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La apicultura exige medidas contra la invasión de avispa asiática, que la Xunta minimiza

Una avispa asiática o 'vespa velutina'

Marcos Pérez Pena

La avispa asiática (vespa velutina) está aquí y no se va a marchar. El primer país europeo en el que se detectó la presencia de la avispa asiática fue Francia, en 2004. En 2010 ya se extendió a Euskadi y en 2012 a Galicia. Sin embargo, este verano se incrementó notablemente su incidencia, así como los perjuicios que causa, sobre todo a la apicultura. El Gobierno gallego, a través de la directora general de Producción Agropecuaria, Patricia Ulloa, reconoció este martes que no será posible la erradicación total de la avispa asiática y que será preciso “convivir” con ella. “Por aquí claro que se va a quedar, pero hay maneras de disminuir su incidencia”, responde Xesús Asorey, presidente de la Asociación Galega de Apicultura (AGA).

El principal peligro de la avispa asiática hoy por hoy es su voracidad, con el daño que puede causar a la apicultura gallega y también a los productores de fruta, pues para su alimentación esta avispa (al igual que las que conocemos de siempre) necesita de proteínas (como los insectos en general, pero sobre todo las abejas) y de los hidratos de carbono presentes en la fruta. El otro gran peligro es su gran capacidad para reproducirse y extenderse. Se adapta sin problema al clima y al entorno natural de la costa gallega y, por la ausencia de depredadores naturales, el número de avispas en cada nido puede llegar a las 18 mil, cuando en su área de origen podría quedar reducido a apenas unos 300 individuos. Además, de cada colonia pueden salir entre 200 y 400 nuevas madres.

Los apicultores gallegos demandan, sobre todo, “un plan de actuación y de choque”, para “dotar de medios a los equipos encargados de retirar los nidos. Protocolo ya hay, pero es un protocolo que no tiene medios”. Una de las críticas más habituales es que los trabajos de retirada de nidos se realizan durante el día, algo que desaconsejan los expertos. “Las personas que van a retirar las colonias trabajan en las horas centrales del día, cuando sabemos que para eliminar los nidos hay que ir o bien hacia la noche o por la mañana temprano, que es cuando están llenos”, explica Asorey. Sin embargo, Patricia Ulloa defiende la eficacia de la medida, pues dice que “durante las horas del día la reina permanece en el interior y, además, cuando se retira la colonia se instalan trampas para recuperar también el mayor número de obreras”. Asimismo, ante la falta de apoyos, muchos están utilizando insecticidas, que los apicultores rechazan por el perjuicio que también causa en las abejas, y también se están colocando cebos con veneno. “Lo ideal sería utilizar medios mecánicos para retirar las colonias y que esto se hiciera de forma ordenada”, destaca Asorey.

“Pedimos también que se investigue, que se estudie qué sistemas de control se pueden establecer”, explican desde la AGA. “En sus zonas de origen. estos sistemas de control no son necesarios, porque las avispas tienen depredadores naturales, y las abejas saben cómo defenderse. Pero mientras eso no pase aquí, pedimos medidas de control”, añade Xesús Asorey.

Reclaman también indemnizaciones para los apicultores y fruticultores afectados, “porque ellos no fueron los causantes de su introducción”, y que el Gobierno gallego acepte dialogar con ellos sobre las medidas a adoptar. Asorey añade que el tercer colectivo más perjudicado por las presencia de la avispa son los madereros: “las avispas no son peligrosas, no atacan, pero sí lo pueden hacer si ven amenazados sus nidos. Los madereros, al derribar un árbol o realizar algún trabajo de tala, pueden ser atacados por las avispas, y si alguna persona es alérgica, puede resultar muy peligroso”, dice.

Además de las medidas inmediatas, la AGA pide una planificación a más largo plazo, un plan de prevención pensando en el año que viene. “Vamos a entrar en el invierno, esos nidos van a desaparecer, van a quedar las madres enterradas en el suelo y para el año que viene volverán a formar colonias. Colocando trampas con determinadas substancias que las atraigan, podemos capturar a esas reinas, y cada reina que capturemos, nido que evitamos. Eso sería fundamental para reducir el número de avispas asiáticas, de modo que nuestras abejas puedan ir aprendiendo a defenderse de ellas”, reivindica Asorey. “Sin embargo, para nosotros el primer paso que deberían darse sería iniciar un diálogo con los afectados”, concluye: “para ellos sí que es un gran problema, porque les está matando a las abejas y las colmenas. Es una especie invasora que se ha convertido en una plaga”.

