Con este balance, Martín, que admite que el festival ha sufrido la crisis económica “como todos, aunque incide en el incremento de la venta de entradas, confía en que la respuesta del público ”vaya creciendo“, pese a la ”fantástica“ oferta cultural de Santander en verano, con conciertos de música joven y la irrupción del Centro Botín.

Para ello, cuenta, entre otras ventajas, con el prestigio internacional del FIS, el marco de la ciudad de Santander y la reacción del público que han hecho a lo largo de los años que importantes nombres de la música clásica hayan deseado volver, como ocurrió en el caso de Eliot Gardiner.

Y espera, de esta forma, ir acercándose a ese festival soñado, aunque siempre “dejando un margen”, porque, en caso de lograrlo, cree que sería el momento de irse. “Es poner el listón más alto de lo que podemos saltar”, argumenta Jaime Martín.

Francisco Bustamante