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Un iglú en el sur de Europa

Iglú de madera. Fotografía: Xiglú.

Isaac Altable

¿Puede un iglú nacer en Andalucía? La casa icónica de los inuit del Ártico, compuesta de hielo, ha inspirado un proyecto de vivienda sostenible por parte de dos emprendedores españoles. Un viaje del frío hacia el calor con el ecodiseño como motor.

La idea no es crear bloques gélidos en el sur de Europa, sino reinventar la casa del Polo Norte. Xiglú es un iglú de madera. Un “sistema de construcción modular, transportable, ecológico y accesible”, apuntan sus fundadores, Juan José Campos y Javier Cejudo. El diseño es un domo de madera que, en su opinión, es “lo más parecido al hielo” en cuanto a material ecológico a nuestra disposición: los iglús de los inuit se deshacen al ser abandonados y su huella ambiental es cero; la madera sigue al hielo en el ranking en cuanto a impacto verde.

La bioconstrucción es un sector todavía en ciernes. Se trata de añadir una visión respetuosa con el medioambiente al proceso de creación de estructuras, ya sea de una casa, una oficina o un estudio. El proyecto Xiglú incide en este nicho. La idea nació de un embrión carpintero. Una empresa de ebanistería tradicional a la que se le “dio un cambio de rumbo”. En el diseño del iglú propiamente dicho, que es la patente sobre la que reposa el emprendimiento, participó, según relatan, el grupo de arquitectos Satt. El resultado es una estructura autoconstruible (“si puedes montar un mueble de Ikea, puedes montar el xiglú”, reiteran en la empresa), modular y transportable. Una medio esfera de madera. Es, además, personalizable en el sentido de que se puede amoldar a las necesidades particulares: añadirle los accesos de electricidad y fontanería e instalarlo en cualquier clima.

El proyecto asume una vertiente ecológica evidente. De acuerdo con el análisis de ambos fundadores: “La madera es renovable, reutilizable y natural”. Por sus características, no tiene contraindicaciones para la salud de quienes la habitan y, además, es “el único material de construcción que no solo no aumenta las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono en su preparación, sino que las disminuye”. Pero este desarrollo, señalan Javier y Juan José, aporta una dimensión social: la empresa está ubicada en Serón (Almería), una población de unos 2.600 habitantes, así que Xiglú “crea puestos de trabajo y diversifica el sector industrial”.

La vocación de este emprendimiento es la internacionalización. “Existe una demanda creciente de espacios sostenibles y flexibles. El xiglú es ambas cosas”. A ello, explican los dos, se le añade “una forma y unos materiales que lo distinguen del resto de las propuestas en el mercado a nivel mundial”. Y rematan: “En cualquier parte, cualquier persona con el mínimo de recursos puede tener un espacio donde vivir y trabajar con dignidad”.

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