La Xunta minimiza el problema

Este martes, el BNG presentó una proposición en el Parlamento para exigir un Plan de actuación contra la avispa asiática. En su intervención, Tereixa Paz denunció que el hecho de que la Xunta no haya actuado de manera planificada contra la presencia de este insecto, que comenzó a ser detectado en Galicia en 2012, lo había convertido “en un grave problema, tanto para la seguridad de las personas como para la pervivencia de las abejas y de muchas colmenas”. El BNG criticó la “inacción” de la Xunta “por limitarse a hacer una campaña divulgativa en relación con la identificación de la avispa asiática y a la concienciación de la ciudadanía en alertar al 112 para intentar la eventual eliminación del nido”. El Bloque exigió este plan de actuación “para evitar que en primavera eclosionen millares de nuevas avispas y nidos”. Las medidas, a su juicio, deben hacerse además de manera conjunta con la Asociación Galega de Apicultura, expertos en la materia y organizaciones ambientalistas y ecologistas.

El PP se opuso a esta proposición. Su diputado José Manuel Balseiro afirmó que el BNG reclamaba “acciones que el Gobierno gallego ya tiene en marcha” y defendió que en el último año se han retirado un total de 376 nidos y capturado mediante trampas a 9.933 obreras. Por parte del Gobierno gallego, Patricia Ulloa minimizó el problema, afirmando que se trata de una especie que anida en lugares por debajo de los 400 metros de altitud, mientras que la mayor parte de las colmenas de abejas en Galicia está situada normalmente en zonas más altas, sobre todo en las montañas de Lugo y Ourense.

La avispa asiática se extiende en la actualidad por toda la costa gallega, aunque los mayores daños para los apicultores se dieron en la Mariña de Lugo, y en la región de Ortegal, debido a que en esas zonas las condiciones climáticas fueron más favorables que en ningún otro lugar: húmedas y con temperaturas suaves. Sin embargo, aunque es cierto que no se encontraron colonias por encima de los 400 metros de altitud y que la presencia más importante se detectó a nivel del mar, los expertos no creen que haya argumentos para descartar en el futuro la acción de esta avispa en puntos más elevados. “De momento, efectivamente, están presentes en las zonas de costa, y están entrando en el interior, como mucho, a través de los valles de los ríos. Pero que por lo de ahora no lleguen a más altitud, no significa que no lo puedan hacer en el futuro, en poco tiempo, habida cuenta la velocidad con la que se han ido extendiendo”, señala Xesús Asorey.

Desinformación

Los teléfonos del 012 y 112 recibieron a lo largo de este verano 1.702 avisos por esta avispa (frente a los alrededor de 400 del pasado año), de los cuales su presencia se confirmó en 614 casos. En su intervención en el Parlamento, la directora general de Producción Agropecuaria, Patricia Ulloa, culpó de este incremento a una alerta infundada que este verano apareció en los medios de comunicación“. Xesús Asorey coincide en este punto con la representante del Gobierno gallego, y pide que haya ”más información“, para evitar ”alarmismos innecesarios“. De hecho, desde la AGA se lamenta que el uso ”incorrecto“ del calificativo avespa asesina haya provocado ”un efecto de miedo frente a este insecto por parte de la población, incluso llegando la perjudicar a las avispas autóctonas, haciéndolas responsables de los efectos negativos causados por la vespa velutina“.

Este lunes 27 de octubre, la AGA organizará en la Biblioteca Ánxel Casal de Compostela una serie de actividades sobre las abejas y las avispas, con el objetivo de dar a conocer la diversidad de mieles monoflorales, la práctica apícola en Galicia y para aprender a distinguir abejas, avispas autóctonas y la vespa velutina. Desde la AGA piden que si alguien descubre algún nido de esta especie se ponga en contacto con el 112 o con la propia asociación, enviándoles una foto para confirmar que se trata de la vespa velutina y no de otro tipo de avispa.

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