Cuatro artistas nonagenarios salmantinos se atreven con su primera exposición colectiva

Cumplidos ya los 90 años, los artistas Andrés Abraido, Agustín Casillas, María Cecilia Martín y Venancio Blanco continúan con ganas de seguir trabajando la pintura y la escultura, como se puede observar en la obra que exhiben desde hoy en una exposición colectiva titulada '4x90'.

Además de su edad, tienen en común su procedencia, Salamanca, su amor por el arte y su deseo de seguir en activo, de continuar expresando sus sentimientos.

Para ello se han reunido en su primera exposición conjunta, que se podrá ver en la sala de exposiciones de la Diputación Provincial de Salamanca hasta el 12 de enero.

La exposición de estas obras, que en la mayoría de los casos tienen Salamanca como fondo del lienzo o de la obra esculpida, sirve a la vez de homenaje a estos artistas, que continúan vivos en sus talleres y en sus trabajos.

Cada artista se ha aproximado al arte de manera diferente y con materiales distintos aunque todos recogen un lazo común, su “amor y admiración por Salamanca”, según Venancio Blanco, escultor que ha tallado la tauromaquia o la religiosidad, sin descuidar el retrato o la abstracción, a través del material que tuviera a mano.

La muestra se plantea como “un lugar de encuentro”, en palabras del presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, quien al contemplar el medio centenar de piezas reunidas ha vislumbrado una “estampa de gratitud por la generosidad que atesoran”, una “lección de humildad”.

Iglesias, que ha calificado de “aventura” esta reunión de “maestros que han cumplido los 90 años”, también ha visto en la iniciativa “un aliento”, un “homenaje a su obra, a su amistad y a su cariño por esta tierra”, un trabajo que puede entenderse como una “antología del arte provincial”.

Dos escultores, Venancio Blanco y Agustín Casillas, han aportado trece obras cada uno para este final del 2013, en una cifra que es “una mera coincidencia”, como se ha encargado de recordar el segundo de ellos “a los supersticiosos”.

Para el pintor Andrés Abraido, la muestra es un ejemplo de “los años de vida que tenemos” y del “esfuerzo que hemos realizado en nuestra vida”.

Sentado en una silla, Abraido ha asegurado que el arte que llevan dentro “nunca se irá fuera”, porque es “como una semilla, un veneno, que no se puede desechar”.

También desde una silla, la pintora María Cecilia Martín, entre risas, ha recogido el sentir de todos al llegar a la sala de exposiciones: “¿qué vamos a hacer allí nosotros, todos juntos, a nuestra edad?”.

Casillas ha llevado su discurso escrito, para “evitar decir lo que no quisiera decir” o porque con más de 90 años “la memoria puede fallar algo” y ha recordado que durante su vida artística han convivido los cuatro con sus “ilusiones, dudas o azares”.

El más dicharachero ha sido Venancio Blanco, como es habitual en él, un artista que, como ha sido definido en el catálogo, “provoca adicción con la serenidad que emana de su persona y ha transmitido a su obra”.

Blanco ha asegurado que en esta vida hay dos esencias, “la del dibujo y la de la idea, que es caprichosa” y ha añadido que lo más “difícil” en encontrar “la materia adecuada para dar forma al dibujo y que el capricho -la idea- no se pierda”.

“Es el dibujo el que ayuda a unir todo” y sin dibujo “el arte pierde su alma”, ha resumido como lección de arte y de vida el escultor salmantino.