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Berlín pobre, Berlín sexy: de clonar 'startups' estadounidenses al 'glamour' de los grandes inversores

Berlín, una ciudad entera convertida en una 'startup' (Foto: amira_a | Flickr)

Analía Plaza

  • Europa no es Silicon Valley ni falta que le hace. Sin embargo, en nuestro Viejo Continente (y no sólo gracias al empuje de Bruselas) han surgido varios 'hubs' que no queremos perder de vista. Hemos hablado con inversores, iniciativas públicas y emprendedores para que nos cuenten qué se cuece en sus ciudades. ¿El resultado? Una visita a las capitales tecnológicas de Europa.

La historia te la sabes: el muro cayó en 1989. Atraídos por los alquileres baratos y la escena artística y musical, durante los 90 muchos artistas se mudaron allí y la ciudad se convirtió, poco a poco, en el 'place to be' de Europa que antaño había sido Londres. Hacia mediados de la década de 2000, Berlín estaba tomada por jóvenes, artistas y turistas.

“La ciudad entera es una 'startup'”

Estamos en 2014 y Berlín sigue siendo una de las capitales más atractivas de Europa. Desde 2007, los alquileres han subido cerca del 20%, especialmente en la zona este, pero sigue siendo barata comparada con otras ciudades europeas (pongamos Londres o París). Los artistas te dirán que no es lo que era, pero es que el nuevo estatus de la ciudad, en esta especie de competición por ver quién se adjudica ser “el valle europeo”, es precisamente ese: el de startup 'hub'. Los medios lo han notado (aquí están las historias de The Guardian, The New York Times y The Economist, comparando Londres y Berlín a este respecto) y quienes viven allí también. “Es una ciudad de creatividad y tecnología”, contaba Alex Jlung, fundador de Soundcloud, en The New York Times. “La gente hace las cosas a su manera, como las 'startups'. Es buena para ellas, porque la ciudad entera es como una 'startup'”.

“Tiene que ver con el talento”, añade Nicholas Zimmer, CEO de la Fundación de Tecnología de Berlín. “Atrae a gente de todo el mundo. Me gusta pensar en ella como 'open source': la usas, la mezclas y la das de vuelta. Eso no pasa en otras ciudades alemanas”. Su situación, en mitad del continente, también cumple. “Hay mezcla de nacionalidades. Cuando vas por la calle te das cuenta de que no tanta gente habla alemán. Viene gente del sur y del este de Europa; también americanos y cada vez más asiáticos”, añade Max Claussen, del fondo de inversión Earlybird.

2006: Berlín es “pobre pero sexy” (¡justo como las 'startups'!)

Cuando en 2006 su alcalde afirmó que Berlín era “pobre pero sexy”, quizá no se imaginaba que la frase terminaría como eslogan de la ciudad. ¿Pobre? Con el desempleo por las nubes para ser una ciudad alemana (11,7%, frente a la media nacional de 6,8%) y una economía basada en los servicios (no tanto en la industria como el resto del país), Berlín se distingue de otras capitales europeas.

Pongamos de nuevo Londres como ejemplo. Como indicó el editor de Techcrunch Europa en Hy!, un evento berlinés para 'startups', “en Londres los emprendedores viven con industrias grandes, como moda, medios, finanzas o marketing. En Berlín, las 'startups' se están convirtiendo en su propio carácter, y en creación de empleo e inversión”. Jlung piensa igual: “Depende de lo que hagas, pero si eres una 'startup' en fase inicial, en Londres te distraes por las grandes compañías y potenciales acuerdos, cuando deberías estar enfocándote en producto y experiencia de usuario. Para nosotros fue más fácil hacer eso en Berlín”.

Hasta aquí tenemos estilo de vida, rentas bajas, talento internacional y economía menos competitiva. ¿Es suficiente? Como Berlín salía tanto en los medios, algunos se preguntaron si todo era 'hype'. Y de hecho, de acuerdo con Ljung, la “escena” es joven y la ciudad aún no está validada.

2007: La factoría 'copycat' dándole forma al 'hub'

Operando desde el 99 y refundada en 2007, Rocket Internet es una incubadora de 'startups' que se ha especializado en lanzar 'copycats'. Para que lo entiendas, se dedica a identificar ideas de éxito en otros mercados (generalmente, Estados Unidos) y crear versiones para mercados emergentes. Por ejemplo, Zalando está inspirada en Zappos y opera ya en 14 países; Wimdu es el competidor directo de Airbnb, y su plataforma incluye 39 dominios diferentes. Otras, como Citydeal, ya han sido adquiridos por sus competidores. En 2010, Groupon se la adjudicó por 126 millones. Su exitosa forma de hacer negocios es controvertida: son, en palabras de medios como Business Week, los tres alemanes que “clonan” Internet.

“Las antiguas generaciones de 'startups' en Berlín eran 'copycats'”, decía el inversor Matt Cohler en The New York Times. Sin embargo, para Claussen, Rocket Internet “es bueno para el ecosistema”. ¿Por qué? “Emplea miles de personas. Jefes de producto, de marketing online, ingeniería, logística... Todos han recibido educación en cómo llevar un negocio. En un momento dado se cansan y hacen algo nuevo”. Según sus propios números, Rocket Internet da trabajo hoy a más de 500 personas en la propia factoría y a más de 25.000 en las empresas de su portfolio.

