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Los nueve iconos que gobiernan nuestras vidas

Algunos iconos que ya pertenecen a nuestro día a día. Foto: CaptMikey9 / Flickr

Pablo G. Bejerano

El cambio de la estrella por el corazón en Twitter ha significado para la red social un incremento del 6% en el uso de esta funcionalidad en tan solo unos días. La compañía justificó el cambio aduciendo que la estrella generaba confusión en los usuarios y un corazón, que se llama “me gusta”, da una idea más clara del tipo de interacción que estamos perpetrando.

El nuevo icono no solo obedece a razones de experiencia de usuario. Para un anunciante tiene mucho más significado que un usuario marque un tuit con un corazón. Si con esto además está asociando un “me gusta” a ese mensaje el valor para el anunciante es aún mayor. Y Twitter necesita dinero, solo ha dado pérdidas desde que saliera a Bolsa hace un par de años y no ha sido una empresa rentable en ningún momento.

Que el compromiso de un usuario con un tuit sea más intenso al marcarlo con un corazón ayuda a segmentar mejor la audiencia de Twitter, un aspecto clave para que se pague más por cada anuncio. Pero lo cierto también es que la estrella se había quedado anticuada. Nacida en 2006, al poco de lanzarse el servicio, el icono indicaba que un tuit se marcaba como favorito, ya fuera para leer el enlace más tarde o para hacer un guiño al autor del mensaje. A pesar de su eliminación en Twitter, la estrella sigue siendo uno de los iconos presentes en nuestro día a día. No es el único.

La estrellita

Twitter la adoptó porque los navegadores la usaban para que la gente guardara las páginas que quería volver a visitar, en un mundo donde aún eran raros los agregadores tipo Feedly, Flipboard y cuando el contenido se compartía por email en vez de por las entonces casi inexistentes redes sociales. A día de hoy sigue presente en la interfaz de Chrome, Firefox o Internet Explorer, aunque solo en este último el icono se llama “Favoritos”.

La estrellita también se puede encontrar en multitud de juegos a modo de trofeo o para destacar una puntuación alta en un ranking. En Snapchat se emplea para reflejar la popularidad.

El corazón

A partir de ahora a los usuarios de Twitter no les queda otra que convivir con este icono. Pero ya hay otras redes sociales que lo utilizan desde hace tiempo. Instagram mide así la popularidad sus fotos y el icono también se llama “me gusta”. Uno de los pioneros fue Tumblr, que en 2008 ya andaba ofreciendo corazones a quien los quisiera. Últimamente algunas aplicaciones se han sumado a esta moda. En Tinder el icono no podía ser otro, mientras que Periscope (que Twitter comprar en sus inicios) también ofrece el corazón para decir que un streaming te gusta.

La impresora

El dibujo en miniatura de una máquina cuadriculada, con el papel en blanco sobresaliendo por arriba y un folio impreso en la bandeja inferior también nos acompaña día a día. Desde hace más de lo que podamos recordar. El icono imita modelos de impresoras que apenas se ven desde hace más de una década (tipo Lexmark serie Z o Epson Stylus serie C), pero todo el mundo tiene claro que ese botón obra el milagro de plasmar en papel lo que vemos en una pantalla.

El globo

En los servicios de mapas el globo ha sido un elemento omnipresente. En Google Maps lo sigue siendo, para marcar el inicio y el fin de una ruta, así como puntos de interés, ya sean bares, tiendas de ropa o el polideportivo municipal. Esto conlleva que todas las aplicaciones que usen los mapas de Google suelen señalar sus puntos de interés con el icono del globo. Otras plataformas lo han ido abandonando poco a poco, como Bing Maps y Nokia Here, aunque el servicio finlandés lo conserva para marcar la posición del usuario. Apple Maps, que va por libre, usa una especie de chincheta para fijar dos puntos en una ruta.

El pulgar hacia arriba

Este icono está hoy indisolublemente asociado al “me gusta” de Facebook. Es de esos símbolos tan estrechamente ligados a una plataforma tan popular que parece que solo existe ahí. De la omnipresencia del pulgar hacia arriba hay que culpar a la red social de Mark Zuckerberg, pero el icono se puede encontrar en YouTube, para indicar que un vídeo te gusta (con su contrapunto señalando hacia abajo). Como emoticono el pulgar también tiene sus adeptos como forma de expresión.

El doble tic

WhatsApp es otra de esas aplicaciones tan extendida que sus símbolos clave se han convertido en cotidianos. El doble tick, que tanta ansiedad ha provocado a algunos (sobre todo en su versión azul) y que puede dar lugar a la discusión más tonta, se cuela en nuestras vidas cada día. No en vano, un estudio de la consultora Strategy& apuntaba este año que el 70% de usuarios con móvil usaban WhatsApp. Aunque el doble tic también se puede ver en otras aplicaciones de mensajería, como Telegram.

El disquete

Este vestigio del pasado sigue muy vivo en ordenadores y aplicaciones móviles de todo tipo. Es el icono empleado para guardar un contenido, ya sea un texto, una foto, un dato en una app. A día de hoy para guardar algo utilizas un USB, un disco duro externo, cualquier servicio de almacenamiento en la nube y, apurando mucho, hasta un CD. Hace más de dos décadas, cuando despuntaban las interfaces gráficas, la unidad de almacenamiento eran los disquetes. Ahora se han quedado con nosotros en forma de icono.

El sobre

Lo mismo ha ocurrido con el icono que designa al correo electrónico. Este sobre cerrado, orgulloso embajador al futuro de los servicios de correo postal, es sinónimo de email en todo Internet. Ahora que muchos tienen que buscar en Internet cómo se envía una carta si alguna vez se ven en la necesidad de hacerlo (a algunas operadoras les encanta lo vintage y lo exigen para tramitar una baja), las pantallas de todo el mundo siguen inundadas con ese rectángulo triangulado.

La lupa

Este repaso a los símbolos digitales más utilizados no se podía cerrar sin la lupa. Su uso es doble. Muchas aplicaciones, sobre todo de fotografía, le han asignado la función de hacer zoom, en la mayoría de las veces se trata de programas de ordenador, pues el zoom se hace de una forma más natural en dispositivos móviles. Sin embargo, también asociamos la lupa a una especie de “Sherlock Holmes” virtual, que al ser activada se pone a buscar, como el famoso detective: en Google, en nuestro móvil, nuestras carpetas o cualquier cajón digital.

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