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¡Abajo las instituciones!

Antón Losada

El presunto pederasta de Ciudad Lineal cae detenido en una espectacular operación policial justo a tiempo para entrar en los telediarios de la noche siguiente al campanazo de Gallardón, el hombre que se creyó que aquello que le dijo Rajoy sobre reformar el aborto iba en serio. Por supuesto, solo fue una simple casualidad. Dos días después, probablemente alguien desde el Partido Popular, filtra que el exministro y ex progre oficial del PP podrá sentarse en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid cobrando mas de ocho mil euros al mes brutos. Por supuesto, solo es otra casualidad.

Artur Mas monta una performance para firmar la mítica convocatoria del 9-N que recuerda a la signatura del tratado de Versalles o de los contratos de Cristiano Ronaldo o Messi. También por pura casualidad, el evento sucede justo al día siguiente de que Pujol acudiera al Parlament a decirnos que no era corrupto, solo despistado, que se había hecho defraudador fiscal por miedo a la represión franquista y que no se pusieran tan estupendos con su caída no fuera a ser que cayeran todos, como los nidos de los árboles.

La respuesta del gobierno central fue un espectáculo vía satélite. Mientras Hacienda le abría una inspección a la Asamblea Nacional Catalana y Soraya Sáenz de Santamaría hacía de Agustina de Aragón, emboscada en los jardines de la Moncloa con un puñado de indomables abogados del Estado dispuestos a todo, Mariano Rajoy paseaba por la Gran Muralla China; no sabemos si comprobando si efectivamente es tan grande que se ve desde el espacio. Estaba tan tranquilo haciendo turismo mientras Mas hacia espectáculo que a lo mejor hasta tuvo que venir un guarda a avisarle que cerraban el monumento.

Tenemos unos gobernantes que parecen convencidos de que la instituciones son de goma y gozan de una capacidad ilimitada para soportar ocurrencias. Por eso tiran y tiran sin que parezca preocuparles que puedan romperse. Pero las instituciones no son de goma y tampoco pueden aguantarlo todo.

Cuando se las fuerza demasiado, quiebran. Cuando se acabe la fiesta alguien deberá recoger los restos y limpiar lo poco o mucho que quede ¿Y quién va a estar en condiciones de afrontar tan loable tarea? ¿El Parlament inerme donde acudió Pujol a hacerse el ofendido viudo de Catalunya con total impunidad? ¿El decorado de la Generalitat donde Artur Mas parece estar rodando una secuela de Austin Powers? ¿El sainetero gobierno central que un día alienta sobre la ruptura de España y al siguiente se va de picnic? ¿Ese Tribunal Constitucional como de broma que todo el mundo sabe qué va a fallar?

Toda la gente de orden que tiene un poco de poder en España se declara muy preocupada por la evidencia de que la gente muestra cada vez más desafección hacia las instituciones... ¿Qué instituciones?

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