2013: Aterrizan las grandes empresas, aceleradoras y eventos de tecnología

Pongamos un ejemplo de todo esto: el pasado mes de enero Chiara Zeccheto empezó a trabajar en Urlist, una web para compartir y descubrir enlaces y listas de enlaces que además tiene inversión de Connect Ventures, una firma británica. Antes trabajaba como manager en Plinga, una web de videojuegos hija de Rocket Internet. Urlist nació en Milán en 2011 y se fue rápido a Berlín “por la oportunidad de crecer en un ambiente internacional”. Hoy su oficina está en The Factory, un campus de negocios de internet abierto en 2011 y apoyado por Google for Entrepreneurs. “Es el lugar perfecto para estar en Berlín si te interesan las 'startups'”, explica. “Aunque el edificio principal estará terminado en los próximos meses, ya hay mucho 'hype' e interés”.

Google no es la única gran empresa que se ha sentido atraída por Berlín. “He ido viendo iniciativa privada y aceleradoras en la ciudad. Es interesante: Deutsche Telecom, Axel Springer (colaborando con Plug and Play, una aceleradora de Silicon Valley que también tiene sede en Valencia), Microsoft... También proyectos más pequeños y espacios de 'coworking'. Si eres emprendedor y te vienes aquí, la variedad de programas es impresionante”, afirma Claussen.

También se ha desarrollado alguna iniciativa pública. “El 'hub' está bastante autogestionado. Hemos adaptado nuestro vehículo de financiación pública para que haya más capital semilla disponible”, afirman desde la Fundación para la Tecnología. “Pero muchos de los temas de impuestos que influyen a inversores tienen que tratarse a nivel federal. Sin embargo, sí consideramos programas para promover la creación de empresas en universidades, un campus de 'startups' apoyado desde lo público en el antiguo aeropuerto de Tempelhof, facilitar series A/B y tener una unidad de desarrollo coordinando todos esos esfuerzos. Las ideas vienen de un estudio que McKinsey hizo para Berlín el año pasado, que obviamente tuvo impacto”. El estudio de McKinsey decía, de hecho, que “Berlín puede convertirse en el próximo 'hub' de 'startups' líder en Europa”

Siguiendo la tendencia, los políticos también se apuntaron a la fiesta mediática. En marzo del año pasado, Angela Merkel hizo su 'startup tour' particular. Sin embargo, para inversores como Claussen, la política llega tarde. “Berlín es un ecosistema que crece principalmente gracias a la iniciativa privada y la motivación emprendedora de la gente. Sí, Merkel hizo un tour de 'startups', pero llega tarde. ¡Pero eso es bueno! Significa que el ecosistema ha sido capaz de hacerse a sí mismo, no que se haya forzado”.

También en 2013, Techcrunch anunció que su evento Disrupt iba a aterrizar, por fin, en Europa. Adivina dónde. Muchos se preguntaron por qué no en Londres pero, como explicó su organizador, el calendario de la capital británica estaba lleno de eventos y, en aquel momento, ya tenía sentido “confirmar la explosión de 'startups' en Berlín”. Como no podía ser de otra manera, Disrupt Europe acabó llegando a Londres algo más tarde, pero, para entonces, este estatus 'startup' en Berlín ya estaba ahí. Justo como el estudio de McKinsey sugería.

2014: La nueva generación de 'startups' berlinesas

“Lo que he visto en los últimos cinco años han sido compañías tecnológicas originales y nada lineales. Tienen su propio ADN. Piensa en Researchgate, Wunderlist, Soundcloud. Ha cambiado”, agrega Claussen. Researchgate, una red social para científicos (fundada en 2008, con 35 millones de inversión), Wunderlist, una app de productividad de 6Wunderkinder (fundada en 2010, con 23.9 millones de inversión) y Soundcloud (fundada en 2011, con 123 millones de inversión), una plataforma de música social, son las 'startups made in Berlin' más conocidas, pero no las únicas.

Por poner algún otro ejemplo sonado en términos de inversión o grandes acuerdos: EyeEm (fundada en 2011, con 6 millones de inversión total), una 'app' para compartir y vender fotos, acaba de anunciar un acuerdo de distribución con Getty Images. The Football App (fundada en 2008, con 20 millones de inversión total), una guía de información sobre fútbol, acaba de recibir inversión de la firma estadounidense NY Union Square. Y, el mes pasado, Panasonic compró la radio por streaming Aupeo.

“Hay un montón de 'startups' internacionales ganando visibilidad. Están dando forma a la comunidad en Berlín”, añade Zimmer. Para nuevas empresas, como Urlist, esta “escena” es muy positiva. “Hay mucho 'hype' en The Factory, gracias también a la última inversión en 6Wunderkinder, que comparte espacio con nosotros y Limemakers en uno de los edificios”, añade Cheeze. Y también hay un acceso fácil al capital. Según Wired, en 2013, Berlín atrajo 173 millones de capital riesgo.

¿Y ahora qué? ¿Es este “ecosistema emprendedor” aún joven y poco probado o todo lo contrario? “Creo que siempre hay una falsa asunción de medir 'startups' a corto plazo. Los desarrollos van creciendo y hay muchas compañías interesantes. Diría que parte de la prueba existe”, considera Claussen. “En términos de 'exits' (ventas o salidas a bolsa) y grandes empresas, no creo que estemos ahí aún. Llevará tiempo, quizá cinco o diez años. Pero a medio plazo, o para los próximos cuatro años, habrá cambios”.

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