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¿A quién subir y a quién bajar los impuestos?

El president de la Generalitat, Ximo Puig, junto al síndic de Podemos, Antonio Montiel

Laura Martínez

Desde su llegada al poder, el Ejecutivo autonómico ha anunciado su pretensión de acercarse al principio de redistribución de la riqueza. El carácter progresivo en el sistema tributario se intentó modificar el primer año de legislatura, pero dado que el cambio de Gobierno se dio prácticamente a mitad de año, no pudo hacerse la reforma fiscal deseada. “Queremos hacer un sistema tributario más justo, pero no nos ha dado tiempo”, dijo el conseller de Hacienda, Vicent Soler, aplazando así el grueso de su reforma fiscal para 2017.

Cuando el Consell habla de sistema fiscal más justo se refiere a ajustarlo al principio de proporcionalidad: que pague más quién más tiene -también en palabras del conseller-. Para conseguir ese modelo fiscal, las autonomías tienen cierto margen de actuación en algunos impuestos, como el tramo autonómico del IRPF. Uno de los impuestos que al modificarse provocan mayor controversia, ya que grava las rentas de las personas obtenidas durante un año y de los que más ingresos proporcionan al Estado. Según los datos de la Agencia Tributaria, los tramos autonómicos del IRPF valencianos son los más altos para las rentas bajas -por debajo de los 12.450 euros-, superado solo por Cataluña, y el más bajo para las rentas altas -por encima de los 60.000 euros-, solo por detrás de Madrid. Es decir, que en la Comunidad Valenciana es la segunda autonomía en la que más pagan los pobres y en la que menos pagan los ricos.

Según los mismos datos, la Agencia Tributaria registró en 2014 2’1 millones de declarantes en la Comunidad Valenciana. Cabe recordar que las personas que ingresan solo por trabajo menos de 22.000 euros anuales están exentas de hacer la declaración de la renta. De estos 2’1 millones, sobre medio millón posee una renta de menos de 21.000 euros anuales, un millón y medio declaran entre 21.000 y 60.000 euros y solo 52.000 declaran más de 60.000 euros.

Así pues, el Ejecutivo autonómico dejó para el presente año sus cambios en la tributación. La pasada semana se llevó a las Corts el proyecto de ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat para 2017, en el que se establecen las medidas fiscales para el siguiente ejercicio. Es decir, explica cuántos impuestos pagarán los valencianos. Este año, con la reforma de Soler, se hace efectiva por primera vez la progresividad en el tramo autonómico del IRPF, que pasa de cinco a seis tramos. Siete, si se acepta el modelo de Podemos, ya que la formación morada aprovechó para presentar una alternativa al modelo del Consell.

A modo de resumen, la reforma del Ejecutivo autonómico supone una bajada del IRPF a 1’6 millones de valencianos: rebajará el tipo autonómico del IRPF al 10% a las rentas más bajas -hasta 12.450 euros- y recortará del 18,45% al 17,50 el tipo para el tramo de renta que va desde los 30.000 hasta los 50.000 euros. La de Podemos, incluye un tramo más (de 50.000 a 65.000 euros y de 65.000 euros a 80.000 euros), baja al 10’5% el porcentaje a las rentas de 12.450 euros y aumenta al 18’4% el porcentaje para las rentas de más de 30.000 euros.

El Consell está abierto a negociar pero atento a los matices. Por el momento, la propuesta tiene que ser estudiada por los responsables de tributos. La propuesta del Ejecutivo supone ingresar 75 millones menos para las arcas públicas y la de Podemos restaría otros 5. La reforma, indican fuentes de Hacienda, debe ser compatible con el objetivo de estabilidad y el déficit que exige el Gobierno central. Asimismo, cabe tener en cuenta la reunión del ministro de Hacienda con los consejeros del resto de autonomías para negociar el sistema de financiación autonómica (puede parecer no del todo coherente reclamar mayor financiación por parte del Estado pero unos presentar presupuestos con menor recaudación).

Uno de los matices que “preocupan” al Ejecutivo autonómico es la subida porcentual a las rentas a partir de 30.000 euros, una “carga” a las “clases medias”. El otro punto que desean negociar es la modulación en los tramos a las rentas elevadas, que apenas existe en la propuesta de la formación morada. Con su modelo, entre una persona que declare 65.000 euros y otra que declare 120.000 apenas hay un 1% de diferencia en la presión fiscal.

La reforma de Podemos propone según indicó Montiel durante el debate de la ley de medidas fiscales, hay que subir determinados impuestos “porque no hay garantías de que la Comunitat logre una mejora de la financiación ni inversiones del Estado a través de los Presupuestos Generales acordes a la población”. “Esto significa que nuestra propuesta es más beneficiosa para las bases generales liquidables de rentas medias, donde se sitúa la mayoría de las personas contribuyentes valencianas”, explica el dossier de la formación morada sobre su reforma fiscal, que aumenta la presión a las rentas que los socialistas consideran medias (un 18’40% frente al 17’50% del proyecto del Consell).

Ambos defienden que su propuesta es más beneficiosa para las clases medias pero, ¿qué son las clases medias? ¿Las rentas de 30.000 a 60.000 euros, como propone el Consell? ¿O las rentas de 17.000 euros, como indica el modelo de Podemos? 

Montiel explicó de forma muy clara su idea en el pleno: “Nuestra intención es que paguen más los que más ganan y que lo hagan de manera más gradual de lo que proyecta el Ejecutivo” y apuntó al president de la Generalitat. “Un señor llamado Puig, con la reforma que propone el Gobierno valenciano pagaría 40 euros menos que actualmente. Sin embargo, si se acepta nuestra propuesta tendrá que abonar 390 euros más que ahora”. 

El sueldo del president de la Generalitat es de unos 77.000 euros anuales, 68.000 como jefe del Ejecutivo más cerca de 9.000 como compensación por residencia, ya que es natural de Morella (Castellón). ¿Es entonces el president de la Generalitat o es cualquier diputado -cuyos ingresos en más de un caso son superiores- clase media?

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