La filoxera ‘salta’ al Valle de La Orotava, la comarca más vinícola junto con Tacoronte-Acentejo

Imagen de archivo de una hoja de vid infectada por la filoxera.

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

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Malas noticias para el viñedo y el vino del norte de Tenerife; malas noticias para los vitivinicultores y bodegueros de la comarca del Valle de La Orotava, con tres municipios en su seno (La Orotava y Los Realejos, sobre todo porque es donde se cultiva y concentran las vides, y Puerto de la Cruz); malas noticias para el vino de calidad de esa zona, que se comercializa con certificación amparada por la denominación de origen protegida (DOP) Valle de La Orotava y por ahora como cultivo de pie franco o prefiloxérico, principalmente por esto, algo que ahora se va a poner en entredicho.

Todas esas son malas noticias que se suman a la más nefasta posible: la presencia ya confirmada de la plaga de la filoxera en el campo de Tenerife, detectada por primera vez y de forma oficial en julio pasado e inicialmente con focos en la comarca vitivinícola por excelencia de la isla: la de Tacoronte-Acentejo.

Ahora, y he aquí la nueva mala noticia, se confirma el salto de ese problema grave de sanidad vegetal en el viñedo a la comarca del Valle de La Orotava (la zona reina del paisaje con cordón trenzado), la contigua a Tacoronte-Acentejo hacia el noroeste y la segunda más productora de uva para vino de Tenerife. El nerviosismo ya pocos lo pueden ocultar.

El asunto central es que el área de Agricultura del Cabildo de Tenerife ha confirmado la presencia de un foco de filoxera en unos viñedos localizados en la zona costera de El Rincón, en el municipio de La Orotava. Antes, un bodeguero local había dado la voz de alarma.

Eso no sería tan grave si no representara la misma realidad de que la infección de la filoxera en la vid ha dado el salto, pues ya también se halla en la segunda comarca con más cultivo de vid para vinificación en la isla de Tenerife, por detrás de Tacoronte-Acentejo. Y además parece, claro está, un verdadero suma y sigue. ¿Hasta cuándo?

La confirmación oficial de la presencia de la filoxera (con nombre científico Daktulosphaira vitifoliae) en varias zonas con viñedos en la isla de Tenerife (Valle de Guerra, en La Laguna, Tacoronte y La Matanza, las localizaciones hasta ahora conocidas) se hizo pública en el mes de julio pasado, el momento en que sonaron todas las alarmas y no pocos del sector se llevaron las manos a la cabeza: “Es el problema más grave que ha afectado a la vid y su industria en Canarias”, dijeron.

Esto es así porque se trata de la enfermedad más peligrosa que ha tenido en los últimos tiempos el cultivo de la uva para vinificación en Canarias (por ahora, solo con presencia en Tenerife), directamente relacionado con la industria del vino de calidad en las islas.

Solo en Tenerife existen cinco DOP: Tacoronte-Acentejo (1992), Valle de La Orotava, Valle de Güímar, Ycoden-Daute-Isora y Abona, y hasta once en toda Canarias, con el añadido de las insulares Gran Canaria, Lanzarote, La Palma, El Hierro y La Gomera, más regional Islas Canarias (Canary Wine).

El insecto que produce la plaga de filoxera es un parásito de la vid descrito por primera vez por Asa Fitch en 1855, en Estados Unidos. Ya ha arrasado, en otros tiempos, el campo de EEUU y de la Europa continental, por ejemplo.

Si se confirma esta enfermedad de la filoxera como plaga en la isla, ahora solo considerados focos (a 6 de octubre pasado, se han hecho algo más de 5.000 prospecciones técnicas y el resultado ha sido negativo en 4.922 y positivo en solo 79, que son los focos con infección real, uno de ellos el de El Rincón), Tenerife puede perder, y ya se verá si alguna isla más (se han tomado medidas legales de control para evitarlo), el calificativo de espacio con cultivo exento de filoxera; o sea, prefiloxérico o con vides (varietales) de pie franco.

La existencia y voracidad de la plaga de filoxera en otras regiones de la Península, sobre todo a finales del siglo XIX, ha forzado la sustitución de vides en fincas infectadas por otras cepas resistentes (tras una potente inversión), las llamadas de pie americano (plantas de Vitis vinifera injertadas con raíces americanas, las resistentes a la filoxera). Esta transformación cuesta un dineral.

En la actualidad, en el resto de España, hasta ahora no en Canarias, el 99% del viñedo está injertado: partiendo de un pie americano se obtiene la parte radical de la planta. La parte aérea será Vitis vinifera de la variedad correspondiente.

Esas cepas de pie americano están injertadas y por ello son resistentes a la filoxera, con lo que el principal problema recaerá sobre los varietales propios o autóctonos (de pie franco), justo lo que han dado el mayor impulso al vino de calidad isleño, aquí y fuera de las islas.

Hasta ahora, Canarias era el único territorio de España y Europa sin filoxera. Pero ahora Tenerife termina con esa singularidad, tan vendida en casi todas las etiquetas de los vinos de calidad tinerfeños y canarios, con DOP y también sin esta enseña.

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